La ley colombiana en procura de mantener la unidad y velando por los derechos de los menores de edad permite, en muy pocos casos, quitarle el apellido a un niño. Incluso, según el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), mediante su entidad no es un proceso conciliable.
“El derecho a la identidad de un niño, niña o adolescente no es conciliable; es decir, que las partes no pueden disponer de este derecho. En el evento que se encuentre en controversia la paternidad de un niño, niña o adolescente se debe adelantar según el caso, el proceso tendiente a la impugnación o investigación de la paternidad”, explican.
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Este punto es fundamental, pues se deberá probar en todo caso varias causales para permitir este proceso.
Según la firma de abogados, Abogados de Familia, existen tres motivos recurrentes para querer hacer este proceso, lo que eventualmente permitiría realizar el trámite:
1. Ausencia paterna: Si el padre está ausente en la vida del hijo y no cumple con sus responsabilidades parentales, como el cuidado y la manutención, podría existir un motivo para buscar el cambio de apellido. Sin embargo, la mera ausencia del padre no suele ser suficiente para justificar el cambio, y el proceso legal puede ser complejo.
Sin embargo, lo primero que debe hacerse es intentar resolver el problema del incumplimiento de la cuota alimentaria. Según el Código de Infancia y Adolescencia en Colombia, el progenitor tiene la obligación de contribuir económicamente al sostenimiento de sus hijos. Si el padre no cumple con esta obligación, se puede iniciar un proceso legal para exigir el pago de la cuota alimentaria.
Para ello, es necesario acudir a una Comisaría de Familia o a un juez de familia. Se debe presentar una demanda de alimentos, en la cual se expondrá la situación y se solicitará la fijación de una cuota alimentaria. El juez podrá ordenar al progenitor incumplido que pague una suma mensual destinada al mantenimiento del hijo. En caso de persistir el incumplimiento, el juez puede imponer sanciones como el embargo de bienes o, en casos extremos, la privación de la libertad.
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2. Protección del menor: En casos de abandono, maltrato o abuso por parte del padre, la madre u otros familiares pueden buscar proteger al menor cambiando su apellido para desvincularlo legalmente de la figura paterna.
3. Identidad personal: Algunas personas pueden desear cambiar su apellido paterno por razones de identidad personal, especialmente si tienen una relación conflictiva con su padre biológico y desean distanciarse de él.
“El proceso para cambiar el apellido paterno de un hijo en Colombia es riguroso y está sujeto a ciertas restricciones legales. Generalmente, este proceso involucra la presentación de una solicitud ante un juez de familia. Es importante tener en cuenta que cada caso es único y será evaluado según sus circunstancias específicas”, explica la firma.
1. Interés superior del menor: En todos los casos relacionados con el cambio de apellido, el interés superior del menor es la consideración principal. Los jueces evaluarán si el cambio es beneficioso para el bienestar emocional y psicológico del niño.
2. Consentimiento del padre: En la mayoría de los casos, el consentimiento del padre biológico es requerido para cambiar el apellido del hijo. Si el padre se opone al cambio y la corte considera que su oposición es justificada, el proceso podría ser denegado.
3. Fundamentación sólida: La solicitud de cambio de apellido debe estar respaldada por argumentos sólidos y convincentes. Es importante presentar pruebas documentales y testimonios que respalden la necesidad del cambio.
“Si bien el cambio de apellido puede ser una opción en casos de abandono, maltrato o identidad personal, es esencial comprender que el proceso busca proteger el bienestar emocional y psicológico del menor. Así, el sistema legal colombiano equilibra el deseo de cambiar el apellido con la necesidad de salvaguardar los derechos y el bienestar de los menores involucrados”, agregan.
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Si considera que cumple con alguna de las anteriores razones para realizar el trámite, deberá presentar una solicitud formal ante un juez de familia bien fundamentada y justificar las razones para el cambio de apellido. El incumplimiento de las obligaciones alimentarias puede ser uno de los argumentos presentados, aunque por sí solo no suele ser suficiente.
Así mismo, debe presentar las pruebas que respalden la solicitud. Esto incluye evidencia del incumplimiento de la cuota alimentaria, y cualquier otro factor que demuestre que mantener el apellido del progenitor es perjudicial para el bienestar del menor.
Por último, el juez convocará a una audiencia en la cual se escucharán los argumentos de ambas partes. Es posible que se solicite la participación del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) para evaluar la situación del menor y emitir un concepto sobre el cambio de apellido.
Al final, el juez emitirá una decisión basada en el interés superior del niño. Si se considera que el cambio de apellido es lo mejor para el menor, se ordenará el cambio en el registro civil.
PAULA ANDREA GALEANO BALAGUERA
Periodista de Portafolio