Redacción
Razón no le falta, en primer lugar, porque cuando se lanza una nueva tecnología los precios llevan incluido los costes de I+D (vamos, tener la idea y hacerla realidad), que van mucho más allá del precio objetivo del artilugio en cuestión. Cuando se han compensado esos gastos de desarrollo, se baja el precio para empezar a “ordeñar” el producto y venderlo a cuanta más gente, mejor.
Además, todos sabemos de sobra que cada nueva tecnología que se pone sobre la mesa tienes sus cositas. Cositas que no descubren hasta que no se les da trote y se las prueba bien. Las sucesivas hornadas salen de fábrica con los ingredientes mejor medidos y su punto justo de cocción. Es lo que tiene experimentar.
Este amigo me acaba de preguntar que qué consola se compra. Y no, no habla de PS5 o de Series X|S. Habla de PS4 o Xbox One, aunque, antes de darme tiempo a contestarle, ya me ha soltado otro mensaje: ¿Pro o Slim? Parece que se ha decidido por PlayStation. “Tiene más juegos”, me ha dicho…
Yo ya no me sorprendo, aunque a veces me sobresalte, porque siempre hace lo mismo. Su razonamiento no tiene fisuras: ahora juega más barato y ya tiene disponibles los mejores juegos que el sistema va a dar de sí. ¿Para qué andar perdiendo el tiempo con juegos mediocres si ahora tiene por 10 o 20 pavos lo mejor de lo mejor?
La verdad es que, por mucho que diga, algo de hype debe tener, porque PS4 Pro aún no ha bajado de precio lo suficiente como para compensar… Que oficialmente cuesta lo mismo que la PS5 All Digital, aunque la puedas encontrar más barata. Ya le he dicho que, o rompa sus normas, o se espere un poquito más. Que no merece la pena esa maniobra si va a pagar 400 euros por una consola obsoleta… Y menos aún teniendo en cuenta que en PS5 también puede disfrutar de todos los juegos de PS4.
Y aquí estoy, esperando a ver qué va a hacer. Después de esos mensajes, siempre me toca ronda de tiendas buscando la mejor oferta, y este fin de semana me viene fatal… Eso sí, va listo si espera que baje el precio de PS4 Pro a corto plazo, teniendo en cuenta que Sony ha cesado la producción de la consola para dar abasto con la demanda de PS5 en el mundo…
No debe ser el único que se ha encontrado con esta sorpresa en forma de precio exagerado de las plataformas viejas, ya que las ventas de PS4 cayeron a finales de año un 77% respecto al mismo periodo del año anterior. Aun así, en todo el mundo se vendieron cerca de un millón y medio de unidades, que no está nada mal.
Ahí con la tontería, y pese al problema de stock que todos conocemos, PS5 ha vendido 4,5 millones de unidades en 2020. Una cifra superior a lo que vendió PS4 en su lanzamiento (4,3 millones, el mejor lanzamiento de una consola hasta entonces), también con problemas de stock, pero menos notorios. O, por lo menos, menos amplificados.
Para los que dudan del éxito PS5, Sony ha logrado lo que ningún fabricante de consolas había conseguido hasta la fecha: generar en un solo trimestre la friolera de 8.409 millones de dólares en ingresos. Es verdad que los beneficios han sido “solo” de 763 millones, pero ya sabemos que vender consolas no es el negocio, de hecho, venden por debajo de coste. Los beneficios llegarán después, cuando lleguen los juegos.
Y, de todos modos, en el acumulado de abril a diciembre, Sony ha obtenido un beneficio de 3.330 millones de dólares. Ha vendido más juegos, más consolas, tiene más suscriptores de PlayStation Plus… Vamos, que no le ha ido mal. Aquí tenéis un resumen del informe financiero de Sony en 2020.
De verdad, no sé qué decirle a mi amigo. PS5 va a ser un éxito seguro, pero es verdad que todavía no tiene juegos de esos que te dejan ojiplático, pero puede aprovechar los de PS4. Por otro lado, él no se va a apear de la burra. Y sí, tiene Switch. En el fondo, es más de cacharros que de videojuegos en sí, y cuando vio la híbrida de Nintendo hizo una excepción es su política de penúltimos… Aunque tardó dos años es subirse al carro de Nintendo.
Lo que él quiere es tener cosas chulas que jugar desde ya. No quiere pagar ahora y esperar a los juegos mañana (o en 2022). Y no quiere pagar de más (o eso se dice a sí mismo). Sigo a la espera de una respuesta, pero mi recomendación va a ser que se pille una Slim.
¿Y no sería mejor una Xbox Series S? Sería una excelente opción si consigo convencerle de que luego se suscriba a Game Pass. Ahí sí que iba a tener juegos “baratos”, barra libre pagando la suscripción. Me va a salir con lo de que eso es pagar para no tener nada, que quiere los juegos en físico… Sí, es muy cansino.
No entiendo como siendo alguien al que le gustan tanto los cacharros con luces, no se vuelve loco cuando sacan una nueva consola. Y entiendo menos que venga a mí a preguntarme, cuando es a él al que voy siempre con dudas técnicas. Me ha encontrado la tele que necesito… aunque tengo que hacer alguna modificación al mueble del salón.
Le pondré encima de la mesa las dos opciones. La primera, una Xbox Series S, que no es como una “next-gen” propiamente dicha y no paga tanto y que con el añadido del Game Pass cubrirá de sobra sus expectativas de jugar mucho. Me va a salir con los “son menos juegos”. Bueno, serán menos exclusivos, pero juegos, tiene un cerro…
La otra opción va a ser PS4 Slim (que apuesto a que baja en marzo), le da la opción de hacerse con juegos a muy buen precio, incluso a rebuscar en la segunda mano (que le mola) y, sobre todo, a asaltar mi casa para que le preste los míos (al menos, es de los que devuelve).
No sé qué terminará decidiendo, ni que terminará haciendo. Lo mismo me salta con que no tiene prisa y que mientras espera a ver qué pasa con PS5 y Xbox Series X|S se apaña de sobra con Switch (que es una tercera opción de lo más recomendable).
Sigue sin contestar, me parece que no lo tiene tan claro como otras veces. Lo bueno es que si al final se decide por la next-gen no voy a tener mucho lío: no hay bundles, ni ofertas, ni rebajas de última hora. Con que haya consolas, ya será suficiente. ¿Vosotros qué le diríais?
