Redacción
De acuerdo con el último censo del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en Michoacán el uso del teléfono celular se incrementó del 59.3 por ciento en 2010 a 87.6 por ciento en 2020; del internet pasó del 13.2 por ciento al 43.8 por ciento; y las computadoras o laptops, del 20.8 al 29.2 por ciento.
Para el psicólogo social, Antonio Mishel Ponce Gómez, el análisis que se puede hacer sobre la conectividad del ser humano con los aparatos tecnológicos tiene muchas vertientes, pero consideró que en los últimos cinco años han tomado fuerza las reflexiones del filósofo Byung-Chul Han.
Lo que él nos dice es que este asunto de las redes sociales se ha convertido para algunas personas en algo casi religioso, en el sentido de que estos espacios fungen como un confesionario y las reacciones que se generan son el amén, el así seaAntonio Mishel Ponce Gómez
Refirió que esto lleva a otro punto: la falta de privacidad. Lo interesante del tema, expresó, es que dicha ausencia ya no se da porque un ente o un Estado la esté violentando, ya no es ese panóptico del que hablaba Michael Foucault, donde la sociedad era vigilada y castigada.
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“Ahora lo que vemos con el avance de la tecnología virtual, de las computadoras y celulares, es que ya no es necesario tener un panóptico, sino que uno mismo abre esta transparencia con el uso de las redes sociales, las cuales también miden la autoestima de los individuos”.
Por otra parte, al reflexionar sobre el aislamiento social, el especialista expuso que la sociedad se está quedando sin estímulos para salir a la calle, situación que se ha convertido en algo más notorio durante la pandemia del Covid-19.
“Cuando tú sales obtienes estímulos como la convivencia con otro individuo, se da la interacción física; pero hay una perspectiva en conductismo que nosotros llamamos extinción, lo que significa que a falta de reforzamientos, la conducta deja de presentarse y se empiezan a sustituir los estímulos en las redes sociales”.
Mishel Ponce puntualizó que al final se puede entender como el hecho de que la gente no está encontrando motivación para tener interacción física, debido a que ha encontrado a través de la tecnología la posibilidad de hacer trámites y hasta reunirse con sus amigos por plataformas como Zoom.
De padecimientos visuales hasta la ansiedad
En la parte médica, el doctor Javier Rodríguez expuso que las consecuencias inmediatas al pasar una alta cantidad de horas frente a una computadora o celular, son los padecimientos visuales, ya que la luz que emiten los aparatos termina dañando la vista.
Al estar pegado a no más de 30 centímetros de la pantalla, se presenta el problema más común de todos: la vista cansada, esto genera que se comience a observar borroso, se presenta el ardor en los ojos y el enrojecimiento, lo que a la larga se convierte en astigmatismo
Javier Rodríguez
Precisó que el brillo de las pantallas produce el incremento de grasa en la piel, debido a que la luz hace que el cuerpo genere más sudor y por consecuencia el acné sobre el rostro sea inevitable.
“Los problemas digestivos son otra cuestión recurrente, pues al estar sentados tanto tiempo frente a una computadora sin hacer otra actividad, los pacientes llegan a presentar cuadros de estreñimiento y colitis”.
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Con base en su experiencia, el médico añadió que la ansiedad es otro mal que está derivando del uso excesivo de los celulares y computadores, pues además de las noticias negativas que se consumen constantemente, se llega a crear una dependencia a los aparatos “porque se está al pendiente de ellos más de lo que se debería”.
