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Encuesta dice que 79 % de los venezolanos no tiene suficientes ingresos para comer bien

Encuesta dice que 79 % de los venezolanos no tiene suficientes ingresos para comer bien

“En Venezuela hoy tenemos un aparato productivo destruido, gracias a todos los errores en los que han incurrido los gobiernos chavistas a lo largo de las dos décadas en materia de políticas cambiarias, fiscales, comerciales, monetarias, expropiaciones, confiscaciones y seguridad jurídica”.

Así contextualiza la profesora Anitza Freitez, coordinadora de la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida, Encovi 2019-2020, realizada por tres universidades del vecino país ante la ausencia de datos oficiales por parte del Gobierno de Nicolás Maduro.

Según el estudio, realizado entre los meses de noviembre y marzo pasados, en la actualidad el 79 % de los hogares venezolanos no perciben ingresos suficientes para cubrir las necesidades de alimentación y el 96 % tampoco genera lo mínimo para cubrir gastos de transporte, vivienda o salud.

La también directora del Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales de la Universidad Católica Andrés Bello de ese país sostiene que la crisis, que se ha afianzado durante los últimos cinco años, pero que se empezó a evidenciar desde el 2012, “se originó en un proceso progresivo de desinstitucionalización que disminuyó la capacidad de respuesta oportuna y adecuada con implicaciones en todos los órdenes de la vida nacional” de los venezolanos.

Como parte de ese proceso, explica la experta, “se creó una institucionalidad paralela que debilitó el accionar y la eficiencia de la gestión pública, porque la práctica permanente del Gobierno chavista es improvisada, no hay transparencia y sí ausencia de instancias contraloras”, como lo confirma el debilitamiento de la Asamblea Nacional, que tenía esa función.

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“Llegamos al 2017 con un gran desabastecimiento de productos básicos, sobre todo de medicinas y alimentos, de entre 70 y 80 %, y con una situación de inseguridad alimentaria que afecta casi al 80 % de los hogares”, señala Freitez, quien agrega que la población del vecino país ha tenido que enfrentar un proceso hiperinflacionario continuado durante tres años, el cual, en el 2018, alcanzó un pico del orden de más de un millón por ciento.

En su opinión, “la pérdida progresiva de libertades y aumento de los controles sociales y de la represión ha configurado una situación de ingobernabilidad” en Venezuela, al tiempo que la disminución del acceso de sus habitantes a servicios públicos, empleo y educación, ratificadas por la encuesta, ha generado en una compleja emergencia humanitaria que hace que las cifras de la vecina nación ya no sean comparables con Colombia y otros países de América Latina sino con África.

Por todo esto, concluye el estudio, durante los últimos cinco años al menos un integrante de uno de cada cinco hogares venezolanos “se vio forzado a dejar el país para garantizar sus vidas y las de sus familias”: 2.362.000.

De la revolución a la involución bolivariana

En los sistemas democráticos una mala gestión desencadena el cambio de Gobierno, un presidente con malos resultados económicos o sociales no logrará renovar su mandato o la continuidad de su partido en el poder.

Los datos económicos, pero sobre todo los sociales, son fundamentales para evaluar la gestión de un presidente y de su gobierno. Algunos gobiernos, cuando no pueden presentar buenos resultados, maquillan las cifras, cambian las metodologías de medición o simplemente dejan de publicar la información.

La falta de transparencia suele ser uno de los primeros indicadores de un cierre democrático. Cuando las instituciones dilatan la entrega de la información o simplemente dejan de hacer públicos los datos, el ciudadano pierde los elementos para sancionar en las urnas una mala gestión.

En Venezuela se dejaron de publicar los datos sociales desde el año 2006. En aquel entonces el presidente Hugo Chávez alegaba que no se podían someter los éxitos sociales de la Revolución Bolivariana a los parámetros de medición del frío y perverso modelo capitalista.

Se sabe que aquella falta de transparencia no respondía a una diferencia ideológica o metodológica. Por el contrario, solo buscaba ocultar la implantación de una estructura corrupta que convirtió a Venezuela en una nación pobre.

Hoy, cuando se reconoce que Venezuela ha caído en manos de un régimen autoritario, y no existe la posibilidad de una alternancia política, los datos y la información se hacen más importantes. Es por ello que, a pesar del deterioro democrático y en medio de la adversidad, ejercicios como la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida, Encovi, que realiza la Universidad Católica Andrés Bello, Ucab, son tan valiosos.

Dicha encuesta ha develado el retroceso social en el que la Revolución Bolivariana ha hundido a Venezuela, un país sumergido en una pobreza total, que llega al 96,2 %, y una pobreza extrema del 79,3 %, lo cual se hace evidente en el fenómeno migratorio proveniente del hermano país.

Pero más allá de los pésimos resultados que deja en evidencia la Encovi, lo más importante es el papel que la sociedad civil, especialmente la academia, puede jugar cuando un régimen trata de ocultar la información.

La Ucab asumió la responsabilidad de visibilizar la involución que ha traído la Revolución Bolivariana.

Sin datos oficiales

”El proyecto Encovi es una respuesta de la academia a la necesidad de disponer de información que nos permita hacer un seguimiento a la situación de crisis, sobre todo en la medida en que se está afectando los niveles de bienestar y la sobrevivencia de la población venezolana”, dice Anitza Freitez, coordinadora de la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida.

Según la experta, desde la Presidencia de Hugo Chávez se comenzó a restringir el acceso de los centros de investigación a los datos públicos sobre la población.



Fuente de la Noticia

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(Foto: Cuartoscuro)

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