¿Cómo llegó usted a la dirección del partido?
Vengo del sector privado, de trabajar en una pequeña empresa de consultoría. Había trabajado en Proexport y tuve bajo mi responsabilidad la tarea de cambio de imagen de Colombia y de promoción del país. Por cosas de la vida, resulté muy vinculada a lo que el presidente Álvaro Uribe generaba como valor en la administración pública. Y cuando me llamaron a preguntarme si me interesaba ayudar en el partido, dije que sí, pero nunca he tenido que ver con la política, ni es mi pretensión seguir en ese campo.
Pero algunos dicen si ante esta crisis, y la eventualidad de que Uribe renuncie al Congreso, sería bueno que entrara una figura política a la jefatura del partido, en lugar de una administrativa.
Así como tuve la disposición para llegar, siempre he tenido la disposición para retirarme. Uno tiene que servir donde de verdad logra resultados. Los partidos son espacios para que la gente pueda expresar lo que piensa. Mi cargo estará siempre a disposición, y serviré donde le convenga al Centro Democrático.
(Lea también: Abecé del caso que tiene detenido al expresidente Álvaro Uribe Vélez)
Supongamos que ha llegado ese momento, tras la casa por cárcel a la que la Corte envió a Uribe, y su eventual renuncia al Congreso. ¿A quiénes ve usted como sucesores en la dirección del partido, que puedan ser candidatos presidenciales en dos años? Están llenos de nombres muy interesantes como Paloma Valencia, María del Rosario Guerra, Paola Holguín, Rafael Nieto, aunque todavía son figuras medianas. Tienen otras más consolidadas, como Óscar Iván Zuluaga, cuya resurrección no es de descartar…
Es cierto que tenemos bastantes figuras. Es cierto que estamos en formación. Somos el partido más joven. Y este partido se precia y hay gente que nos critica por eso, incluso dentro del partido, de ser muy democrático, como fue por ejemplo la anterior elección del candidato presidencial, para la cual hicimos veintisiete foros por todo el país, donde participaron muchos de los que usted menciona.
Y una cantidad de encuestas…
Por eso, déjeme, sin arrogancia ni vanidad, decir que ha sido tal vez uno mis más importantes aportes. La militancia del partido está bastante organizada jurídicamente hablando, registrada como corresponde, para poder ser actores en la vida electoral. Inclusive varios de ellos han manifestado que tienen interés en esas precandidaturas, y por eso es mejor que puedan libremente estar expresando lo que piensan. Entonces, yo creo que personas para estar dirigiendo el partido administrativamente y también con enfoque político puede haber otras muy buenas, pero creería que hay que demostrar en el partido equilibrio en las posibilidades electorales.
Con la mano en el corazón, ¿qué tan duro es el remezón para el partido, con la detención domiciliaria de Uribe?
Profundamente duro. Yo diría, si me permite, una palabra que recoja eso: siniestro. Aquí hay fe y confianza en el presidente Uribe. Esto no es un tema de emotividad, sino de resultados de su ejercicio público y porque en su ejercicio privado ha tenido una vida honrosa y decorosa. A nadie se le ocurre pensar que el presidente Uribe se va a fugar, que no va a poner la cara, cuando la ha puesto la vida entera. A él lo critican porque da demasiadas batallas, asume demasiadas causas. Pero que nos amilane, que nos afecte hasta mover nuestros cimientos, no, porque justamente esos cimientos están construidos alrededor de ese mismo liderazgo y lineamiento.
Es fuerte el ascendiente de Uribe sobre su partido…
Es que la relación del presidente Uribe con su partido es de estarnos dando línea todos los santos días. Empieza la pandemia y el presidente Uribe me dice: “Nubia, hay que estar cerca de la comunidad, hay que mirar cómo le llegamos con mercados. El tema de la salud va a ser muy difícil, hay que mirar cómo conseguimos unos ventiladores. Nubia, hay que reunirse con los sectores afectados. Son estos…”. Él, todo el día, está dando línea. Entonces, esto no es un asunto solamente de afecto, que también lo hay profundamente, sino de creer en la forma como él hace la política.
(Le puede interesar: Los argumentos de la Corte en el expediente contra Alvaro Uribe)
¿Usted cree personalmente que a él hay que reemplazarlo en este momento?
Creo que no. Además, el partido va a adelantar una estrategia para pretender, justamente a nivel internacional, esa certeza que contempla la Convención Interamericana de Derechos Civiles y Políticos. Esa norma exige que haya una sentencia penal, debidamente ejecutoriada, que aquí no hay.
¿Ni aun si el presidente Uribe resuelve renunciar a su curul?
La renuncia voluntaria es una razón para que la curul quede a disposición.
Se lo pregunto, doctora Nubia, porque él en recientes ocasiones ha aparecido cansado… ¿Y ante este remate que le impone la Corte?
Usted me dice que lo ve cansado. Yo lo siento fuerte. Nosotros, que interactuamos con él y que lo vemos día a día, empezando tan temprano y terminando tan tarde, dando línea, preocupado por la situación del país, pues uno dice, al contrario, qué fuerza la de este señor. La gente pregunta cuáles son las vitaminas que él toma y demás, porque tiene una fortaleza inconmensurable.
(Además: Caso Á. Uribe: ¿por qué la Corte pide indagar a Mario Uribe y a otros?)
¿Le insisto: ve en el panorama algún heredero que tome su antorcha, en el Senado o en el partido?
Vuelvo y traigo a colación que el partido está en formación, hay muchas figuras que asoman. Sin embargo, frente a esa fortaleza tan grande del líder, porque él es el verdadero director de este partido, es difícil señalar un heredero. En este momento lo que quiere justamente el partido es seguir viendo al presidente Uribe ahí, que él sienta que lo necesitan ahí, que su espacio no ha terminado y que no va a ser a punta de golpes que el presidente va a estar en una ‘capitis deminutio’ ni nada que se le parezca.
Hay una posibilidad muy interesante que he oído proponer de gente de su partido, y es que mientras el presidente Uribe se ocupa de su defensa, una figura tan pesada en el gobierno como Carlos Holmes Trujillo podría de pronto renunciar a su cargo e ir a encargarse de esto mientras se resuelven las cosas. ¿Lo ve factible?
Para el doctor Carlos Holmes, todo el respeto y admiración. Lo que creo es que aún no es el tiempo para que el presidente Uribe se retire por ninguna razón.
O sea, la noticia de la entrevista con usted es que el presidente Uribe no piensa retirarse…
Yo no le he preguntado: ‘¿Presidente, usted piensa retirarse?’. Para mí no existe esa posibilidad. Él ha hecho de la coherencia su ejercicio político, entonces no lo vería. ¿Cómo lo voy a imaginar retirándose cuando lleva dos meses trabajando los proyectos de ley de este semestre con tanta consagración? Usted no sabe cuántas reuniones ha hecho la bancada para mirar esos proyectos…
En el Centro Democrático hay por lo menos dos corrientes, ambas son uribistas, pero una le exige al presidente Duque más dureza, menos blandura, y la otra considera que lo ha hecho bien, por no haberse enfrascado en grandes enfrentamientos políticos. En medio de esas diferencias, Uribe siempre fue catalizador. ¿Ahora, quién va a cumplir ese papel?
Las corrientes se encuentran en un solo río, que se llama Álvaro Uribe. Vivimos en permanente generación de opinión pública, entre posiciones distintas dentro del partido. ¿En dónde empieza a hacer efecto ese catalizador? En Álvaro Uribe. ¿Y quién dice que no va a estar? ¿Sabe cuánto hace que el presidente Uribe viene afrontando esta batalla de desprestigio en la que lo han involucrado? Semanalmente acude a alguna cita en la justicia, como es su talante. A pesar de eso, ha podido perfectamente asumir su labor legislativa y su defensa. Es demasiado organizado y metódico. Tiene un grupo de abogados muy bueno, muy respetable, y ahora también vamos a utilizar el ámbito internacional para la protección de sus derechos.
Un último motivo de división interna ha sido la constituyente, porque mientras personas como Paloma Valencia la proponen, el presidente Duque lo considera un mecanismo muy lento para la urgencia de las reformas…
Estar con dos posiciones distintas no necesariamente es división. Llegaremos a un acuerdo. Vamos a insistir, con toda vehemencia, ante el presidente Duque, por quien tenemos respeto, gratitud, apoyo, para convencerlo de que es la mejor manera de lograr esa reforma.
Perdió Colombia. No es sano lo que está pasando, no es bueno que haya angustia sobre las decisiones, que no haya certezas, que no haya tranquilidad…
¿Habría alguna posibilidad de que esta propuesta de Paloma de la constituyente termine aliada con la del doctor Gómez Méndez del Partido Liberal?
Bienvenidas todas las distintas posibilidades de causa común que nos lleve a tener una justicia fortalecida en nuestro país.
El Centro Democrático redactó un aviso en defensa del expresidente Uribe cuando se rumoraba fuertemente que había la decisión de meterlo preso. ¿Ese aviso pudo haber incidido en acelerar las cosas para que le salieran así de mal al expresidente?
Ante tanto rumor, nos empezaron a llegar mensajes de muchas personas: no puede ser que nos estén contando que esto puede suceder y que el partido no diga nada. Era un derecho legítimo hacer una expresión de solidaridad, de angustia, de preocupación. Pero cuando el Centro Democrático habla, entonces lo entienden como una presión. Resulta que ese día estaba en las redes sociales una cosa de un señor que es precandidato a la Presidencia de la República, y decía: “Adelante magistrado Reyes”. Y eso sí no es ninguna presión…
¿Quién era ese?
Una red que hay de ‘Petro presidente’. Todo el mundo quiere confianza en la justicia, no es para el presidente Uribe, es para todos los colombianos, es un derecho ciudadano. ¿Cuál es la preocupación de que nosotros insistamos en eso?
Era un derecho legítimo hacer una expresión de solidaridad, de angustia, de preocupación. Pero cuando el Centro Democrático habla, entonces lo entienden como una presión
¿A usted quién le parece que perdió aquí y quién ganó con la decisión de la Corte?
Perdió Colombia. No es sano lo que está pasando, no es bueno que haya angustia sobre las decisiones, que no haya certezas, que no haya tranquilidad…
Finalmente, ante el tema de la ‘Ñeñepolítica’, ¿hay posibilidad de que el financiamiento de la campaña del partido haya sido distinto de la financiación de la campaña de la candidatura?
Gracias por preguntarme eso. El partido y la campaña eran absolutamente independientes. Hay muchas personas que no saben que para estas elecciones del 2018 hubo una autorización normativa, desde el año inmediatamente anterior y en el año electoral, que permitió que los partidos fueran las únicas personas jurídicas que podían apoyar financieramente a sus candidatos, hasta un tope. Nosotros lo hicimos, y fuimos prudentes. Ni siquiera nos gastamos el tope, para tener todo absolutamente protegido, para que el presidente Duque tuviera la opción de haber sido respaldado en la campaña de la manera más rigurosa. No hay ninguna posibilidad de que las cosas se hayan hecho mal.
(En otros reportajes: Las 7 cartas de la Corte para enviar a domiciliaria a Álvaro Uribe)
¿Está optimista o pesimista sobre la situación del expresidente?
Estoy profundamente adolorida, y con toda la vocación y compromiso para colaborar en la certeza de que el presidente Uribe es inocente y tiene derecho a defenderse en libertad.
MARÍA ISABEL RUEDA
Especial para EL TIEMPO