Entrevista a Rattan Lal ganador del ‘premio nobel de agricultura’ – Economía


El doctor Rattan Lal le sobra palmarés: parte del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático que ganó el Nobel de Paz 2007; primer investigador galardonado en Japón por su aporte a la biología, producción y ecología, otorgado por el emperador Akihito y la emperatriz Michiko, y nominado por Thomson Reuters como una de las mentes científicas más influyentes del mundo

Además, el pasado 11 de junio fue designado ganador del Premio Mundial de la Alimentación 2020 (World Food Prize 2020), un reconocimiento que ha sido asimilado como el ‘Nobel’ del sector agrario mundial. A Alfred Nobel se le olvidó la agricultura.

Y hace pocos días fue designado embajador de Buena Voluntad por el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) en asuntos de desarrollo sostenible, y galardonado con el título Cátedra IICA de Ciencias del Suelo, por sus contribuciones e investigaciones para proteger la salud de este recurso, fundamental para el agro, la seguridad alimentaria y la salud de todos los seres vivos.

Rattan Lal (nacido en el Punjab paquistaní) compartió algunos de sus conocimientos sobre las ciencias del suelo y cómo los propios agricultores deben mantenerlo. 

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¿Por qué se le concedió el Premio Mundial de Alimentación 2020?

Se me otorgó por adoptar el enfoque centrado en el suelo para incrementar la seguridad alimentaria. Esta estrategia concilia la necesidad de aumentarla y la de restaurar y mejorar la calidad del medioambiente. El objetivo general de la estrategia centrada en el suelo es convertir a la agricultura en una solución al cambio climático y a otros problemas medioambientales, además de lograr la seguridad alimentaria y nutricional. Este galardón reconoce la importancia de proteger y aumentar el capital del recurso suelo del mundo.

Usted es conocido por su labor en materia de suelos y de una agricultura respetuosa con este recurso, además del agua y el aire. ¿Cómo pueden los productores de Latinoamérica y el Caribe lograr este equilibrio?

Los agricultores de esta región son buenos administradores del suelo y los recursos naturales. El antiguo patrimonio cultural de América del Sur y Central (mayas, aztecas e incas, entre otros) se basa en buenas prácticas agrícolas, por lo tanto motivarlos a adoptar prácticas agrícolas regenerativas estaría en concordancia con su cultura ancestral.

Entre estas prácticas se incluyen la agricultura de conservación basada en la labranza cero, la retención del mantillo de residuos de la cosecha, el reciclaje y el uso de la gestión integrada de los nutrientes y la integración de los cultivos en la producción de árboles y la ganadería. Estos son ejemplos de prácticas respetuosas con el suelo y con el ambiente. Es una cuestión de diálogo y comunicación con la comunidad agrícola.

¿Existen tipos específicos de tratamiento de suelos, según su ubicación, por ejemplo, en zonas de altitud, laderas, valles o altiplanicies?

Sí. La mayoría de las prácticas deben ajustarse a situaciones específicas del lugar; sin embargo, los principios básicos de la agricultura son los mismos y se basan en la ‘ley del retorno’, es decir, lo que se retira del suelo debe regresar a este en alguna forma. Por lo tanto, la retención del mantillo de residuos de la cosecha, la labranza cero, los cultivos de cobertura, las diversas rotaciones de cultivos y los sistemas agrícolas complejos constituyen principios universales. 

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Como partidario del uso de los residuos de la cosecha, ¿cree que todos estos son buenos?

Dependiendo del suelo y del clima. Se requiere solo una cantidad mínima de residuos de la cosecha para conservar el contenido de materia orgánica del suelo; no obstante, para aumentar dicho contenido, a fin de secuestrar el dióxido de carbono de la atmósfera en el suelo, los agricultores deben agregar más residuos.

Según las situaciones específicas del lugar, cierta cantidad de residuos puede cosecharse para otros usos (pienso, combustible), pero debe generarse siempre un presupuesto positivo de carbono orgánico en el suelo. Durante un largo período, el presupuesto negativo de carbono en el suelo/ecosistema puede deteriorar la salud del suelo y afectar su capacidad para producir servicios ecosistémicos, lo que degrada el medioambiente y tiene efectos adversos en la salud humana.

¿Algunos cultivos dejan residuos perjudiciales que deben ser recolectados y desechados?

Algunos suelos están contaminados con metales pesados como plomo, mercurio, cadmio, cesio y arsénico. La biorremediación de estos suelos conlleva realizar algunos cultivos (de Brassica spp, por ejemplo), que pueden absorber preferentemente los metales pesados.

Los residuos de estos cultivos, llenos de metales pesados y contaminantes, deben retirarse y eliminarlos cuidadosamente para que los contaminantes no vuelvan a introducirse en el ecosistema del suelo ni contaminen de nuevo la cadena de suministro de alimentos.

En ciertos suelos y climas (región boreal, clima alpino), una gruesa capa de residuos de cosecha puede mantener el suelo muy frío (a una temperatura subóptima) y demasiado húmedo. Estas condiciones pueden suprimir el crecimiento de plántulas y aumentar la incidencia de plagas y patógenos. 

Cuando Rattan comenta sobre qué cultivo resulta más beneficioso enumera los principios de la gestión de los suelos:

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Juan Carlos Domínguez
Miembro del Consejo Asesor de Comunicaciones de la Oficina del Director del IICA.

Fuente de la Noticia

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