El embajador de España en Colombia, Pablo Gómez de Olea Bustinza, deja su cargo con la satisfacción del deber cumplido y con la sensación de haber mantenido las bases para lo que espera siga siendo “una sólida relación bilateral”.
Su gestión en el país se vio atravesada por temas coyunturales para ambas naciones y, con el objetivo de querer ir más allá de las relaciones económicas, el embajador fortaleció los lazos de los dos países defendiendo durante su misión diplomática la necesidad de que “la solidaridad colombiana sea reconocida y apoyada por el resto de la comunidad internacional”.
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EL TIEMPO habló con Gómez de Olea a propósito del fin de su trabajo en el país, con el que demostró que los lazos entre España y Colombia van más allá de los gobiernos de turno.
¿Cuál es su balance de su gestión en nuestro país?
La relación entre España y Colombia es una relación madura. Además de ser una relación estratégica que va por encima de las distintas coyunturas políticas de los países. Es una relación estratégica porque tiene un contenido diverso y de enorme importancia para nuestros dos países. Colombia es un país que es particularmente especial para España y eso lo quisimos fortalecer.
Hace 14 años usted hizo parte de la legación diplomática de España. ¿Cuáles paralelos encontró de ese momento a la fecha en la dinámica diplomática colombiana?
Yo siempre he dicho que Colombia ha tenido una evolución positiva a lo largo del tiempo. A medida que avanza, vemos cómo las instituciones se consolidan, haciendo que Colombia sea cada vez un país más sólido, amigo de la relación extranjera, un país más cercano a sus socios estratégicos. En estos 14 años he visto evidentemente esa evolución positiva de una Colombia cada vez más cercana a España y cada vez más sólida, especialmente en sus estructuras económicas.
La solidaridad colombiana sea reconocida y apoyada por el resto de la comunidad internacional
España siempre respaldó los distintos procesos de paz de Colombia, así como el acuerdo. ¿Qué destaca de los esfuerzos internacionales por lograr la paz?
Desde España siempre hemos tenido una actitud absolutamente abierta a los requerimientos de los gobiernos colombianos en torno a los diferentes procesos de paz que se han venido dando a lo largo de la historia.
Para nosotros, la paz en Colombia es una aspiración no solo de los colombianos, sino de la comunidad internacional y, por supuesto, hemos estado prestos a dar todo nuestro apoyo al proceso de implementación de los acuerdos y vamos a seguir haciéndolo.
Yo creo que el balance es positivo, el acuerdo de paz es una realidad y quiero destacar que hay un compromiso claro de todas las instituciones, incluido el gobierno del presidente Iván Duque, para que esto se haga realidad.
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Durante su gestión enfrentó la diáspora de migración venezolana que tuvo como epicentro Colombia. ¿Qué perspectiva tiene de la grave crisis que enfrenta Venezuela en estos momentos?
Sin duda, hay un compromiso de la comunidad internacional en general de encontrar una solución pacífica, una solución negociada por los venezolanos y una solución que sea verdaderamente democrática. Y España no ha hecho otra cosa que poner su grano de arena para que eso se haga realidad.
En lo que a mí me atañe como embajador en Colombia, siempre intenté impulsar y movilizar recursos desde España para apoyar el enorme y generoso esfuerzo que ha hecho Colombia para acoger a más de millón y medio de venezolanos que ahora mismo residen en el país.
De otro lado, auspiciamos una conferencia internacional en Madrid de apoyo a los países que reciben población migrante colombiana e hicimos un aporte sustancial, de más de 30 millones de euros.
España es el primer país que se ha comprometido y desembolsado fondos para que ese apoyo sea realidad, porque creemos que la solidaridad colombiana debe ser reconocida y apoyada por la comunidad internacional.
Desde luego, Colombia va a ser uno de nuestros socios estratégicos en este esfuerzo de la lucha contra la pandemia
¿Cuál ha sido el apoyo desde España para sortear la actual crisis por la pandemia?
Hemos sido especialmente activos en el seno de la Unión Europea para conseguir, en primer lugar, que haya una conjunción de recursos de los Estados miembro, y de la propia Unión Europea, para apoyar a los países de América Latina a superar los efectos sociales y económicos de la crisis, que han sido notorios.
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¿Cómo ha sido la gestión para que las vacunas logren ser una pronta realidad en América Latina?
La pandemia, desde el punto de vista de la vacunación, solo se puede vencer si se produce una campaña de vacunación a escala global. No sirve de nada que vacunemos un solo país, porque en un mundo globalizado todos estamos interconectados. Por lo tanto, hemos querido hacer un gran esfuerzo para asegurar el acceso de los países de América Latina a las vacunas que son una realidad. Por supuesto, hemos también contribuido a compartir buenas prácticas en la lucha contra la pandemia.
Desde luego, Colombia va a ser uno de nuestros socios estratégicos en este esfuerzo de la lucha contra la pandemia, no solo desde el punto de vista de las medidas sanitarias, sino en cuanto al acceso a las vacunas y, en la medida en que podamos, para minimizar el impacto socioeconómico de esta.
La Unión Europea intenta negociar un acuerdo ‘posbrexit’ con Reino Unido. ¿Cuál es su mirada a la nueva dinámica que comenzará a regir el próximo año?
Evidentemente, como todo europeísta convencido, yo lamento la decisión del Reino Unido. No obstante, ahora mismo la salida negociada es un alivio, porque creo que el brexit duro nos perjudica a todos, en especial al Reino Unido.
El brexit tiene que ser aprovechado por la UE como una oportunidad para profundizar nuestra unión, perfeccionar nuestros mecanismos, afrontar de manera más decisiva las crisis. Creo que tuvimos una buena lección de la crisis del 2008-09, la de las hipotecas, y, ahora, con la del covid-19 podemos aprender a ser muchísimo más solidarios dentro de la UE. Siempre de una crisis debemos sacar una oportunidad.
Recién se instaló en el cargo hizo un balance positivo de la eliminación de la visa Schengen para los colombianos, iniciativa y esfuerzo especial de España. ¿Cómo la analiza ahora?
A veces los diplomáticos, e incluso los políticos, nos olvidamos del contenido humano de la relación bilateral. De lo que me he dado cuenta, sobre todo en estos tiempos de pandemia en los que hemos tenido que coordinar vuelos humanitarios y atenciones consulares, es de la enorme riqueza de esa relación humana entre colombianos y españoles que nos lleva a ser más exigentes desde nuestro papel diplomático.
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En ese sentido, una vez levantada la visa Schengen, la migración ilegal no ha crecido, por el contrario, sigue en límites mínimos y, a su vez, los intercambios de personas en términos de turismo aumentaron casi un 54 por ciento antes de la pandemia.
Ahora, toda esta relación personal que existe entre ciudadanos españoles y colombianos nos lleva a ambos países a ser muy exigentes en los planteamientos que hagamos de nuestros despliegues consulares en el futuro y de nuestras facilitaciones de trámites porque la riqueza de los intercambios es extraordinaria.
La de España es una de las inversiones extranjeras que más empleo genera en múltiples ámbitos y eso fortalece nuestras relaciones
En su labor también fortaleció las conexiones culturales de ambos países con el Foco Cultura España-Colombia, que permitió nutrir y fortalecer los lazos de ambas naciones. ¿Defiende la diplomacia cultural para potenciar las relaciones exteriores?
Tenemos que ser muy conscientes del potencial que las relaciones culturales tienen en el enriquecimiento de nuestra relación bilateral. Desde esta embajada tuvimos un estrecho trabajo con la embajadora Carolina Barco, en Madrid, para apostarle al trabajo colectivo desde varios puntos de vista.
A esto se sumó nuestro Foco Cultura España-Colombia, que se realizó durante un año y medio, y con el que tuvimos una presencia sustancial en festivales como el Hay Festival, el Festival Internacional de Cine de Cartagena (Ficci), la Feria del Libro de Bogotá e innumerables espacios.
Creamos un sinnúmero de redes y de relaciones entre actores culturales de uno y otro lado, en todos los ámbitos. Y eso planteó un camino para trabajar, conjuntamente, en lo que hemos llamado las industrias culturales en español, que es algo que ha defendido el presidente Iván Duque con la economía naranja.
Creemos que esto tiene un potencial enorme en cuanto a que nuestros dos países son claves al hablar de la cultura en español y del español en el exterior. De hecho, Colombia es uno de los pocos países hispanohablantes que tiene una oficina del Instituto Caro y Cuervo en el Instituto Cervantes, en Madrid.
En materia económica, España ha mantenido una inversión en Colombia que estipuló a largo plazo. ¿Seguirá de esa forma?
España es el segundo inversor extranjero en el país, tenemos un stock articulado de más de 15.000 millones de euros de inversiones que empezó a inicios de los años 90. Por supuesto que estamos muy comprometidos con el desarrollo y el futuro del país. La de España es una de las inversiones extranjeras que más empleo genera en múltiples ámbitos y eso fortalece nuestras relaciones.
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Actualmente, hemos tenido una enorme receptividad por parte del gobierno Duque y, de alguna manera, hemos podido encapsular los conteciosos económicos que pudieran existir creando un mecanismo preventivo para evitarlos en lo relativo a inversiones españolas en Colombia. Lo hemos llamado ‘La ventanilla España’ y ha prevenido controversias en esta materia.
Embajador, ¿le quedó alguna tarea pendiente?
Además de la apertura del Centro Cultural Español, un déficit histórico inexplicable que hace que Colombia sea el único país de América Latina donde no existe uno de estos espacios, por lo que estamos trabajando en ello para hacerlo en Bogotá. También es cierto que he apostado por el fomento de los intercambios en materia educativa.
Después de Estados Unidos, España es el segundo país de destino de los estudiantes colombianos en el exterior. El año pasado tuvimos más de 1.500 estudiantes presencialmente solo en cursos de posgrado y doctorado. Si bien hemos hecho mucho al respecto, creo que hay un largo camino para seguir fortaleciendo este campo.
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Stephany Echavarría Niño
SUBEDITORA DE INTERNACIONAL