A propósito del 51 Congreso Nacional de Cultivadores de Palma de Aceite, que se desarrolla esta semana, Nicolás Pérez, presidente de Fedepalma, explicó los planes y el potencial que existe en materia de biocombustibles elaborados a partir del aceite crudo de palma.
¿Qué expectativas tienen sobre el congreso?
El congreso va a girar alrededor del lema: ‘Palma, aceite, motor, y desarrollo sostenible e inclusivo’. El objetivo fundamental es visibilizar de forma más clara los aportes que este sector viene haciendo en sus frentes y en la sostenibilidad, entendida integralmente.
Queremos exponer mucho estos temas aprovechando que este es el primer congreso que hacemos con el gobierno actual y hay muchas coincidencias con la agenda del Estado en cuatro de sus prioridades. Seguridad alimentaria, transición energética, diversificación de la canasta exportadora y la agroindustrialización del campo.
¿Cómo fue la producción de palma en el 2022?
Fue un año muy bueno para la producción de palma, cerramos con alrededor de 1,77 millones de toneladas, el registro más alto que ha existido en producción de aceite de palma en Colombia. Esto a pesar de que completamos más de dos fenómenos de La Niña seguidos.
¿Qué tanto se afectó?
En las zonas palmeras las precipitaciones no estuvieron muy concentradas, sino que más bien significó que hubo lluvia a lo largo de todo el año. Eso a la palma le conviene, yo sé que a otras actividades no y eso depende de los regímenes de lluvia de cada zona. Esa época coincidió también con que los precios de la palma estaban bien y las personas tenían dinero para invertir en el cultivo.
Entonces a pesar de que los fertilizantes habían subido el precio, la gente pudo comprarlos y fertilizó las palmas. La combinación de un clima favorable de plata para invertir en el cultivo significó ese crecimiento el año pasado.
(Vea: Arancel cero para insumos de alimentos se extiende por un año).
Producción de aceite de palma.
Archivo EL TIEMPO
¿Y este año?
Las cifras hasta abril nos muestran un crecimiento del 4,7% respecto a los primeros cuatro meses del año pasado. Vamos bastante por encima. La expectativa es cerrar el año por encima del año pasado, no tanto como el 5%, pero alrededor de un 2% con 1,8 millones de toneladas.
¿Cómo va el fondo de estabilización de precios?
Es un fondo que hace indiferente vender en el mercado nacional o exportar, así que nosotros no tenemos ningún precio objetivo. Eso fluctúa con el mercado. Los precios internacionales han tenido una corrección muy importante en el último año. Llegaron a su pico hace un año alrededor de US$1.600 por tonelada de aceite crudo de palma y hoy en día están más por el orden de los US$800 y US$850, es decir, se han reducido casi el 50%.
Esto va a ser bueno viéndolo en perspectiva porque va a reducir la presión sobre la inflación.
¿Cómo les fue en exportaciones ?
Fueron más o menos el 25% de nuestra producción. Esto se dio porque con esa subida de los precios internacionales de todos los aceites, la industria nacional reemplazó lo que más pudo el aceite de soya y girasol por aceite de palma colombiano. Eso el año pasado representó US$1.000 millones.
Ahora las exportaciones están muy bien, la mitad se van a Europa y otros dos mercados muy importantes ahora son Brasil y México. Ambos son productores de palma pero son deficitarios y son mercados muy interesantes.
(Vea: El turismo y el agro lideraron creación de empleo en abril).
¿Cómo ven la nueva regulación de la Unión Europea sobre la exportación?
El Parlamento ya lo había aprobado hace como un mes y medio y ya la comisión aprobó hace dos semanas la nueva reglamentación para evitar la importación de productos agrícolas asociados con deforestación. Esta es una reglamentación que no es exclusiva para palma, es para varios productos agrícolas como el café, el cacao, la carne bovina y de lo que nosotros exportamos hay varios.
Nosotros sabíamos que esto iba a pasar y llevamos años preparándonos para este momento. El programa de aceite de palma sostenible de Colombia es la estrategia que este sector ha implementado en los últimos años para mostrar que la palmicultura colombiana es distinta de la del sureste asiático, que es la que generó toda esta percepción.
¿Todas estas implementaciones aumentan en los costos?
En la parte productiva, el primer momento de la georeferenciación y el montaje del sistema, pues sí, pero eso lo va a asumir la Federación con los recursos de los palmeros.
¿Qué planes tienen con el biodiésel?
En los países desarrollados, una de sus principales fuentes de emisión de gases de efecto invernadero es la aviación comercial y para cumplir con sus compromisos de reducción la necesitan descarbonizar.
Ya hay tecnología que permite producir el equivalente a un biodiésel, esto se llama SAF. Lo que estamos haciendo nosotros es demostrar en un estudio de análisis de ciclo de vida que la palma colombiana, como se hace en Colombia, en las zonas que se hace en Colombia, cumple con los requisitos de reducción de gases de efecto invernadero.
En octubre entregan el estudio que financió el Banco Mundial. El 43% de la producción fue a biodiésel, un mercado importante, pero es inferior al consumo humano.
DIANA KATHERINE RODRÍGUEZ TRIANA
Periodista Portafolio