Redacción
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- Hay una gran diferencia entre ser dedicado al trabajo a ser adicto a él.
- Aprende a reconocer el problema y trabaja en ello.
- Ser adicto al trabajo puede traer graves consecuencias a tu salud física y mental con el paso del tiempo.
Cuando eres emprendedor, trabajar sin descanso parece no ser una opción, sino un compromiso. Principalmente por el deseo de que todo salga bien y también por la necesidad de estar constantemente pendiente de los cambios del mercado, de las innovaciones del sector. Varios detalles que, sin embargo, no carecen de importancia.
Para este tipo de personas, la delgada línea entre trabajar «lo suficiente» y convertirse en adictos al trabajo es prácticamente imperceptible. Cuando menos lo notas, vives para trabajar, pierdes la noción del tiempo y superas tus objetivos laborales.
Como el tabaco, el alcohol e incluso los videojuegos, la adicción al trabajo es una condición que debe tomarse en serio. Si bien puede parecer engañosamente positivo que las empresas se conviertan en adictas al trabajo, puede provocar una variedad de problemas que afectan su salud mental y física.
Es importante diferenciar entre trabajo inteligente y exceso de trabajo porque lo primero no significa que debas esclavizar tu vida convirtiéndote en un adicto al trabajo y tener una gran productividad. Reflexionando sobre ello, te comparto algunos consejos para evitar convertirte en un adicto al trabajo.
Trabaja por metas, no por horas
Si cree que trabajar día y noche traerá mejores resultados, debo informarte que te equivocas. La cantidad de horas que trabajes no definirá la productividad y mucho menos el éxito de tu negocio.
Si bien la dedicación es importante, más aún si se trata de un negocio que recién estás comenzando, organizar un horario de trabajo es fundamental para evitar sobrecargas de trabajo que pueden, a la larga, afectar realmente la productividad.
En este contexto, trabajar con un enfoque en los objetivos es una forma muy inteligente de administrar un negocio. Es importante en principio establecer objetivos claros, saber hacia dónde vas y qué acciones te llevarán a alcanzar tus metas.
Define prioridades
Un error común que comete un adicto al trabajo es querer resolver todos los problemas pendientes en un día. Cuando esto no se logra, la sensación de frustración lo invade y sigue trabajando incansablemente en busca de terminar lo que empezó. Esto solo termina en agotamiento, tanto físico como mental.
Para evitarlo, lo mejor que podemos hacer es definir nuestras prioridades. De esta forma, enfocarás tu atención y tiempo en tareas o problemas que requieran soluciones inmediatas y podrás resolverlos de acuerdo con tu lista paso a paso.
Aprende a delegar
Una clave importante para la productividad es aprender a delegar. Hacer una lista de tareas no solo te permitirá diferenciar entre las más importantes. También podrás asignar algunas de ellas a quien consideres relevante.
De esta forma, podrás concentrarte solo en las tareas que requieran tu atención y, por otro lado, tener una idea del tiempo que podría llevar cada una de ellas.
Asigna límites de tiempo a las tareas
Si estás acostumbrado a trabajar todo el día, puede parecer innecesario e incluso un poco tonto. Sin embargo, es muy útil. Aunque puede ser un poco difícil al principio, asignar un tiempo a cada tarea te ayudará a desarrollar el hábito de trabajar de una manera más organizada.
Podrás poner límites según la importancia de cada tarea y evitar gastar energías en realizar una sola cosa. Si bien puede ser flexible con algunas tareas, es importante administrar tu tiempo de manera inteligente.
Aprovecha los recursos
Hoy en día, gracias a la innovación tecnológica existe una gran diversidad de aplicaciones y herramientas que puedes utilizar adecuadamente en tu entorno de trabajo. Cada uno de ellos puede llevarte a optimizar tu trabajo y ahorrar una gran cantidad de tiempo.
Aprovechar los recursos tecnológicos para el trabajo no solo puede facilitarte muchos aspectos sino también darte muchas opciones para mejorar tus hábitos laborales.
Tomar un descanso
Te mereces un descanso, después de cada actividad, todos los días. Tomar descansos de tu horario de trabajo te beneficiará de dos maneras:
Primero, tomarte un descanso del trabajo te ayudará a recuperar la energía. Con cada actividad que realizas, desgastas no solo tu cerebro sino también tu cuerpo. Por eso el descanso es tan importante.
Además, le estarás dando a tu cuerpo un respiro de todo el trabajo, sobre todo si te enfocas en actividades que mejoren tu bienestar, como hacer ejercicio, salir a caminar, entre otras.
Por otro lado, tendrás la posibilidad de incrementar tu productividad en el trabajo. Tras el descanso, tanto el cuerpo como la mente se renuevan, han recuperado energías y podrán participar con mejor actitud en otros aspectos elementales de la empresa. En otras palabras, el descanso no solo es necesario sino beneficioso.
