Desde la Cumbre Cafetera que se realiza desde el pasado jueves en Cartagena, el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, se refirió a la situación actual del Presupuesto en Colombia y sobre lo que viene para el 2025 en esta materia, con la ley de financiamiento en juego y las alertas fiscales que se han emitido, y reiteró el llamado a la calma, destacando que las cosas se están haciendo correctamente.
Bonilla González señaló que al cierre del año, el presupuesto de 2024 tiene un compromiso del 72%, con un 63% ya ejecutado y un 61% pagado y explicó que la diferencia entre los porcentajes de compromiso y ejecución radica en la inversión, donde las dinámicas de manejo del presupuesto hacen que esto suceda.
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“Lo que se compromete en un determinado momento tiene que esperar varios meses a que el producto ya esté listo a recibir y a pagar, entonces hay una diferencia en los dos. Nosotros hacemos un seguimiento detenido y con base en los resultados, así mismo vamos desembolsando los recursos”, dijo el funcionario.
Por otra parte, de cara al año que viene, el ministro confirmó que el Presupuesto de 2025 se fijará en $523 billones y acotó que dado que el Congreso no aprobó ninguna modificación, el gobierno solo puede trabajar con el presupuesto inicialmente propuesto.
Dicho esto, resaltó que “esperamos el trámite del proyecto de ley de financiamiento para saber qué queda financiado y qué no queda financiado”. Vale recordar que días atrás, este mismo funcionario dejó claro que si no se avala la también conocida como reforma tributaria, habrá que congelar gastos de la próxima vigencia, puesto que no se tendrá forma de respaldar la ejecución.
Nuevos recortes
Teniendo en cuenta que las cosas no han salido como se planearon arrancando este año, especialmente con el recaudo tributario, la pregunta de los analistas se centra en si el Gobierno realizará nuevos recortes del Presupuesto que tiene en marcha, ya que si bien al cierre del primer semestre se pasó la tijera por $20 billones, esto al parecer no será suficiente.
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El ministro Ricardo Bonilla le salió al paso a estas inquietudes y dijo que “en el mes de mayo, ustedes recordarán, se hizo una suspensión del presupuesto, dado que se empezó a encontrar que las cifras de recaudo esperadas no coincidieron con las reales, hoy ya sabemos que efectivamente ese recaudo no se va a conseguir. Ese decreto de suspensión que fue por $20 billones, ahora hay que volverlo a un decreto de recorte efectivo”.
Para ser exactos respecto a lo severo que será este ajuste, sentenció que “ese decreto de recorte que lo examiné este mes de noviembre y estamos examinando, dadas las dificultades del recaudo, no descartamos que se pueda llevar hasta $33 billones”, aunque dejó claro que es una medida todavía en revisión.
De esta forma se reafirma la tesis de que la diferencia entre los ingresos esperados y los realmente obtenidos tiene en dificultades fiscales al Gobierno Nacional, que logró mejorar recientemente su flujo de caja, pero todavía mantiene sus niveles de depósito en los rangos más bajos de los últimos dos lustros.
No obstante, desde el Ministerio de Hacienda ratificaron que su prioridad es asegurar la estabilidad fiscal de la Nación, para lo cual pidieron ayuda del Congreso con las iniciativas planteadas, argumentando que hay que reactivar la economía y para eso se necesitan recursos que muevan la inversión en los próximos meses.