En un país tan diverso como Colombia, la manera en que las personas se expresan puede variar notablemente de una región a otra. Un reciente estudio realizado por Preply, una plataforma de aprendizaje de idiomas, ha arrojado luz sobre las ciudades donde más se utilizan groserías y cómo difieren estos patrones entre hombres y mujeres.
Contrario a la creencia popular, Bogotá, la capital colombiana, no lidera el ranking en el uso de lenguaje vulgar. Sorprendentemente, es Medellín quien se lleva el primer lugar, seguida de Manizales y Cali. El estudio reveló que en estas ciudades se pronuncian un promedio de 8 a 9 malas palabras por día.
Sin embargo, lo más llamativo del estudio es el descubrimiento de que son las mujeres quienes superan a los hombres en el uso de groserías. Con un 45,44% de las mujeres pronunciando más de 5 malas palabras al día, en comparación con el 42,23% de los hombres, se desafía el estereotipo de que son los hombres quienes tienen un lenguaje más ‘picante’.
Además, el análisis también puso de relieve que la edad y el contexto juegan un papel crucial en la frecuencia del uso de groserías. Los jóvenes entre 16 y 24 años son los más propensos a utilizar un lenguaje vulgar, mientras que los grupos de mayor edad tienden a moderar su expresión.
Es importante destacar que el estudio no busca estigmatizar ninguna ciudad o género, sino más bien entender cómo la diversidad cultural y lingüística de Colombia se manifiesta en la manera en que sus habitantes se expresan. Asimismo, resalta la importancia del contexto social en el uso del lenguaje y cómo este puede variar según la situación y las personas presentes.
En resumen, este estudio ofrece una mirada fascinante a la riqueza lingüística y cultural de Colombia, desafiando algunos estereotipos arraigados y subrayando la importancia del contexto y la diversidad en la forma en que nos comunicamos.