Carmen Rosa Granados cambió el fusil AK-47 que cargó durante 14 años por los mandos de una retroexcavadora de orugas que aprendió a conducir como parte de los programas de formación de la Agencia para la Reincorporación y la Normalización, ARN, para quienes que se acogieron al proceso de paz.
Ella, antigua enfermera del Frente 19 de las Farc que operaba en la Sierra Nevada de Santa Marta, se graduó este jueves en el municipio de La Unión, Valle, junto a otros 64 desmovilizados, como operarios de maquinaria amarilla.
«Estamos convencidos que la vida civil es más fácil por eso estoy aprovechando esta oportunidad que nos brindan para capacitarnos en diferentes actividades», indicó Javier Herrera, un hombre de 30 años que afirma que empuñar las armas ya no hace parte de su proyecto de vida.
Ellos llegaron de varios departamentos de Colombia y permanecieron en los municipios de Toro y La Unión durante tres meses capacitándose en estas actividades que les abrirán las puertas del mercado laboral.
Según Nelson Darío Velandia, director programático de la Agencia, este proceso de formación técnica y académica contó con el apoyo de la empresa privada y la Sociedad de Agricultores y Ganaderos del Valle, SAG, y se constituye como un plan piloto a nivel nacional.
«Esta formación hace parte de los Modelos de Entornos Productivos liderados por la ARN en el territorio nacional que desde el año 2018 han beneficiado 936 excombatientes», indicó Velandia.
La capacitación técnica y académica que estas personas recibieron en maquinaria amarilla les permitirá construir un proyecto de vida desde la legalidad.
La certificación fue entregada por la Asociación de Maquinaria Pesada de Colombia, Asomap.
Así lo entiende claramente, Édison Mauricio Herrera, quien durante 12 años combatió contra el Estado colombiano en el Frente 34 de las Farc en el departamento de Antioquia.
«La guerra es muy dura, se sufre mucho y más cuando no ve caer a un compañero en un combate», dijo Mauricio, quien perteneció por doce años a las Farc, cinco en el monte y siete en la cárcel en donde se desmovilizó.
«Las personas que hoy se gradúan cuentan con capacidades más sólidas para la inclusión productiva. En el Valle del Cauca tenemos un proceso de reincorporación que va avanzando y que requiere el apoyo del sector público y privado, este departamento cuenta con una fuerza empresarial muy fuerte que esperamos pueda acoger a los exintegrantes de las Farc-EP», indicó finalmente el director programático de la Agencia para la Reincorporación y la Normalización, ARN.
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