En un relato en primera persona publicado el miércoles por el periódico británico The Telegraph, Shriver describe un “viaje doloroso y emocional” que incluyó lo que ella escribe fue una relación con el entrenador Don Candy que duró poco más de cinco años.
Candy murió en 2020.
“Todavía tengo sentimientos encontrados sobre Don. Sí, él y yo nos involucramos en una aventura larga e inapropiada. Sí, estaba engañando a su esposa. Pero había mucho en él que era honesto y auténtico. Y yo lo amaba”, dice ella. “Aun así, él era el adulto aquí. Debería haber sido el adulto de confianza”.
Shriver, que ahora tiene 59 años, se convirtió en profesional en 1979, un año después de llegar a la final de individuales del US Open a los 16 años. Venció a Martina Navratilova en las semifinales antes de perder el partido por el título ante Chris Evert.
Shriver, quien es de Maryland, luego haría equipo con Navratilova para ganar 21 trofeos de Grand Slam en dobles femeninos.
En el artículo del miércoles, Shriver escribe que su “principal motivación es que la gente sepa que esto todavía continúa, mucho. Creo que las relaciones de entrenador abusivas son alarmantemente comunes en el deporte en general. Sin embargo, mi experiencia particular es en el tenis, donde he sido testigo de docenas de casos en mis cuatro décadas como jugador y comentarista”.
“Cada vez que escucho acerca de un jugador que está saliendo con su entrenador, o veo a un fisio masculino trabajando en el cuerpo de una mujer en el gimnasio, me suenan las alarmas”, dice.
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