Redacción BL
Los retos macro para la economía del país en los próximos 30 años, en la Colombia de 2053, incluyen varios elementos que hoy están en discusión, como por ejemplo el tema pensional y el envejecimiento de la población, con todos los factores económicos, sociales, educativos y de salud que eso conlleva.
Sin embargo, hay otros elementos claves que muy seguramente a la vuelta de máximo 20 años no serán parte de la vida diaria de los colombianos: el dinero físico.
Para Andrés Langebaek, director de estudios económicos del Grupo Bolívar Davivienda, para tristeza de muchos, pero también para satisfacción y orden de muchos otros más, “a más tardar en 20 años las monedas y billetes van a dejar de existir, un proceso que en la mayoría de los países escandinavos ya se está comenzando a ver”.
El analista, cuyos orígenes están en esa región del mundo, dice que ya es difícil cambiar un billete en Suecia, Dinamarca, Noruega o Finlandia por el desarrollo al que han llegado los medios de pago digitales.
Claro que la desaparición del dinero físico, considerado como algo casi imposible de que suceda para muchos, tiene muchas ventajas desde muchos puntos de vista.
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Por ejemplo, el control de las transacciones y el origen de los recursos se podrá ser más eficiente, un factor que para los gobiernos y los organismos de control nacionales y transnacionales será clave con el fin de combatir el delito.
Dinero en efectivo.
La transición energética, que ya ha comenzado a verse en el mundo, sin duda, estará en boga en tres décadas en lo que muy seguramente se hablará de locomoción sin el uso de combustibles fósiles y una variedad de alternativas para la vida diaria.
En el sistema financiero se vislumbra mayor inclusión financiera y de seguros, no solo en las ciudades, sino en zonas rurales y apartadas de la geografía.
Para ello, son vitales las inversiones de las empresas tecnológicas en telecomunicaciones, pero también el desarrollo de software y hardware bancario, así como avances en la adopción de la Inteligencia Artificial que, junto con el open banking y el open data, puedan aportar a un sector que cada vez va a tener menos oficinas de atención.
Así lo estima una reciente encuesta de Boston Consulting Group, en la cual el uso de los canales digitales de los bancos se va a profundizar, junto con los mecanismos de protección de la identidad para prevenir el ciberfraude a nivel de banca personal y empresarial.
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Langebaek dice que cuando se miran las tendencias de crecimiento sectorial en el mundo, el sector de servicios es el que más crece en los países occidentales y la producción de bienes disminuye.
Ese elemento en Colombia se ha venido dando y considera que vamos hacia una economía de servicios y la producción va a seguir disminuyendo junto con el sector agrícola.
Otro campo clave que sucederá es el demográfico, pues en 2050 habrá una mayor población de 60 años hacia arriba que de 18 años para abajo, o sea que, como dice Langebaek, “vamos a tener una silver society o generación de los canosos”.
Así, una población sesgada hacia los mayores influirá necesariamente y con contundencia en los patrones de consumo, de ahorro, ubicación geográfica, atención, especialidades médicas y hasta nuevas formas para la movilidad en el transporte público para personas con dificultades.
Adicional a esto, otro elemento al que no se le podrá evadir la responsabilidad es a por lo menos hacer una nueva reforma pensional, diferente a la que se está discutiendo actualmente.
Y esa iniciativa deberá tener nuevos parámetros de edad y cotización, entre otros temas.
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Trabajar en el país, para otro país
Adicionalmente, según analistas, por más de que la gente no quiera, el mundo se ha globalizado y ya muchos profesionales colombianos trabajan en el país, pero están vinculados con empresas, firmas y organizaciones de otros países, que muchas veces les pagan en el exterior con otra legislación laboral, a lo cual no es fácil hacer seguimiento de esos fenómenos, pues son contratos bajo otras normatividades y pueden presentar elementos en contra de la ley colombiana.
En ese caso, el Estado puede perder el control del seguimiento de esos fenómenos, indica el analista.
Además, se hace más complicado asegurar el pago de impuestos a las compañías de servicios del exterior, por ejemplo, que ofrecen streaming.
Los desafíos de la globalización y los avances tecnológicos y las soluciones que ello trae no son fáciles de controlar.
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Desde hace décadas la gente ha estado saliendo de las zonas rurales.
Hace 100 años el 75 % de la población vivía en el campo y el 25 % en las ciudades y eso actualmente es al revés.
Esto ha estado acompañado de una mayor tecnificación en la producción de comida, lo que en las próximas décadas se acentuará.
Langebaek dice que en Colombia hoy estamos inmersos en discusiones ideológicas de si el Estado debe proveer los servicios o es el sector privado.
“A Colombia le falta atravesar un periodo de maduración en el que se diga que no uno sino ambos, en un equilibrio, pueden y deben ayudar a dar las soluciones. Que esas peleas se lleven a un terreno práctico y no ideológico y de manera consensuada”, dice el analista.
“Mi familia es de origen danés y allá un plomero puede ganar más que un abogado o un economista, y son países que han llegado a una madurez en donde ya, incluso, hay escasez de mano de obra y los trabajos no valen si son de escritorio, sino por la experiencia y el conocimiento que la persona aplica en la labor”, advierte Langebaek.
Con el tiempo, dice, vamos a llegar a equilibrios en donde esa población que tiene especializaciones y títulos se va a cortar y la educación técnica será rentable frente a la académica y costosa.
La disminución de la pobreza, el desempleo, la desnutrición, el narcotráfico, las diferentes formas de delito y una mayor apertura y tolerancia a las diferencias tendrán que hacer parte de las agendas.
Empleo en Colombia
EL TIEMPO
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En la agenda de Colombia hacia los próximos 30 años el tema de los derechos humanos debería tener una especial atención, pues las diferentes formas delincuenciales han ocasionado que el país sea visto como violento y prueba de ello han sido las muertes que ha dejado la situación de conflictividad.
Se tardaron varias décadas en firmar acuerdos de paz, pero ni siquiera con eso ha habido una paz total y el reto es frenar ese desangre que le quita posibilidades de crecer al país.
PORTAFOLIO
