Inconsolable, la madre de Juan Fernando Villota Chitán espera, en compañía de otros familiares, en frente de las instalaciones de Medicina Legal en Cali a que le entreguen el cuerpo de su hijo para trasladarlo a Ipiales, Nariño, donde le darán cristiana sepultura.
Villota, de 32 años, conducía el bus que había partido desde Pasto, Nariño, con destino a la capital del Valle del Cauca, y explotó el lunes pasado cuando pasaba por el municipio de Rosas, Cauca.
El ministro de Defensa, Carlos Holmes Trujillo, afirmó el martes pasado en Popayán, donde lideró un consejo de seguridad extraordinario tras la tragedia, que en el aerovan se transportaba pentolita, sustancia que ocasionó la explosión, la cual sería utilizada en prácticas de minería ilegal.
Sin embargo, la madre y otros familiares de Juan Fernando dudan de la hipótesis del Gobierno Nacional y desmienten categóricamente las versiones de que él sabía que estaba transportando los explosivos. «Mi hijo era un hombre sano, trabajador», dijo la madre en medio de las lágrimas al referirse a esos rumores.
Por su parte, un tío de Juan Fernando afirmó que se pudo haber tratado de un atentado o que en la aerovan iban los explosivos sin conocimiento de su sobrino. «El conductor no tiene derecho de ponerse a revisar el equipaje de los pasajeros. Pudieron haberlo (los explosivos) subido allá (en Pasto), qué sabemos; no podemos asegurar nada. ¿Todos fallecieron, quién nos puede decir algo?», dijo el familiar del conductor.
Los parientes de Juan Fernando se quejan de que en el terminal de transportes de Pasto no hayan revisado el vehículo antes de su partida hacia Cali y que durante el recorrido no haya habido, por lo menos, un retén del Ejército o la Policía en el que pudieron encontrar los explosivos. «Entre Pasto y donde fue la explosión hay más de siete horas y no hubo ni un solo retén, a pesar de que se trataba de la vía Panamericana, durante un paro armado del Eln», aseveró una tía de Juan Fernando.
La tía se queja de que ninguna autoridad se haya acercado a preguntarles qué necesitan para llevar el cuerpo de su sobrino a Nariño. «Como es muchacho humilde, son indiferentes», dijo.
El tío del conductor le pide a las autoridades investigar el hecho de que la aerovan haya salido con el cupo completo, ocho pasajeros y el conductor, desde Pasto y dos personas se hayan bajado de esta durante el camino.
Juan Fernando Villota deja una esposa y dos hijos de nueve y diez años.
Alicia Chicaiza, de 52 años, es otra de las víctimas fatales.
Desolación y daños en el vecindario de Rosas tras explosión.
Santiago Saldarriaga / EL TIEMPO