El fiscal del distrito del condado de Los Ángeles, George Gascón, ha dado un giro significativo en el caso de Erik y Lyle Menéndez, quienes han cumplido casi 35 años en prisión por el asesinato de sus padres. Gascón anunció que presentará una solicitud formal para reducir la sentencia de cadena perpetua sin libertad condicional de los hermanos a una de 50 años a perpetuidad. Esta reducción permitiría a los Menéndez solicitar «inmediatamente» la libertad condicional, dada su edad en el momento de los crímenes y el tiempo cumplido.
Durante una conferencia de prensa en la que estuvo acompañado por familiares de los Menéndez que han abogado por su liberación, Gascón admitió que no hay un consenso absoluto en su oficina sobre la reducción de la condena. No obstante, el fiscal expresó que considera que los hermanos han «pagado su deuda a la sociedad». Además, subrayó que los Menéndez han mostrado una notable rehabilitación durante su tiempo en prisión, donde incluso han creado y dirigido grupos de apoyo para otros internos.
Tras la presentación de la solicitud de Gascón, el caso pasará a manos de un juez, quien decidirá si se modifica la sentencia. En caso de que se apruebe la reducción, la junta de libertad condicional evaluará la posibilidad de concederles la liberación, considerando sus aportes y conducta en prisión.
Este movimiento representa un cambio importante en un caso que cautivó al público en los años 90 y que sigue siendo un referente en debates sobre el sistema de justicia, la rehabilitación y el perdón.