TAIPEI, Taiwán: El fundador del fabricante de chips TSMC, Morris Chang, dijo que apoya los esfuerzos de EE. UU. para frenar los avances de China en la industria de los semiconductores.
Sin embargo, enfatizó que los precios aumentarían y la disponibilidad de la amplia variedad de chips que alimentan el mundo moderno disminuiría debido a la «bifurcación» de la cadena de suministro global y la reversión de la globalización.
En un evento organizado por la revista CommonWealth de Taiwán, Chang, de 91 años, dijo: «No tengo ninguna duda de que, en el sector de los chips, la globalización está muerta. El libre comercio no está tan muerto, pero está en peligro».
«Cuando los costos suban, la omnipresencia de los chips se detendrá o se ralentizará considerablemente. Vamos a estar en un juego diferente», agregó.
La compañía cotizada más valiosa de Asia y un importante proveedor de Apple, TSMC es ampliamente considerada en Taiwán como la «montaña sagrada que protege el país», debido a su importancia económica.
En los últimos años, China ha aplicado más presión diplomática y militar contra Taiwán, que Beijing considera su territorio.
Al mismo tiempo, Taipei se encuentra en una situación difícil con respecto a los esfuerzos de EE. UU. para impulsar la fabricación de chips a nivel local o en países aliados.
En 2022, TSMC comenzó la construcción de una segunda fábrica de chips en Arizona que utiliza tecnología avanzada, que comenzará a producir en 2026, con lo que la inversión total en EE. UU. ascenderá a 40.000 millones de dólares.
En respuesta, el gobierno chino ha invertido miles de millones en el sector de chips del país, pero Chang dijo que la tecnología de fabricación de chips de China va a la zaga de Taiwán por «al menos cinco o seis años».
