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Gabriel Meluk opina sobre el nuevo orden en el fútbol tras lo sucedido en la Champions League – Fútbol Internacional – Deportes

Gabriel Meluk opina sobre el nuevo orden en el fútbol tras lo sucedido en la Champions League - Fútbol Internacional - Deportes


El ‘geopoder’ del fútbol mundial ha cambiado. Van dos años en los que despunta un nuevo orden entre las potencias del juego.

El todopoderoso balompié de España extendió su imperio de modelos de juego, títulos y megafiguras por todo el planeta durante una década, incluyendo el título del Mundial en Sudáfrica 2010. Sin embargo, ha perdido el dominio en las dos últimas ligas de Campeones y en las dos últimas copas del Mundo.

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El año pasado fue el resurgir del fútbol inglés y su Premier League con el Liverpool y el Tottenham en la final de la Champions. En este 2020, Alemania y su Bundesliga y Francia con su League 1 –¡ojo, los últimos dos campeones del mundo!, abanderan la retoma de Champions con el Bayern Múnich, el Leipzig, el París Saint-Germain y el Lyon–. Hay un nuevo orden.

Se habla de que el modelo de juego español se estancó. Pero ¿a qué modelo se refieren? ¿Al preciosista de posición y posesión del Barcelona, o al de amplitud, centro y remate del Real Madrid, o al superdefensivo y pragmático del Atlético de Madrid?

Cada una de estas poderosas naves de la ‘armada española’ se anquilosó en su propio estilo, en sí misma y sus laureles, con el agravante de los cambios de jugadores, con alta fuga de talentos, como Cristiano Ronaldo y Neymar, por mencionar solo los dos más importantes.

El Barcelona se envejeció, siguió siendo un equipo muy costoso y olvidó sus principios de juego esperando los milagros salvadores de Messi o Ter Stegen. El escandaloso 8-2 que le propinó el Bayern Múnich es su más grande realidad y humillación. Las caras de Messi, Piqué o Vidal eran las de ver pasar su propio entierro.

El Real Madrid y el Aleti se hundieron en sus espesas arenas movedizas de quietud en sus formas de juego y sus fondos tácticos. No añadieron nada, no variaron nada fundamental y apostaron por mantener la estabilidad de su éxito, pero, insisto, con el pecado de perder a varios de sus mejores talentos individuales que les soportaban esas estructuras de juego que no se tocaron.



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En estos dos últimos años, los ingleses, los alemanes y los franceses han puesto patas arriba el orden del fútbol mundial con un fútbol de mayor velocidad, mayor presión en campo contrario y mayor intensidad. Quizás, incluso, más físico, sin restarle nada a la técnica y a la táctica.

No hay error al decir que el modelo de juego español también fracasó con el Manchester City inglés dirigido por el catalán Pep Guardiola, que revive el viejo y conocido debate sobre la tenencia improductiva de la pelota. El 74 por ciento de posesión en su duelo contra el Lyon fue destrozado por la estadística más poderosa del fútbol: los goles. ¡Perdió 3-1!

Pero en el fútbol, como en la vida, nada es absoluto. El formato de ‘final 8’ de la Champions, a partido único, por la pandemia del nuevo coronavirus, premia al contundente, al de mayor fortaleza mental, al que no cometa errores graves en las áreas y, esta vez, a los equipos que llegaron con mayor descanso y menor ritmo de competencia.

Obvio, también a partido único, la suerte cobra mayor valor en el significado del fútbol como un simple juego, por más autopsias de rigor táctico y estratégico en el cadáver fresco de los colosos de España y su modelo de juego.

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Así, la desgracia imprevista, el azar en contra, la suerte de espalda, cobra un peso distinto al de un torneo largo o al de una llave a ida y vuelta, como en el increíble fallo de Sterling con el arco vacío y a dos metros para el posible 2-2 contra Lyon, como las metidas de pata insólitas de Varane para los dos goles del City sobre el Real Madrid, como con el remate desviado por un zaguero que vence a Oblak para la clasificación del Leipzig, como la remontada increíble en el descuento del PSG sobre el Atalanta … ¡Es fútbol!

Y en el fútbol de hoy manda la velocidad, la presión sin tregua, la intensidad. Hoy hay un nuevo orden mundial en el fútbol. España ha perdido su imperio.

GABRIEL MELUK
Editor de Deportes
@MelukLeCuenta

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