Redacción
Ante una de las peores crisis económicas que ha visto el país en su historia reciente, el Gobierno tuvo que sacar más recursos para atender la pandemia por coronavirus y esos gastos extra, que abrieron más el hueco fiscal también a números récord irían hasta el 2022.
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Según lo planteó el Gobierno en el Marco Fiscal de Mediano Plazo (MFMP), “una postura de política expansionista en el corto plazo es fundamental para materializar la recuperación económica y fortalecer el tejido socioeconómico del país. La crisis económica generada por la pandemia de covid-19 requiere de la implementación en el corto plazo de acciones gubernamentales que contribuyan a la reactivación económica y la protección de los segmentos más vulnerables de la población. De lo contrario, se arriesga a una profundización de la crisis económica y social”, apunta el documento.
Esos gastos extra que el Gobierno tuvo que asumir durante el 2020 y que se canalizaron a través del Fondo de Mitigación de Emergencias (Fome) para las nuevas necesidades del sistema de salud y los giros extra para las familias más pobres y vulnerables, significaron que el déficit fiscal en ese año subiera a 7,8% del PIB.
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Y debido a que los gastos extra también han sido necesarios para este año por cuenta de, por ejemplo, el ‘Plan Nacional de Vacunación’ o el programa de ‘Ingreso Solidario’ que se extendería hasta agosto, el déficit fiscal que se prevé este año también será histórico, con un 8,6% del PIB, lo que equivale a aproximadamente $95,7 billones.
De acuerdo con el MFMP, debido a la crisis social y económica, algunos de esos gastos adicionales seguirán, por lo que el déficit fiscal cerrará el 2022 en 7% del PIB y desde el 2023 el hueco fiscal sería de 4,7%, un año en el que todavía se prevén algunos recursos extra, pero en menor medida.
Como parte clave de la reducción de ese hueco fiscal que tiene el Gobierno por menores ingresos y mayores gastos está el proyecto de reforma tributaria, llamado Inversión social y a través del cual esperan hacer un pequeño ajuste de las cuentas nacionales.
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“El proyecto de ley de Inversión Social generaría ingresos fiscales adicionales que ascenderían a 1,2% del PIB a partir de 2023. Así, estos ingresos adicionales aumentarían desde 0,1% del PIB en 2021 a 0,3% del PIB en 2022, de tal forma que a partir de 2023 contribuyen significativamente a la reducción del déficit fiscal, así como a la estabilización y posterior reducción de la deuda pública”, explica el Gobierno en el MFMP.
¿Y la regla fiscal?
En medio de esa hoja de ruta que trazó el Gobierno para reducir los gastos y la deuda a través de diferentes salidas, como la recuperación económica y la tributaria, los expertos advierten que un instrumento clave en medio de esa transición de una política más expansionista a una de austeridad será robustecer la regla fiscal.
Para la Asociación de Instituciones Financieras (Anif), “Dentro de este marco analítico, vemos conveniente revisar la coherencia de la sostenibilidad de las finanzas públicas bajo un escenario donde las necesidades económicas de la población, en particular la más vulnerable, continúen siendo desfavorables más allá del 2022.
Según el centro de estudios, aunque el Gobierno tenga proyectado empezar a reducir los gastos extra a partir del 2023 puede que la realidad nacional demande más gasto en los próximos años. “Para lograr solucionar los problemas de desigualdad y pobreza, que se recrudecieron a partir de la emergencia sanitaria y que demandan el mantenimiento de programas sociales, es necesario resolver con urgencia los problemas fiscales de nuestro país”.
Incluso, en un análisis del centro de investigaciones económicas de Bancolombia también destacan que las cuentas del Gobierno podrían ser muy optimistas. “Encontramos un excesivo optimismo sobre la capacidad del Gobierno para aumentar los ingresos y moderar los gastos en el mediano plazo. Esto lleva a que la perspectiva de moderación en el desbalance y de estabilización de la deuda del GNC al cabo de algunos años luzca poco factible”, señalan.
Ahora bien, en ese sentido, Gregorio Gandini, experto de Gandini Análisis, “la hoja de ruta de la reducción de deuda debería partir de una revisión completa del gasto público y determinar si puede reducirse el tamaño del Estado. Adicionalmente, en términos de crecimiento es importante también tener en cuenta la generación de empleo como motor de estabilidad”.
Ante esa situación, los expertos también señalan que será crucial robustecer la regla fiscal, que se suspendió por la pandemia y que también se buscaría modificar en el proyecto de reforma tributaria.
“En la medida en la que las metas y el marco analítico que hacen parte de la regla fiscal incorporen explícitamente el nivel de endeudamiento, y los conceptos de ancla y límite de deuda, se asegura que las metas fiscales establecidas sean consistentes con el aseguramiento de la sostenibilidad de las finanzas públicas”, apunta el MFMP.
María Camila González Olarte
Twitter: @CamilaGolarte
