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Gustavo Petro: Las mentiras de Petro con la salud/ Opinión – Partidos Políticos – Política

Gustavo Petro: Las mentiras de Petro con la salud/ Opinión - Partidos Políticos - Política

Desconcertante el episodio del supuesto “cáncer temprano en la juntura del esófago con el estómago” del senador Gustavo Petro. Su anuncio en redes, el audio de un especialista de una clínica donde fue examinado en Bogotá que revelaba que era mentira y el desenlace en Cuba: endoscopia, gastritis, tratamiento con omeprazol.

Misterio y opacidad en temas sensibles que, sin embargo, corresponden a la órbita personal. Donde resultan inaceptables las mentiras y los trucos es en lo público, máxime en un momento como el actual. Petro ha convertido la salud en herramienta de agitación política. Cuestiona y critica acciones de las autoridades a cargo de la crisis y formula sus propias recomendaciones, con aires de erudito.

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Sorprende tanto empeño en el tema. Se puede estar de acuerdo o no con lo que dice, pero la cuestión de fondo es si tiene conocimiento, y sobre todo autoridad moral, para hablar de salud, considerando que en 2016, tras los cuatro años de su administración, entregó el sistema de salud de Bogotá en ruinas.

Cuando terminó su gobierno, 14 de los 22 hospitales públicos estaban clasificados con riesgo financiero medio o alto y andaban cerca de la liquidación, lo mismo que Capital Salud, la EPS del Distrito, intervenida por la Superintendencia de Salud, con un déficit de 600.000 millones de pesos, cuatro veces su patrimonio.

Como ocurrió en el gobierno de izquierda que lo antecedió, lo peor de todo fue la corrupción. Para comenzar, Petro mantuvo los contratos con privados del sistema de ambulancias, que llevaron a la cárcel al exalcalde Samuel Moreno y a su secretario de Salud, y en virtud de los cuales la ciudad se vio obligada a pagar en ese cuatrienio 67.000 millones de pesos al año para operar 80 ambulancias –¡837 millones cada una!–.

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La salud pública de la Colombia Humana tuvo sistemas de funcionamiento y de contratación poco transparentes. Cada una de las 22 entidades adscritas a la Secretaría de Salud tenía su propia administración, con gerentes, subgerentes, asesores, choferes, oficinas, vehículos, etcétera, y sobre todo su propio plan de compras y de gastos, un pandemónium de ineficiencia que le costó a la ciudad miles de millones de pesos.

Petro evoca y se vanagloria de su programa de prevención, que llamó Territorios Saludables, que, lejos de ser un avance en salud, fue otro nido de derroche y clientelismo

Sorprendentemente, en la actual crisis del coronavirus Petro evoca y se vanagloria de su programa de prevención, que llamó Territorios Saludables, que, lejos de ser un avance en salud, fue otro nido de derroche y clientelismo. Funcionaba a través de 8.000 contratos, y más de 60 por ciento de los contratistas no eran profesionales ni de la salud ni de ninguna otra disciplina.

Territorios Saludables le costaba a Bogotá mil millones de pesos al día, y su ineficiencia quedó más que al descubierto cuando fue sustituido por el programa Gestores de Riesgos, que con solo 400 personas, todas profesionales, logró resultados abrumadoramente mejores, a muchísimo menor costo.

Pero lo más sorprendente es la obsesión con un edificio del complejo hospitalario San Juan de Dios. Compró el complejo en una controvertida operación un mes antes de salir de la alcaldía. Pagó 157.000 millones de pesos a la Gobernación de Cundinamarca, pasando de largo sobre disputas en la propiedad con el dueño original –la Fundación San Juan de Dios– y otros líos jurídicos –la invasión de un área por antiguos empleados y embargos de la Dian y hasta del IDU–. Sin tener garantizada la propiedad, Petro dispuso inversiones millonarias en la torre central –con visos de ilegalidad–, cuya estructura no cumple los requisitos de sismorresistencia.

Juiciosamente, ante los hechos cumplidos, Enrique Peñalosa se empeñó en recuperar y restaurar todo el complejo hospitalario. Solucionó los conflictos y emprendió la renovación de los edificios, en particular de los 17 que son de conservación. El edificio central será demolido porque el reforzamiento costaría más que hacer un hospital nuevo y dotado. En ese espacio se construirá un Caps y la nueva sede del hospital Santa Clara, que será uno de los mejores de Latinoamérica.

La diferencia entre la retórica y la acción. Entre desinformar y hacer. Ojalá Dios proteja la salud del senador Petro. También su mente, y le dé sensatez para aceptar la realidad, así como prudencia para controlar sus ímpetus incendiarios.

NUBIA STELLA MARTINEZ
*Directora Centro Demcorático

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