Un hombre de Georgetown fue sentenciado en un tribunal federal el lunes por fraude electrónico después de que robó medio millón de dólares de una iglesia local en el transcurso de cuatro años mientras actuaba como su tesorero.
Ralph Tackett, de 66 años, robó $512,042 de la iglesia y usó el dinero para su beneficio personal, según registros judiciales. Fue sentenciado por el juez Danny Reeves a casi tres años de prisión y se le ordenó pagar $532,807 en restitución. Tendrá que reportarse por sí mismo a una instalación de la Oficina de Prisiones en marzo.
Tackett previamente aceptó un acuerdo de culpabilidad en septiembre de 2022.
Como tesorero de la iglesia, Tackett estaba a cargo de los asuntos financieros de la iglesia, incluida la aprobación y el procesamiento de los pagos, la gestión de los pagos de la hipoteca, el depósito de las ofrendas en efectivo y la supervisión de las cuentas bancarias de la iglesia, según los registros judiciales.
La iglesia no fue nombrada en los registros judiciales ni en el testimonio judicial.
Tackett rutinariamente emitía cheques de la iglesia a nombre de su cónyuge sin que ella lo supiera y los cobraba y depositaba en sus propias cuentas personales y comerciales, según los registros judiciales. Tackett transmitió parte del dinero a través de transferencias bancarias con la cuenta corriente WesBanco de la iglesia a su tarjeta de crédito personal American Express, según los registros judiciales.
Tackett también sacó dinero directamente del plato de la ofrenda, según testimonios y documentos judiciales.
Además, transfirió alrededor de $187,356 para pagar sus propias deudas de tarjetas de crédito personales en incrementos de $1,000 o menos.
“Trató las donaciones y los fondos de la iglesia como si tuviera derecho a ellos; administró la cuenta operativa de la iglesia como si fuera su propia cuenta bancaria secreta”, escribieron los fiscales en un memorando de sentencia. “Ocultó sus amenazas generando informes mensuales demasiado simplificados que omitieron las numerosas transferencias no autorizadas de fondos que realizó para pagar sus propias deudas personales”.
Tackett rutinariamente transfirió fondos a un individuo fuera del estado “que le hizo demandas financieras”, en pequeñas cantidades que sumaron $325,000, según los registros judiciales. Las transacciones abarcaron desde diciembre de 2015 hasta julio de 2019.
El abogado defensor de Tackett, Jarrod Beck, dijo que Tackett estaba siendo chantajeado y acosado cibernéticamente. Los documentos judiciales alegan que el chantajista amenazó con revelar las “hazañas sexuales” de Tackett.
“El chantaje lo afectó y temía que las amenazas en su contra lo destruirían”, dijo Beck. “No le importaba su reputación, sino la reputación de la vida de las personas que lo rodeaban”.
La fiscal federal adjunta Tashena Fannin confirmó el chantaje, pero informó al tribunal que no había evidencia que sugiriera que el chantaje coincidió con el comienzo de los delitos. Dijo que, según Tackett, el chantaje no comenzó hasta 2017.
“El acusado comenzó en este camino criminal antes de que su vida sexual personal fuera amenazada, la frecuencia de sus acciones y omisiones era semanal y, a menudo, diaria, y continuó con su esquema durante aproximadamente 43 meses”, dijo el memorando de sentencia del fiscal.
La comunidad de la iglesia nunca sospechó que Tackett estaba aceptando dinero y creía que sus problemas financieros se debían a «dolores de crecimiento naturales», ya que se acababa de mudar a una instalación actualizada y más costosa, según los registros judiciales. Su autoridad como tesorero no fue controlada.
Una vez que el FBI confrontó a Tackett, él cooperó completamente con su investigación y agradeció que ya no fuera una carga, según el testimonio judicial realizado el lunes.
“Aceptó toda la responsabilidad por sus acciones”, dijo Fannin en la corte.
Se arregló un acuerdo de culpabilidad debido al cumplimiento de Tackett, y los fiscales y el equipo de defensa acordaron que no era una amenaza para el público y que probablemente no volvería a delinquir debido a su edad y falta de antecedentes penales.
