Los refugiados dijeron al ACNUR que hombres armados atacaron el campamento, secuestraron a varias mujeres, saquearon propiedades y ocuparon sus hogares, lo que provocó la huida de miles de personas.
“ACNUR está trabajando con las autoridades etíopes y sus socios para brindar ayuda de emergencia a miles de refugiados eritreos que huyeron del campo de refugiados de Barahle y sus alrededores en la región de Afar después de que los combates asolaran la zona”, dijo la agencia en un comunicado.
No dijo quién llevó a cabo el ataque.
Reuters no pudo comunicarse con los portavoces de las fuerzas de Tigrayan o las fuerzas regionales de Afar para hacer comentarios.
El conflicto en el norte de Etiopía ha enfrentado a los gobernantes de la región norteña de Tigray contra el gobierno central etíope y sus aliados, incluidas las fuerzas de las regiones de Amhara y Afar, y las tropas de la nación vecina de Eritrea.
La guerra de 15 meses ha matado a miles de civiles y desplazado a millones. Unos 150.000 refugiados eritreos viven en Etiopía. Han sido asesinados, violados y encarcelados por beligerantes en ambos lados del conflicto y privados de ayuda durante meses.
Los combates entre las fuerzas de Tigrayán y Afar han desplazado al menos a 300.000 personas desde diciembre y han bloqueado las entregas de alimentos a la vecina Tigray, donde millones de personas dependen de la ayuda.
Afar tiene una importancia estratégica porque su territorio contiene la carretera principal y el ferrocarril que une Addis Abeba, la capital de Etiopía sin salida al mar, con el puerto marítimo de Djibouti.