Niños de la vereda Guaimía participan en la constitución de las zaoteas
Desde la primaria, a los estudiantes se les enseña a cuidar la naturaleza mediante la participación en la construcción de azoteas o huertas donde siembran especies comestibles, medicinales u ornamentales, muchas de las cuales están en vía de extinción. Uno de los objetivos es que se convierta en una alternativa para generar ingresos a las familias de la zona.
Conscientes de su papel preponderante en la protección de los recursos naturales en su territorio, los alumnos de la Institución Educativa Francisco José de Sucre, sede Santiago Pérez, en la vereda Guaimía (Buenaventura), ocupan parte de su tiempo de estudio en cultivar la huerta escolar, actividad que es apoyada por la CVC.
En ella, los menores aprenden cómo sembrar plantas que, a la larga, los beneficiarán a ellos. Darleydi Cardozo, una pequeña de cuarto de primaria, es feliz en la huerta porque ha aprendido a sembrar y cuidar las plantas y el medio ambiente. Por su parte, Arnold Daniel Córdoba, otro estudiante, afirma que en la huerta tienen especies como albahaca, cilantro y ají, entre otras.
En esta labor de enseñar a los niños, los profesores han cumplido un papel muy importante porque lo que se busca que se vayan relacionando con las especies propias de su territorio.
«A los niños se les va motivando para que vayan encariñándose y queriendo su entorno y el medio ambiente. Las prácticas que se hacen con los niños aquí en esta sede en Guaimía, son en las huertas donde ellos siembran lo que son plantas ornamentales, medicinales y comestibles buscando la preservación de todas esas especies», dijo Wilson Anchico Solís, docente de Agropecuaria de la Institución Educativa Antonio José de Sucre.
Asimismo, la CVC ha estado muy pendiente en apoyar esta labor de los directivos del centro educativo. Gabriel Riascos García, profesional de la CVC, señaló que los niños siempre los dejan sorprendidos por ese reconocimiento y la iniciativa que toman ante los procesos que adelanta la Corporación.
«Por eso estamos desarrollando esa estrategia de poder fortalecer el programa de ‘Semilleros estudiantiles’ no solo en este territorio colectivo de Guaimía, sino también en todo el Corregimiento No. 8, para que tengamos muchos más aliados en lo que es la conservación y sean ellos los multiplicadores de las acciones de protección que deben tener para el cuidado de los recursos naturales en los diferentes territorios, sus casas y su familia», indicó Riascos García.
Uno de los objetivos de estas huertas es que puedan ser utilizadas por la comunidad para su propia alimentación o para sacarles algún provecho económico, que permita llevar un dinero extra al hogar.
Redactó: Christian Mauricio Abadía Hinestroza – Comunicaciones CVC