Importaciones, eje de la competencia en el sector automotor colombiano | Portafolio 30 años | Finanzas | Economía

Durante el gobierno de César Gaviria, se reabrieron las importaciones de vehículos en el país y en 1993 fue la subienda de ventas, alcanzando las 140.615 máquinas, casi duplicando las ventas de 1992, cuando se colocaron 75.437 unidades. Fue la época en la que arribaron al país una amplia gama de modelos de países y marcas diferentes, que se instalaron en el mercado.

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Desde la nación del sol naciente llegaron Toyota, Nissan, Mitsubishi, Honda, Daihatsu, Hino, Subaru y Mazda. De esta última marca complementaban el portafolio con ensamblaje local.

Además, las alemanas reforzaron su presencia con BMW, Audi y Mercedes-Benz. De México y Brasil llegaron a Colombia el Volkswagen Escarabajo y el Gol, lo mismo que algunos modelos de Nissan.

De España los Seat; desde la República Checa entraron los Skoda; de Francia algunos vehículos Renault que se sumaban al ensamble local. Del país galo también hicieron presencia los Peugeot y Citroën. De Corea del Sur se importaron productos de las marcas Hyundai, Kia, Ssangyong, Daewoo y Asia Motors.

Además, desde Yugoslavia lo hicieron los Yugo. De Rusia los Lada y UAZ. De Ucrania el Tavria. De Rumania Dacia, Oltcit y Aro, aunque este último en forma de CKD para ser ensamblado en Tuluá (Valle) como Aro Corcel. “De China llegaron Donfeng y Beijing. También lo hicieron de los EE. UU. productos Dodge, Jeep y Chrysler, al igual que Pontiac y Cadillac. De Italia llegaron Lancia y Fiat. De Venezuela se importaban Fiat, Chevrolet, Toyota y Jeep. Chile envió algunos modelos de Peugeot. Mientras que Ecuador nos mandaba Mitsubishi, Chevrolet y posteriormente algo de Kia”, explica Roberto Nigrinis, director de Autos y Clasicos.com.

Pero históricamente la movilidad de los colombianos no ha sido una política de Estado y por ello, como rezan los libros de historia económica de Colombia al referirse a las riquezas, “tenemos … pero no somos potencia”.

Así, la gente tuvo acceso a vehículos, pero el país no se hizo atractivo para ser un ‘hub’ de ensambladores y la importación rápidamente empezó a tener problemas invisibles (aranceles, cargas tributarias adicionales, demoras en los trámites, más requisitos para nacionalizar, exóticas normas ambientales y ausencia de infraestructura vial competitiva).

Pese a este escenario están instaladas en el país con planta ensambladora las marcas Renault, Chevrolet, Hino y Foton, también despachando a la región, lo que habla muy bien de la producción local, y un pequeño segmento de industria de autopartes desarrollado en el país para atender ese mercado.

De casette a streaming

Si algo caracteriza a la industria automotriz es su capacidad para reinventarse y en 1993 los carros fácilmente venían sin radio. Quienes tenían más dinero compraban versiones con radio. Claro, rápidamente se abrieron paso los ‘radios con cassetera’, y tuvieron un auge bastante largo, pero llegaron los CD, luego los puertos USB y ahora se usan los servicios de sonido y video digital, o streaming.

Algo similar pasó con los motores y las asistencias: adiós al encendido con platinos, al carburador y las campanas delanteras de frenos, para dar paso al encendido electrónico, la inyección electrónica y los discos de freno (preferiblemente en las 4 ruedas).

Y eso fue solo el comienzo.

Las asistencias son cada vez más automatizadas, saltan por todas las ranuras de los vehículos hoy día, y la seguridad es lo principal. Las bolsas de aire que sean necesarias, cinturones retráctiles en todas las sillas, carrocerías flexibles para que absorban el impacto en los choques, barras de seguridad que protegen a las personas y un sinnúmero de tecnologías que ayudan a la conducción.

Y hoy, sin que las personas le presten mayor atención, los vehículos de gasolina, diésel, eléctricos e híbridos incorporan cada vez más conducción autónoma. Es normal que los carros tengan cámara de reversa, sensores de proximidad, velocidad de crucero, control de tráfico cruzado, ayudas de parqueo, marcha por un carril, lector de señales de tránsito, y control para que el vehículo opere sólo en el tráfico pesado.

Todo parece indicar que híbridos y eléctricos son solo una corta etapa y aceleran fuerte las nuevas energías como el hidrógeno y ni qué hablar de los vehículos voladores, que este año comienzan su entrada a los mercados internacionales de forma general.

La vida en dos ruedas es de larga tradición

Colombia cuenta, actualmente, con ocho ensambladoras de motocicletas y es uno de los renglones más fuertes del continente. Son tres las fábricas de mayor tradición. La primera es Auteco, que empezó ensamble en 1954 con la Lambretta; en la década de 1970 nace Incolmotos, con Yamaha. La tercera fue Fanalca, que hace Honda desde 1984.

Las ocho ensamblan diferentes marcas:

1. AKT (produce AKT, Royal enfield, Niu).

2. Auteco Mobility (Victory, Kymco, Starker, Combat, Kawasaky, Starker, Surfer, Benelli).

3. Autotécnica Colombia S.A.S. (KTM, Husqvarna, TVS).

4. Fenalca sólo Honda.

5. Incolmotos (Yamaha).

6. Grupo Uma (Boxer, Pulsar, Torito, Máxima Cargo, Triumph).

7. Suzuki.

8. Hero Motors.

CÉSAR GIRALDO
Subeditor de Portafolio

Fuente de la Noticia

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