Desde hace tres días, Bogotá ha volcado sus esfuerzos en atender los incendios forestales que se han registrado en la capital, siendo el punto de mayor concentración los cerros orientales.
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En las operaciones de control, que ya suman más de 72 horas, han trabajado de la mano tanto bomberos como soldados, policías, pilotos de la Fuerza Aérea, miembros de la Defensa Civil, Cruz Roja, las Corporaciones Autónomas Regionales (CAR), el Acueducto y el Instituto Distrital de Gestión de Riesgos y Cambio Climático (Idiger).
A pesar de que las labores han sido continuas, ¿por qué es tan difícil apagar un incendio forestal en los cerros?
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El TIEMPO consultó con un experto para entender mejor la complejidad de combatir este tipo de emergencias en esa zona.
De acuerdo con el ingeniero ambiental Daniel Lozano, la propagación de estas conflagraciones se ha visto influenciada por lo que denomina como ‘factor 30’. Este fenómeno se presenta cuando tres elementos convergen en un mismo periodo:
temperaturas superiores a 30 grados Celsius, vientos de más de 30 kilómetros por hora y una humedad relativa inferior al 30 %.
En lo que se refiere a la temperatura, si bien Bogotá se caracteriza por tener un clima frío, la presencia del fenómeno de El Niño ha derivado en que esta aumente y se acerque a ese nivel.
«Las velocidades del viento en las partes bajas no son tan altas. Sin embargo, el cerro recibe todos los vientos, entonces cerca a este lugar la velocidad es mayor. La temperatura también está más elevada en la ciudad. Esto, sumado a la vegetación que tenemos en el cerro, hace que el incendio se propague fácilmente», señaló Lozano.
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Incendio en Bogotá.
EFE
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Vegetación y tipografía
A este escenario se le suman otros factores de influencia. Según explicó en un video Melissa Acero, quien en redes sociales se identifica como socorrista de la Defensa Civil, parte de la vegetación que se encuentra en los cerros es invasora, como los pinos o los retamos espinosos.
En este último caso, el retamo espinoso representa un riesgo para los ecosistemas nativos porque la presencia de aceites en sus ramas y tallos facilita la propagación de incendios y la generación de material seco inflamable.
De la misma manera, en el análisis de la situación entra a jugar un rol importante el tipo de incendio. En ese sentido, particularmente en la emergencia de los cerros, no solo hubo un impacto a nivel del suelo, sino también de subsuelo, por lo que acceder a ese punto es más complejo.
En este aspecto, Lozano señala que hay que tener en cuenta que la tipografía de Colombia se caracteriza por tener pendientes pronunciadas y terrenos difíciles. Esto impide el uso de métodos comunes a la hora de intentar mitigar las llamas, como, por ejemplo, la creación de cortafuegos.
Lo anterior explica el porqué la solución que predomina en este tipo de eventos es la dispersión de agua por el aire.
Incendio en los cerros orientales
Sergio Acero Yate / El Tiempo.
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El experto señala que el impacto inmediato más visible es la pérdida de biodiversidad. Un aspecto que afecta directamente a la fauna local, al obligar a muchas especies a desplazarse en busca de hábitats similares.
En la lista de efectos también se incluye que la capacidad de los páramos de retener y filtrar el agua podría reducirse.
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