Indígena de 18 años de edad fue asesinado dentro de centro médico en Nariño – Cali – Colombia


Cuando acompañaba a su hermana a la Institución Prestadora de Salud en el municipio de Barbacoas, en Nariño, Diego Fernando González Rodríguez fue sorprendido por desconocidos que lo asesinaron a sangre fría.

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La víctima era un joven de 18 años de edad que pertenecía al resguardo indígena Awá de Pipalta Palbi Yaguapi, que había ingresado al centro asistencial para que atendieran a su ser querido que presentaba dolencias físicas.

Varios hombres fuertemente armados, que se movilizaban en un vehículo, descendieron del mismo, luego ingresaron al centro médico, se dirigieron hasta el lugar donde se encontraba el muchacho y le propinaron dos disparos en su cuerpo que le causaron la muerte inmediata.

Su hermana y quienes se encontraban en ese momento en el lugar entre impávidos y temerosos, presenciaron la lamentable escena sin poder mostrar ninguna reacción.

“El hecho ocurrió en el centro de recuperación de pacientes de la IPS-Unipa, es un lugar donde siempre hay presencia de mujeres, niños, mayores, y en general muchos Awá que utilizan los servicios de salud”, es la denuncia que hace dos días después la Unidad Indígena del Pueblo Awá, Unipa.

Según la misma organización, el nuevo asesinato se registró sobre la vía que de Pasto conduce a Tumaco, a la altura del kilómetro 109, en una zona que ya deja una sucesión de casos similares “y donde hace presencia la Fuerza Pública, lo que nos genera preocupación porque evidencia que para nuestro pueblo Awá no existen garantías de seguridad”.

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El mismo día, muy cerca del lugar, en el predio El Verde, sede principal de esa organización indígena ubicada en el corregimiento de El Diviso, una delegación de la Justicia Especial para la Paz, JEP, realizaba una diligencia como parte del diálogo interjurisdiccional que viene adelantando la Unipa con el Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición.

En horas de la noche de ese día un grupo de hombres armados había pintado las casas de las familias indígenas con mensajes alusivos a su grupo armado ilegal, que resultan desde todo punto de vista intimidatorios contra la población civil.

El pasado 29 de octubre en el resguardo Gran Rosario ubicado en el municipio de Tumaco, una mujer y madre del pueblo Awá cuando se dirigía a pescar al río Pulgande fue víctima de una mina antipersonal; por fortuna logró salvar su vida por la rápida ayuda que recibió de otros pescadores que estaban en el sitio, ahora, ella se encuentra en etapa de recuperación en un hospital de Tumaco.

“Nos preocupa que estos hechos hayan llegado a un sector donde confluyen familias Awá de los 32 resguardos, para recibir tanto atención médica como continuar con todo su proceso de recuperación”, advirtió esa organización.

Solo en el resguardo indígena Pipalta Palbi Yaguapi en lo que va corrido del presente año se han registrado cuatro asesinatos, al igual que un desplazamiento masivo y amenazas permanentes contra los líderes.

“Nuestras familias no encuentran tranquilidad porque no existen las garantías de salvaguarda y protección por parte de las entidades del Estado, nos han dejado solos”, es el reclamo que hace la Unipa, al tiempo que extiende un llamado a los violentos a que cesen todas las acciones armadas en el territorio porque advierte que “nosotros somos un pueblo de paz”.

También insistió sobre la necesidad de avanzar en el desminado humanitario, toda vez que las minas antipersonal se constituyen en un alto riesgo para las comunidades indígenas.

MAURICIO DE LA ROSA
PARA EL TIEMPO
PASTO

Fuente de la Noticia

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