En un giro pionero para la educación, la escuela Cottesmore en West Sussex, Inglaterra, ha designado a Abigail Bailey, una inteligencia artificial, como su directora principal. Abigail desempeñará un papel crucial en labores administrativas y en la interacción con la comunidad estudiantil.
El director humano, Tom Rogerson, colaborará estrechamente con Abigail en tareas administrativas y en la formulación de políticas, destacando que esta colaboración busca potenciar las capacidades del personal humano para brindar la mejor educación posible. Rogerson subraya la comodidad de contar con una IA para la toma de decisiones, sin descartar la importancia del consejo humano.
Este hito no implica la sustitución del personal humano, sino más bien la integración de la inteligencia artificial para optimizar procesos y asegurar un entorno educativo más eficiente.
