Abril 21, 2020 – 11:55 p. m.
Por:
Francisco Henao Bolívar – Reportero de El País
Una gambeta al temible coronavirus es lo que diariamente viene haciendo el delantero colombiano José Adolfo ‘El Trencito’ Valencia, desde su casa en Manta (Ecuador).
El hijo del recordado ‘Tren’, que juega en Delfín de Manta, sabe perfectamente de los estragos de un rival que ya en Ecuador está por los 10 mil contagiados, y que en una de sus ciudades principales, Guayaquil, ha hecho demasiado daño.
‘El Trencito’ habló con El País sobre esta situación atípica que viene afectando al mundo y que tiene paralizado el deporte en todas sus disciplinas.
¿Cuál es la situación hoy en Ecuador?
No opto por ver muchas noticias, pero el tema acá está difícil; hay mucha tristeza por las muertes, el virus no respeta ninguna clase social; acá en Manta, uno de los empresarios más importantes de la ciudad falleció de coronavirus. La ciudad está golpeada porque era un señor conocido, exitoso, propietario de una fábrica importante y dueño de barcos.
¿Cómo es un día en Manta?
Para que se hagan una idea de cómo es el día a día acá, la gente sale de 8:00 a 12:00 con tapabocas y guantes a mercar, a farmacias y a bancos. A las 12:00 cierran todo. A la 1:00 p.m. hay un toque de queda hasta las 7:00 p.m., pero después de esa hora no hay nada abierto. Por más que uno quiera salir, no va a encontrar nada.
¿Eso es solo en Manta o en todo Ecuador?
Creo que es en todo el país; yo estoy a cuatro horas de Guayaquil, que es el epicentro de este virus, y donde hay muchos contagiados. Allá el tema es durísimo, la gente está tirando a la calle a sus seres queridos que mueren para no contagiar a los otros familiares. Los hospitales y las morgues no dan abasto, es una cosa de no creer.
¿Manta cerró la frontera para evitar la llegada de gente de Guayaquil?
Si, acá en Manta lo que hicieron automáticamente fue el plan candado. Cerraron el departamento, que es Manabí, y cerraron la capital, que es Manta. Eso hizo que se aislara de la situación de Guayaquil porque allá las cosas se complicaron. Como es una de las ciudades más importantes de Ecuador, por esos días llegaron muchos vuelos de Europa y eso hizo que el virus llegara tan fuerte a Guayaquil. Gracias a Dios en Manta no se ha sufrido mucho.
¿Está acompañado de la familia?
Nada, este tema me agarró solo, no me dio tiempo de nada, ni de viajar, ni de solucionar algunas cosas como el tener a algún familiar que me acompañara en esta situación. Yo tengo dos niños muy pequeños, pero están en Colombia. A mí no me dio chance de viajar porque cerraron las fronteras.
¿Y cómo ha pasado ya un mes solo?
Pues con mucha paciencia, gracias a Dios está el tema de las redes sociales que lo distrae a uno un poco; el what’s app ha sido importante porque hablo por videollamadas con mis hijos, con mi madre y con mi hermana. Me ha tocado cocinar hasta por videollamada con mi asesora, que es mi mamá, María Nelcy Arrechea; ha sido un curso a la fuerza de cómo hacer una sopa o mariscos por que uno se cansa de comer siempre lo mismo.
¿Qué ha sido lo más difícil?
Muchas cosas, la necesidad es algo que despierta en el ser humano muchas cosas y de eso me he dado cuenta en este encierro; hago trabajo de gimnasio en la sala, después me toca cocinar, lavar, limpiar… todo eso me ayuda a distraer un poco y a pasar el día a día.
¿Su mamá y su esposa le han expresado preocupación por estar usted solo en Ecuador?
Hablo con ellas todos los días y por lo menos están bien de salud; independente de que yo esté solo en Manta, tengo que demostrarles que estoy bien. Este es un tema que se salió de las manos. Yo intenté entrar a Colombia por Ipiales, traté por todos los medios, pero al final fue muy difícil porque cerraron todo.
¿El club o sus compañeros lo han acompañado así sea por whatsapp, sabiendo que está solo?
En el equipo somos seis extranjeros: dos uruguayos, un venezolano, un argentino, un español y yo. La situación de los seis es un poco parecida porque por más que nos hubiéramos querido ir a nuestros países, las fronteras o los aeropuertos estaban cerrados. Sabemos que hay que tener paciencia, ya que ni para un asado nos podemos reunir. El club sí ha estado pendiente y nos tiene un conductor para las vueltas que necesitemos.
¿El equipo ya les habló de una posible rebaja de sueldos?
Estamos en una situación de diálogo para tomar la mejor decisión; de parte de los jugadores la idea es ser solidarios y colaborar. Pero también hay que ser conscientes, independiente de la situación, que muchos tenemos familia; la gente sabe que uno tiene mucha gente por cual velar y alimentar; tengo que pensar en los míos, son muchos los que esperan que uno siempre los apoye. Es un tema más de diálogo. El club hasta ahora ha respondido en todo.
¿El reinicio de la Liga está muy lejos?
Acá hay una incertidumbre grande. Yo me levanto todos los días y no sé cuándo empezaré a entrenar normalmente, cuándo empezará el torneo y cuándo serán mis vacaciones. Al final es mejor uno dedicarse a otras cosas que lo distraigan para no pensar tanto en eso.
¿Qué ha sabido de sus amigos futbolistas en otros países?
Hablo mucho con mi compadre Duván Zapata; es el que más está informado de la situación y siempre me dice que lo mejor es quedarse en casa. Él está en Bérgamo, y por lo que se sabe el tema del contagio en el fútbol se dio por un partido del Atalanta en Champions; entonces ellos fueron los primeros que se informaron bien del tema. Siempre me dice que hay que aislarse, que eso se regó mucho en Italia porque pensaron que era una gripita, y cuando quisieron ver, la gripita ya estaba matando gente. Por eso lo tomaron con más seriedad. Con Luis Sinisterra, que juega en Holanda, también hablo y me dice que el tema allá está más tranquilo.