La policía de Kenia disparó gases lacrimógenos para dispersar a los manifestantes cuando regresaron a las calles de Nairobi y Mombasa el martes.
Las protestas han interrumpido los servicios y los negocios en estas ciudades, incluida Kisumu. Hasta ahora, el número de muertos ha aumentado a 39 según las cifras publicadas por los grupos de derechos humanos.
Los manifestantes exigen la dimisión del presidente William Ruto, aunque éste ha abandonado los aumentos de impuestos propuestos.
También ha cedido a la presión de los manifestantes para eliminar los cargos de primera y segunda damas.
Se pueden ver coches ardiendo en medio de escenas caóticas en Mombasa mientras los manifestantes se enfrentan con la policía.
Los informes dicen que los enfrentamientos en Nairobi han obligado a los magistrados a posponer las audiencias en un tribunal de la ciudad.
Algunos propietarios de comercios en las zonas comerciales centrales de Nairobi y Mombasa han contratado vigilantes que patrullan con garrotes para protegerse contra los saqueos.
Desde que el presidente Ruto llegó al poder hace dos años prometiendo revitalizar la economía, los kenianos se han visto afectados por una crisis del costo de vida con más impuestos sobre los salarios, el combustible y las ventas brutas.
Ha indicado que Kenia se endeudará más tras la eliminación de los nuevos impuestos. Los manifestantes incendiaron el parlamento de Kenia, pero también salvaron a dos parlamentarios.
La Comisión Nacional de Derechos Humanos de Kenia (KNCHR), financiada por el Estado, dice que la mayoría de los manifestantes fueron asesinados el martes pasado.
Kenia: Ruto cede ante la presión y da marcha atrás en las subidas de impuestos tras disturbios mortales