La Armada Nacional denunció que en la zona del Naya estarían operando narcotraficantes de México

Foto Armada Nacional

La Armada Nacional denunció que la zona del Naya, en límites entre Valle del Cauca y Cauca se ha venido convirtiendo en uno de los corredores de grupos de narcotraficantes, sobre todo, en la zona entre el río Naya y el área rural del municipio caucano López de Micay. Pero, narcotraficantes de México estarían operando en esa región.

El almirante Orlando Romero, comandante de la Fuerza Naval del Pacífico, señaló que grupos mexicanos ilegales estarían inspeccionando y buscando el control de embarcaciones con droga.

Una de las últimas incautaciones se registró en zona de Timbiquí, también en Cauca, y cerca a Buenaventura, así como en Pizarro, donde se decomisaron 3,5 toneladas de cocaína. En la frontera con Panamá también hubo decomisos.

En esos operativos fueron detenidos dos colombianos, un mexicano y un ecuatoriano.

«Los mexicanos, además, tienen como labor el envío y salida del alijo de cocaína, verificando su calidad y haciendo los pagos respectivos que cobran los grupos ilegales, pelusos y las bandas residuales del frente 30 de las Farc y la columna ‘Míller Perdomo’, dijo el almirante Romero.

El pasado domingo, otro golpe a las organizaciones narcotraficantes en el Pacífico colombiano fue propinado por la Armada Nacional, durante una operación de control fluvial en un estero de difícil acceso, ubicado en el área general del municipio Bajo Baudó en Chocó. Allí, las tropas localizaron una lancha con doble fondo que contenía el alcaloide y combustible, cuando era custodiada por tres sujetos que huyeron del lugar, al notar la presencia del personal militar. Hubo tres capturas.

El alcaloide, que tendría un valor superior a los 10 millones de dólares en el mercado internacional, pertenecería al grupo armado organizado ‘Clan del Golfo’ que lo enviaría a Centroamérica.

‘El gran mal de Colombia: el narcotráfico’
Las más de 170.000 hectáreas del Naya, entre Valle y Cauca, es lo que el defensor nacional del Pueblo, Carlos Negret, teme como una región donde se estaría “enconando el gran mal de Colombia que es el narcotráfico”.

A esta conclusión llegó el defensor, luego de una visita que hizo a comienzos de junio a la zona selvática del Naya, donde decenas de familias han salido huyendo en los últimos dos meses a Buenaventura por una incursión armada en veredas de López de Micay, en Cauca, y en otras áreas en inmediaciones al río Naya.

Lo grave, dijeron algunos desplazados de esta zona, es que esta incursión ocurrió cinco días después de que en Bogotá se realizó una reunión para hacerles seguimiento a las medidas cautelares y de protección a comunidades del Naya, debido a la masacre en 2001 por 200 paramilitares.

El 17 de abril pasado desaparecieron Obdulio Angulo Zamora, Hermes Angulo Zamora y Simeón Olave Angulo, del Consejo Comunitario del Río Naya. Luego, en los primeros días de mayo, Íber Angulo denunció que temía que se lo llevaran. Por eso, el 5 de mayo partió una misión humanitaria de la Defensoría al Naya para rescatarlo, pero lo secuestraron en el río Naya ese día.

Luego hubo más confusión por un video en redes sociales, cuya veracidad no ha sido confirmada por las autoridades y que se conoció, luego de la visita del defensor nacional. En ese video, un grupo, que asegura llamarse Fuerza Unida del Pacífico de las Farc, se atribuye el secuestro y el asesinato de los cuatro miembros de la familia Angulo.

La gobernadora del Valle del Cauca, Dilian Francisca Toro, pidió la intervención del Gobierno Nacional para encontrarle una salida a la crítica situación de orden público, debido a que hay familias que en el Naya han quedado confinadas, es decir, no pueden salir de sus viviendas a buscar un refugio por los grupos armados ilegales.

La Policía ha señalado que disidentes de las Farc serían las autoras de los secuestros de los integrantes de la familia Angulo.

Sin embargo, hay líderes y moradores del Naya, en condición de desplazamiento, que han sostenido que en la zona hay reductos de grupos paramilitares al servicio del narcotráfico. Están en esta zona de explotación ilegal de oro y donde hace más de 18 años se generaron disputas por territorios que los consejos comunitarios de afrosdescendientes estaban reclamando por ocupación de sus ancestros que fueron esclavos hace dos siglos.

El Tiempo

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