BANGKOK:
El drama de aventuras de 2000, protagonizado por Leonardo DiCaprio, generó críticas por el impacto del rodaje en las arenas vírgenes de la bahía, ubicada en la isla de Ko Phi Phi Ley en el sur de Tailandia.
Los cineastas plantaron docenas de cocoteros para darle una sensación más «tropical» a la resplandeciente Maya Bay y también fueron acusados de arrancar la vegetación que crecía en las dunas de arena.
Sin embargo, el estudio de producción estadounidense 20th Century Fox insistió en que dejó la playa exactamente como la había encontrado y que había retirado toneladas de basura.
Las autoridades locales presentaron una demanda civil a fines de 1999 contra las agencias gubernamentales tailandesas, el cineasta estadounidense 20th Century Fox y un coordinador de cine tailandés, en busca de 100 millones de baht en compensación por daños ambientales.
El martes, la Corte Suprema de Bangkok confirmó un fallo anterior de un Tribunal Civil de que el Departamento Forestal Real era responsable de la rehabilitación de Maya Bay.
En un fallo final, la Corte Suprema ordenó al departamento que estableciera un comité para formular un plan de rehabilitación dentro de los 30 días.
Los activistas ambientales lanzaron dos desafíos legales sin éxito para detener la filmación de la película basada en la novela de culto de Alex Garland, por preocupaciones sobre el daño ecológico.
La película puso a Maya Bay en el mapa y se convirtió en víctima del turismo de masas.
Se cerró en octubre de 2018 para permitirle recuperarse del impacto de una afluencia diaria de unos 6.000 visitantes.
Todo el archipiélago de Phi Phi se vio obligado a entrar en una convalecencia cuando golpeó la pandemia mundial y el número de visitantes se redujo prácticamente a cero cuando Tailandia impuso estrictas reglas de viaje.
Maya Bay reabrió a los turistas a principios de 2022, pero el número de visitantes está limitado para tratar de limitar el daño ecológico.