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LA DEMENCIA POR EL PODER

Mandatory Credit: Photo by Evan Vucci/AP/Shutterstock (10434333bm) Donald Trump, Sauli Niinisto. President Donald Trump speaks during a meeting with Finnish President Sauli Niinisto in the Oval Office of the White House, in Washington Trump, Washington, USA - 02 Oct 2019

Donald Trump pasó de ser un empresario millonario y estrella de la televisión a ser el 45º presidente del país más poderoso del mundo. Nadie daba un peso por su candidatura en el 2016 y terminó siendo elegido. Un tipo que nunca había tenido un cargo político y que se había hecho famoso por su dinero y arrogancia.

Sin duda alguna, Trump, el payaso, como muchos lo llamaron en la campaña presidencial, ha sido una burla para el Poder Ejecutivo de los Estados Unidos de América. No sólo por sus actuaciones sino por su estilo de hacer política. Han sido 4 años de polarización de los estadounidenses como nunca antes se había visto. Sus mentiras para llegar al poder, el miedo que generó alrededor de los inmigrantes, su xenofobia, su racismo, su desfachatez, su mal hablar, sus groserías y todo lo que él representa, lo ha catapultado como un payaso, pero uno muy peligroso.

El populismo de derecha – reencarnado en Donald Trump – ganó terreno de una forma impresionante en las regiones más blancas y conservadoras del país. Y fue precisamente en esos estados donde obtuvo las mayorías para que luego el Colegio Electoral lo ungiera como presidente a pesar de haber perdido el voto popular. Y es que el discurso de Trump se basó en lo que muchos americanos blancos sentían y pensaban. Ahí es cuando un tipo como él encuentra un terreno abonado y fértil para poner su semilla populista que fue lo que precisamente hizo. Entonces podríamos decir que no hizo nada malo pues se convirtió en la voz de esos americanos inconformes. Pues no, porque una cosa es que un político recoja el malestar de un sector de la población para solucionar sus problemas, pero otra bien distinta es aprovecharse de la ignorancia de esa gente y de su mentalidad conservadora para llegarles con un discurso racial de odio basado en el miedo. Trump sabe de ese miedo y lo multiplica al máximo con mentiras y con la complicidad de los líderes de su partido, el Republicano. Nadie daba un peso por ese payaso y pasó muy de agache el impacto que Trump estaba teniendo en este sector de la población en su campaña del 2016.

Trump también apeló al machismo. Cuando todos creían que sería una debilidad en su campaña por los escándalos de mujeres mancilladas que salieron a la luz púbica, para lo único que sirvieron fue para posicionarse con mayor fuerza en estos sectores blancos de los Estados Unidos, que por cierto, además de tener bajos niveles educativos, muchos de ellos también son pobres y con pensamientos machistas. A cada escándalo que los medios sacaban de Trump por haberle mandado la mano a alguna mujer, se aumentaba la pasión por él y se incrementaba su imagen de macho. Además, hay que tener en cuenta que su contrincante fue mujer, la Demócrata Hillary Clinton. Pasarán muchos años antes que en estos estados del centro del país se le dé la oportunidad a una mujer para que llegue a la Casa Blanca.

Todo lo que ha pasado en estos 4 años se temía que pasara cuando Trump ganó la elecciones de noviembre del 2016. Tuvo toda la autoridad del mundo para sacar desde lo más profundo de su ser su discurso racista e incendiario que fue el hacha para quebrar a los Estados Unidos en dos partes que parecen irreconciliables. Un sector de la población blanca que bajo el lema Make America Great Again – Haz América grande otra vez – lo entendieron como una nación sólo para ellos, para la mayoría de los blancos de esos estados del centro del país y en menos porcentaje blancos de las dos costas. Pero lo más aterrador de todo es cuando ese discurso racista lo empieza a repetir el propio latino, convencido que lo que dice Trump es lo correcto. Debo de reconocer tristemente que tengo amigos seducidos por ese discurso peligroso de Trump.

Llevamos meses viendo protestas de los supremacistas blancos armados hasta los dientes y los Proud Boys, todos estos animados por Trump. Pero a partir de noviembre y con las mentiras de que se le robaron las elecciones, fue caldeando mucho más los ánimos de esta gente que lo sigue a ciegas y continúan creyendo sus mentiras. Por eso no es de extrañar lo ocurrido el pasado miércoles cuando el mismo Trump convocó a sus seguidores para que se manifestaran frente al Capitolio y evitar que el Senado proclamara a Joe Biden como presidente. El mismo Trump sacó un momento de su tiempo para dar otro discurso incendiario frente a un grupo de los miles de manifestantes ya concentrados en Washington D.C.

Y lo que se creía que nunca pasaría, pasó. Se tomaron el Capitolio, uno de los edificios más custodiados del país. No se sabe con exactitud por qué un grupo de estos manifestantes pudieron entrar y hacer de las suyas. Como resultado, 4 muertos en el asalto y decenas de heridos. Yo me pregunto ¿hasta dónde los líderes republicanos tienen responsabilidad en todo lo que ha pasado? ¿Por qué no se evitó que Trump incendiara y dividiera el país de la forma como lo hizo? ¿Se asombran ahora cuando se da este asalto al recinto del Senado y no hicieron nada en todas estas semanas previas después de las elecciones de noviembre cuando Trump ha estado incendiando a la gente con el cuento que le robaron las elecciones?. Se escuchan voces de ambos partidos de aplicar la enmienda 25 de la Constitución para declarar a Trump impedido para ejercer su cargo y sacarlo de la presidencia por estas dos semanas que le faltan. La verdad es que el poder a Trump se le ha subido a la cabeza como cualquier dictadorzuelo tercermundista y se aferra a su silla de la Oficina Oval para no dejarse sacar. Después de 4 años y a escasos días de terminar su período presidencial, los líderes políticos de este país hablan que Trump está impedido para terminar su mandato. Pues este tipo nunca debió tener el aval del partido Republicano como su candidato hace 4 años, pero se lo dieron y además lo han respaldado durante su gobierno y se han quedado callados cuando Trump saca sus «discursos motivacionales» para el hombre blanco supremacista. Ha sido responsabilidad de esos líderes de dejar crecer a este monstruo peligroso. Vamos a ver qué pasa en estas dos semanas y si se repite la historia de los tiranos, los cuales terminan traicionados, solos y derrocados.

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