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La educación en pandemia debilitó habilidades sociales | Economía

by Redacción BL
La educación en pandemia debilitó habilidades sociales | Economía

La educación fue uno de los sectores más afectados por la pandemia, en especial ante la necesidad de implementar nuevos modelos educativos que permitieran la recepción de clases de manera remota, en línea o virtual, que son distintas entre sí, pero tienen en común que no se necesita estar en el mismo lugar y de manera simultanea.

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Lo anterior fue positivo, porque amplió el acceso a educación a personas que están en distintas ciudades y países, según expertos. Pero trajo consigo efectos negativos como la poca interacción, que afectó la salud mental de las personas, según un informe publicado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

En el primer año de la pandemia de covid 19, la prevalencia global de ansiedad y depresión aumentó en un 25%”, describe el documento de la OMS.
A lo que se agrega que la soledad, el miedo a la infección, el sufrimiento y a la muerte propia y de los seres queridos fueron algunos de los factores estresantes, lo que para los investigadores conduce a episodios de ansiedad y depresión.

Un estudio desarrollado por el Centro de Educación Emocional ‘UR Emotion’ de la Universidad del Rosario reflejó que los estudiantes que entraron en medio de la pandemia tienen menos habilidades sociales como empatía, trabajo en equipo y relacionamiento.

En la investigación, identificaron que 11% de los encuestados tienen un diagnóstico de salud mental, en los que la ansiedad y la depresión son las más comunes entre los estudiantes.

Adicionalmente, hallaron que un 20% de los jóvenes que respondieron al estudio y que no están en riesgo de un diagnóstico de salud mental, sí tienen algunos síntomas asociados a enfermedades de este tipo.

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Al respecto, Alejandro Cheyne, rector de la Universidad del Rosario, dijo que “los jóvenes pueden estar en riesgo de un diagnóstico de salud mental, porque son enfermedades derivadas de la interacción social alrededor de la inmediatez y de las implicaciones de la pandemia en el desarrollo de las habilidades socioemocionales de los estudiantes”.

Lo anterior llevó a los investigadores a concluir que “se hace aún más urgente la necesidad de implementar programas de intervención que promuevan el desarrollo de habilidades sociales y emocionales para afrontar situaciones desafiantes que suelen presentarse en la vida”.

Por otra parte, la última encuesta Pulso Social del Dane, con datos a noviembre de 2022, da luces frente a ese escenario de salud mental, pero haciendo foco en las 23 principales ciudades del país.

Esta encuesta reflejó que en esas ciudades del país, el 40,4% de la población aseguró que siente preocupación o nerviosismo, el 35,8% cansancio, el 11% irritabilidad y el 5,7% soledad.

También, un 12,8% de los encuestados manifestó sentir tristeza, el 15,8% dolor estomacal, mientras que el 16,1% presentó dificultad para dormir, el 1,1% tuvo latidos del corazón sin hacer actividad física y a un 1,2% le fue imposible tener sentimientos positivos.

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Por el contrario, 36,4% de las personas que respondieron la encuesta manifestó no tener ninguno de los sentimientos descritos.

Al analizar los datos por sexo, las mujeres son las que reportan más problemas de salud mental, según Pulso Social. En el caso de la preocupación o nerviosismo, esta afecta a 36,8% de los hombres y a 42,7% de las mujeres.

Asimismo, 15,9% de las mujeres manifestó sentir tristeza, y en los hombres solo fue 7,9%.En cada una de las variables es mayor la incidencia en las mujeres.

A partir de estos datos, se logra entender que la salud mental es un problema creciente en la sociedad, en especial luego de un contexto de pandemia y es por esto que desde algunas instituciones educativas están promoviendo iniciativas para enfrentarlo y lograr lo que José Manuel Restrepo, rector de la Universidad EIA de Envigado, califica como “el sano equilibrio entre el saber y el ser”.

¿Qué deberían implementar las universidades?

Restrepo dice que para enfrentar la disminución de habilidades sociales y problemas de salud mental, se deben implementar programas de acompañamiento a la integración de la vida universitaria, así como más atención a los estudiantes que lo requieran.

Otra de las herramientas que el rector de la EIA considera fundamental es la necesidad de “fortalecer las habilidades más subjetivas que objetivas: la pasión, la motivación, la felicidad, la responsabilidad, el compromiso y la ética, los soft skills.

Por otra parte, desde la Universidad del Rosario se propone el programa Aulas Emocionalmente Seguras, con el que se incentiva a los docentes a comprender qué les puede estar ocurriendo a sus estudiantes y se promueve la atención psicológica a quienes tengan las necesidades.

CLAUDIA M. QUINTERO RUEDA
Periodista de Portafolio

Fuente de la Noticia

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