Uno de los temas por los que más se han hecho reparos al desempeño fiscal de Colombia a lo largo de este año es el manejo del presupuesto, que desde su misma proyección y aprobación dejó serias dudas y en los meses recientes ha estado enmarcado por una subejecución y drásticos recortes que se obligaron por causa del bajo recaudo tributario que ha mostrado la Dian.
Esto ha llevado a que la inversión sea la gran sacrificada y si bien últimamente el Ministerio de Hacienda ha mostrado mejoras en la materia, las cuentas todavía son desfavorables en el comparativo histórico, ya que pese a que la economía necesita una inyección urgente de recursos, no se está ejecutando el presupuesto al ritmo que se esperaba.
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Esto queda claro en el más reciente informe del Comité Autónomo de Regla Fiscal, que presentó las cifras de ejecución presupuestal con corte a junio y en ellas se aprecia que ya se ha comprometido más del 47 % del Presupuesto General de la Nación asignado para el 2023, dato que se ubica por debajo de lo alcanzado al mismo período del 2023 y de lo que debería llevar hasta el momento.
Pesos colombianos.
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Dicho de otra forma, de los $ 503,2 billones que hay en las cuentas para gastar este año, ya se comprometieron $ 238,7 billones, los cuales en su gran mayoría se han ido a gastos de funcionamiento ($ 143,2 billones), seguido por inversión ($ 53,8 billones) y pago de deuda, punto en el que marcan $ 41,6 billones; de acuerdo a los registros del Ministerio de Hacienda.
Ahora bien, teniendo en cuenta que hasta junio del año pasado la ejecución era del 52,1 %, se aprecia que hay un ligero rezago en las cuentas nacionales. Así mismo, sabiendo que hasta el momento el porcentaje de recursos comprometidos debería ser del 49,8 %; se pone en evidencia que hay que acelerar la adjudicación de recursos.
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“En términos de obligaciones, estas alcanzan $ 191,1 billones (38 % del total de apropiaciones). El rubro con mayor porcentaje de obligaciones es Servicio a la Deuda (44 %), seguido de Funcionamiento (41,3 %), mientras la Inversión ha obligado el 22 % de las apropiaciones”, dice el documento del Carf.
Por último, en lo que respecta a pagos, es decir, los dineros que finalmente entran a la economía tras su desembolso desde el Gobierno, hay que decir que este es uno de los indicadores más bajos de este reporte, ya que se encuentra en este momento en el 36,9 %, cuando debería estar llegando casi al 50 %. Al comparar con los reportes del año pasado, a junio este reglón estaba en 41,3 %; con lo cual se muestra una caída también.
Minhacienda – Ricardo Bonilla.
Cortesía – Minhacienda
Acelerar la inversión
En el discriminado del uso de los recursos estatales, para los expertos del Carf sigue llamando la atención el paso lento al que se sigue moviendo la destinación de recursos para inversión, puesto que ha mejorado, pero es el más bajo de todos los renglones que se le mide a la ejecución presupuestal y apenas llega al 21,9 %.
En palabras simples, de los $ 99,8 billones que tiene proyectados el Gobierno para invertir y generar desarrollo en 2024, ha comprometido $ 53,85 (56,9%), pero ha comprometido $ 22 billones (22 %) y los pagos, que es la plata que realmente cuenta como impulso a la economía, marca $ 21,89 billones (21,9%). Esto quiere decir que tras culminar el primer semestre de este año, el país tiene sin usar más de $ 70 billones en sus arcas.
Esto no es un tema menor si se tiene en cuenta que recientemente se conoció una alerta de la Contraloría General de la República en la que se advierte que el recaudo de impuestos en el país sigue a la baja y que ya no solo está afectando que la Corte hundiera la no deducibilidad de las regalías o que no se materializara el recaudo por litigios y arbitramentos, puesto que la desaceleración sigue sin dar cuartel a las cuentas de la Nación.
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Tomando como punto de partida las alertas de la Contraloría y otros organismos de control, el equipo de Investigaciones Económicas del Banco de Bogotá publicó un informe en el que advierte que el presupuesto del 2024 requiere un nuevo recorte que, más allá de la subejecución que está mostrando el Gobierno con estas partidas, es necesario recortar al menos $ 10 billones más a los $ 20 billones que ya se ordenaron.
Así las cosas, no se descarta que la inversión pueda ser menor en lo que resta de este año, ya que si bien se proyectaron $ 99 billones en un inicio, los ajustes, según los expertos, tarde o temprano podrían terminar tocando este renglón de la economía.