La encrucijada de los alcaldes frente a la reactivación – Gobierno – Política

Con las arcas de sus municipios vacías, el desempleo disparado y muchas limitaciones más, los alcaldes de Colombia tienen a partir de este lunes el doble reto de buscar un equilibrio entre prevenir el aumento del coronavirus y la reactivación gradual y responsable de sus menguadas economías.

“Somo nosotros los que tendremos que ponerle el pecho a la brisa y los directos responsables de lo que suceda”, admite con preocupación Giancarlo Gerometta, alcalde de Mosquera, Cundinamarca, y presidente de la Federación Colombiana de Municipios, quien sostiene que la clave está en la disciplina social.

¿Cómo reciben a partir de hoy esta responsabilidad?
Siempre los alcaldes hemos tenido esa enorme responsabilidad, porque si bien el Gobierno Nacional es el que fija las directrices con base en los postulados de la Organización Mundial de la Salud, somos los alcaldes quienes en últimas atendemos esos requerimientos y los ponemos en práctica.

En el caso de Mosquera, ¿qué va a pasar en junio?
Hemos tomado la decisión de hacer una apertura sistemática de la economía desde tiempo atrás, fuimos pioneros en abrir unos sectores, obviamente con todos los protocolos de seguridad y vamos a seguir en esa línea, pero entendiendo que la realidad nacional hoy nos obliga a la apertura con un cuidado extremo, y sobre todo, a manejar un equilibrio entre salvar vidas y también en ayudar económicamente a las familias.

De su experiencia como municipio clave de la movilidad en la sabana de Bogotá, ¿Cuál su recomendación para los alcaldes?

Aquí hemos adoptado un modelo como región sabana de Occidente, y he tratado de venderlo a nivel nacional y es que los municipios deben tratar de agruparse para tomar decisiones conjuntas, y que los habitantes de la zona hablen prácticamente el mismo idioma.
En Mosquera, lo hemos hecho con Madrid, Funza y otros fijando el mismo pico y cédula para todos los municipios que se sigue aplicando. Tenemos toque de queda en todos los municipios en el mismo horario y manejamos las mismas restricciones los fines de semana, eso nos garantiza que la comunidad tenga claras las reglas y que los desplazamientos se realicen de la menor manera posible.

¿Se pueden controlar esos desplazamientos?

Muy difícil, nosotros hacemos operativos frecuentes de revisión del transporte público, pero de plano es imposible que cualquier municipio de la sabana de Occidente, de centro o norte los controle. Lo que podemos hacer es velar porque los buses de transporte intermunicipal tengan el cupo, que garanticen un distanciamiento prudente, que se tomen las medidas de bioseguridad por parte de los pasajeros, porque para nosotros cerrar fronteras con Bogotá o que Bogotá las cierre sería el acabose de la región.

¿Cómo controlar entonces los accesos a los municipios?

Hay municipios que tienen un solo acceso y a ellos se les facilita mucho más hacer un control de quién ingresa y quién sale, eso es lo que hemos promovido, que los municipios que no tienen covid en Cundinamarca, que ya son 50 de 116, sigan manteniendo unos protocolos de seguridad, de aislamiento, tratar de cerrar fronteras a la llegada de nuevas personas, y por supuesto un mayor control en los festivos pues vienen tres puentes.

A uno le dicen, el Gobierno ya dio luz verde, ¿usted por qué no lo hace? no nos deje morir de hambre.

Pero es claro que más gente seguirá saliendo…
Seguimos haciendo los controles, se hace la verificación pero de plano es prácticamente imposible controlar desde lo administrativo todas las circunstancias, por eso recurrimos como siempre al compromiso social y a la responsabilidad de la comunidad.

¿No teme que la salida de más gente aumente los casos positivos?
Sí, ese es un resultado que es absolutamente obvio. Es clarísimo, eso nos preocupa, pero hace parte de una realidad que debemos asumir y que tenemos que ir controlando paulatinamente; y a medida que se vayan dando esos resultados ir tomando decisiones en el entendido también de que, pese a tener autonomía en cada uno de los municipios, las directrices vienen fijadas por el gobierno nacional.

Pero hoy ya casi están abiertos todos los sectores…
Cuando a usted el Gobierno Nacional le dice puede abrir, como está hoy la medida con pocas excepciones, pero depende de usted, la comunidad que está damnificada lo primero que hace es caerles a los alcaldes. A uno le dicen, el Gobierno ya dio luz verde, ¿usted por qué no lo hace? no nos deje morir de hambre. Entonces viene un rifirrafe con la comunidad que se torna muchas veces incómodo para los alcaldes que somos en últimas los que les ponemos la cara los problemas y quienes tenemos en últimas que asumir con toda la responsabilidad, con muy poco personal y pocos policías todas esas funciones que vienen desde el Gobierno Nacional.

¿No cree que sin llegar el pico de la pandemia fue prematura la decisión de seguir abriendo más puertas?

Lo que creo es que el Gobierno Nacional está dando un voto de confianza a una sociedad que todos los días reclama que le den unas oportunidades laborales que ha venido perdiendo, en ese sentido es claro que ojalá hubiéramos tenido la oportunidad de mantener la cuarentena de forma permanente.

Pero ahora esa responsabilidad es de ustedes…

No es menos cierto que la realidad económica obliga a que esos sectores económicos puedan funcionar de una manera acorde, y puedan abrir sus puertas, pero aquí hay algo fundamental de lo que va a depender que esto funcione o no y es la responsabilidad social y la inteligencia colectiva de los habitantes de cada municipio.
En Medellín ha funcionado, y eso nos muestra que si se puede. Cuando existe compromiso social y la gente entiende que esto no es un juego, sino también es responsabilidad de la sociedad ayudarnos para que la reactivación económica se pueda llevar a cabo y no tengamos que volver a tomar decisiones como cierres definitivos en el territorio como se espera que en algún momento pueda llegar a pasar.

Si esto se sale de control, ¿usted cerraría el municipio?

Claro, por supuesto. Soy amigo de los comerciantes pero hoy están molestos porque decidí cerrar el comercio sábados y domingos de manera permanente, entre tanto no se asuma el rol y la responsabilidad; y si nos toca el día de mañana por un aumento considerable de casos cerrar todo el municipio y volver a ordenar la cuarentena lo haremos sin ningún temor, sin ninguna duda, porque yo prefiero que me recuerden como un alcalde menos querido pero si porque fui el alcalde que les salvó vidas. En este momento la responsabilidad de los alcaldes es velar por la vida de sus conciudadanos.

Volvamos a los controles de la gente en las calles, a los comparendos ¿Funcionan?

La situación financiera del municipio es crítica pero es claro también que tenemos que velar por otros tipo de decisiones y seguir avanzando. Cuando decreto las zonas naranja hay mayor conciencia, la gente sale con tapabocas. Hemos impuesto 1.400 comparendos por incumplimiento de la medida, esa es una cifra alta. Son 1.400 millones de pesos que nos podían servir perfectamente para esta crisis, pero la gente ni siquiera le tiene respeto hoy a un comparendo.

Y la gente no los paga…

Nosotros como alcaldes ponemos las medidas, pero es imposible ponerle un policía a cada persona, un policía en cada cuadra, sobre todo, porque entendemos que los policías también tienen temor de salir a la calle y por eso el llamado es a la responsabilidad social.

Al final, ¿todo queda en manos de la gente?

El resultado positivo o negativo de las medidas depende directamente del comportamiento social y de acatar las medidas por parte de la comunidad.

Pero lo claro es que en muchas partes hay mucha indisciplina

Si, uno identifica los casos y las familias y puede ayudarles, y encuentra que no tienen recursos, pero un fin de semana uno puede estar acabando 120 o 130 fiestas, usted encuentra que en una casa hay un trapo rojo en el día, pero en la noche los encuentra tomando cerveza, entonces esa es la realidad. Ahí es cuando uno se pregunta ¿Cuál es la verdadera Colombia? La que dice que no tiene recursos efectivamente o la que tienen para tomar y no tiene para comer, es decir, son realidades puntuales de una sociedad que hoy nos está generando las dificultades que se están presentando en la toma de decisiones.

Ustedes van a tener que lidiar con todo esto

Así es, cuando a usted le dicen, abran como ustedes crean, se lo digo como alcalde y como vocero de los alcaldes, todos me expresan lo mismo, lo difícil de gobernar en este momento, la responsabilidad y la falta de recursos que se viven.

Pero en esto los puso el Gobierno al entregarles las llaves…

A pesar de que yo reconozco las buenas intenciones del Gobierno Nacional, que ha tratado de hacer la tarea de una manera conciliada, de tomar decisiones con base en los parámetros de la OMS, los que ponemos todo el tiempo el pecho a la brisa somos los alcaldes y quienes tenemos que responder frente a las necesidades de un pueblo (…)hoy como alcaldes estamos viviendo una realidad bastante difícil y creo que todos coincidimos en que hoy somos los mayores afectados de esta crisis nacional.

En esta realidad, ¿Cuál es el camino?

Tenemos que tomar decisiones con base en datos, con base en hechos, pero, sobre todo, que sean coherentes para evitar que el proceso se salga de las manos, porque luego es imposible volver atrás y es cuando vienen los muertos, la desolación y la tristeza.

Fuente de la Noticia

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