La finanza islámica apuesta a la tecnología y la ética para atraer nuevos inversores

Dubái (AFP)

El sector de finanzas islámico apuesta por la tecnología y sus exigencias éticas, para atraer las inversiones de una creciente población de jóvenes musulmanes cada vez más conectados.

«Es ‘halal’ (permitido) comprar acciones en Tesla?», se pregunta un joven de confesión musulmana en Twitter.

En la aplicación Zoya, se informa que el fabricante de automóviles eléctricos estadounidense Tesla es 96% compatible con la ‘sharia’ (ley musulmana), según los criterios de la Organización de Contabilidad y Auditoría de las Instituciones Financieras Islámicas.

La plataforma en línea Wahed Invest se basa en los mismos criterios para invertir «éticamente» los ahorros de decenas de miles de clientes en 130 países.

Después de lanzarse en Estados Unidos, la fintech (finanzas y tecnología) Wahed se instaló en Dubai para dirigirse a los mercados de Oriente Medio.

Antes de que las medidas de lucha contra el coronavirus los empujaran al teletrabajo, era en un nuevo y flamante «open space» para compañías emergentes en Dubai donde se reunían empresarios y empresarias, vestidos con los tradicionales vestidos y abayas, pantalones vaqueros y camisas abiertas o simples camisetas.

– «Contribuir positivamente al mundo» –

Según la interpretación de los textos religiosos, las finanzas islámicas prohíben o limitan el recurso a las tasas de interés y excluye la inversión en sectores como el alcohol, el tabaco, las armas, la carne de puerco e incluso la pornografía.

«De los textos se desprenden dos cosas: la inversión debe tener un impacto económico real, no vinculado a la especulación, y debe contribuir positivamente al mundo», afirmó Mehdi Benslimane, encargado de la expansión internacional de Wahed Invest.

En un informe publicado antes de la pandemia, la agencia Standard&Poor’s reveló que el sector de las finanzas islámicas pesaba alrededor de 1,9 billones de euros y preveía un crecimiento «lento». Pero el colapso de los mercados debido a la COVID-19 ya tiene repercusiones que pueden hundir el sector.

El reporte presentaba, no obstante, las nuevas tecnologías como una oportunidad de aceleración del sector gracias a la seguridad y la democratización del acceso a los servicios, tanto más cuanto que éstos «tienen puntos en común con las consideraciones relacionadas con el medio ambiente».

Considerados de bajo riesgo y basadas en el reparto de beneficios y de pérdidas en caso de crisis, los productos financieros islámicos ya atraían más allá de la esfera musulmana y ahora son presentados por el grupo de reflexión Responsable Finance & Investment (RFI) Foundation como productos adecuados para responder a la crisis del coronavirus debido a su arraigo en la economía real.

Talal Tabbaa, fundador de una plataforma que permite asegurar las transacciones entre inversores y empresas emergentes, explica que, por ejemplo, en las finanzas tradicionales un inversor le presta dinero -con tasas de interés- a un granjero para comprar vacas; en las islámicas, para eludir la prohibición de los intereses, el empresario compra los animales y se los alquila. El campesino le paga gracias a los beneficios de la venta de la leche y compra a plazo las vacas.

En el marco de la crisis del coronavirus, los beneficios de las inversiones realizadas en industrias como la de los equipos de protección podrían transferirse a asociaciones, añade RFI Foundation.

Pero la emisión de un sukuk (bonos islámicos) sigue siendo poco automatizada, un freno en tiempos de crisis, según Tabbaa.

El funcionamiento de los consejos de expertos religiosos que aprueban los productos financieros «no tiene nada tecnológico, es muy manual y, en mi criterio, subjetivo».

Durante mucho tiempo, la prioridad fue «hacer crecer el mercado», hoy la «falta de innovación y optimización» de los servicios financieros islámicos es escandalosa, dice el joven saudita Mohamed Alsehli, director general de Wethaq Capital, fintech instalada en Dubai.

Las empresas emergentes allí «están en contacto con el Centro para el Desarrollo de la Economía Islámica de Dubai, expertos religiosos, bancos islámicos y reguladores financieros», explicó Raja al-Mazruei, exinformática y alumna de Harvard.

«Las tecnologías tradicionales pueden presentar su idea en todo el mundo. El reto para los fintechs islámicos es tener acceso a los reguladores, como aquí en Dubai, y pasar la prueba religiosa», añade.

Fuente de la Noticia

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