La junta de Myanmar extiende el estado de emergencia antes del aniversario del golpe

La junta de Myanmar extendió el lunes una orden de estado de emergencia por seis meses mientras los opositores al régimen se preparaban para realizar una «huelga silenciosa» a nivel nacional en la víspera del aniversario del golpe y prometieron reconstruir el país a toda costa.

El lunes temprano, el Consejo de Seguridad y Defensa Nacional celebró una reunión especial en la que el jefe de la junta Snr. El general Main Aung Hlaing dijo que «los acontecimientos en la política, la economía y las situaciones sociales» en el país requerían que la junta extendiera el estado de emergencia, según un comunicado emitido por el consejo.

Entre los desarrollos que enumeró estaban las «fuerzas destructivas locales y extranjeras» que trabajan para la «aniquilación total» del país, los «ataques terroristas», los nombramientos políticos inconclusos y la necesidad de «una democracia multipartidista genuina y disciplinada».

El presidente interino Myint Swe, el presidente de la Cámara Baja Ti Khun Myat y otros generales acordaron por unanimidad extender el estado de emergencia, que entró en vigencia de inmediato y otorga a los militares amplios poderes para reprimir a los opositores a su gobierno.

La orden llegó justo un día antes del aniversario que marca un año desde que los militares tomaron el poder del gobierno elegido democráticamente de la Liga Nacional para la Democracia (NLD) en un golpe de estado el 1 de febrero de 2021, lo que llevó al país a una crisis política. Desde entonces, las fuerzas de seguridad arrestaron a más de 8.830 civiles y mataron a 1.500 más, principalmente durante protestas no violentas contra el gobierno de la junta, según la Asociación de Asistencia para Presos Políticos con sede en Bangkok.

Los activistas han planeado liderar una Huelga Silenciosa a nivel nacional el martes que esperan cerrar el país y llamar la atención mundial sobre las violaciones de los derechos de la junta. Pero las autoridades han respondido con amenazas de castigar a cualquiera que apoye la huelga aplaudiendo, tocando la bocina de los autos o tocando la batería con hasta cadena perpetua.

A pesar de las advertencias, muchas personas dijeron a RFA’s Myanmar que procederán con la huelga el martes porque se niegan a renunciar al progreso democrático que logró el país bajo la jefa de la NLD, Aung San Suu Kyi. La exconsejera estatal fue detenida junto con el expresidente Win Myint tras el golpe de estado del año pasado y ahora enfrenta 16 cargos que, según sus partidarios, tienen motivaciones políticas.

“En lugar de llamarlo el primer aniversario del golpe de estado, deberíamos llamarlo el aniversario de la destrucción de Myanmar”, dijo Wai Moe, un estudiante universitario de tercer año en la ciudad más grande de Myanmar, Yangon.

“La interrupción en la educación de los estudiantes de todos los grados, desde el jardín de infantes hasta el último año de la universidad, es irrecuperable. Tanto los jóvenes como las generaciones mayores han perdido toda esperanza”.

Zeyar Lwin, el líder de una de las muchas ramas de una milicia de la Fuerza de Defensa del Pueblo (PDF) anti-junta que ha surgido, dijo a RFA que la juventud de la nación está “luchando contra el régimen por su futuro”.

“Cada persona tiene sus propias esperanzas y planes para el futuro. Este golpe militar ha hecho añicos estas esperanzas, sueños y metas”, dijo. “Antes del golpe, estos jóvenes tenían buenas carreras como médicos, maestros, abogados, monjes budistas o entrenadores, pero este golpe los obligó a todos a unirse a la resistencia y todos llevan resentimiento en sus corazones”.

El portavoz de la Junta, el mayor general Zaw Min Tun, desestimó las afirmaciones de que la juventud de la nación había “perdido su futuro” debido al golpe, y dijo que el ejército ha reabierto las escuelas y nunca los obligó a unirse a los grupos del PDF.

“Si optaron por no volver a la escuela y se fueron a los campamentos en la selva, no podemos hacer nada por ellos. Esta fue su elección”, dijo. “Siempre les damos la bienvenida. Hemos anunciado que no serán sancionados si no han cometido ningún delito. ¿Qué más debemos hacer para darles una garantía?

Décadas de gobierno militar

El pueblo de Myanmar no es ajeno a la ley marcial, habiendo vivido bajo regímenes militares durante casi 50 de los 74 años de historia del país.

Pero las personas que experimentaron el gobierno militar en Myanmar luego de los golpes de Estado de 1962 y 1988 dijeron a RFA que la vida bajo la junta actual ha sido la peor de los tres períodos.

El 1 de marzo de 1962, el general Nay Win del Partido Socialista orquestó un golpe de estado en Myanmar bajo la premisa de que el gobierno no había logrado evitar que la etnia shan se separara de la Unión. Su régimen detuvo, torturó y asesinó a miles de shan, mientras conducía a la ruina económica tras nacionalizar todas las empresas importantes del país.

Para 1988, el año del segundo golpe de estado de Myanmar, el país se había convertido en uno de los menos desarrollados del mundo y dependía de la asistencia de las Naciones Unidas. Cuando los estudiantes encabezaron un levantamiento masivo ese año, los militares reaccionaron tomando el control del gobierno y reprimiendo violentamente las protestas, matando a unas 3.000 personas, según algunas estimaciones. Pero los expertos señalaron que incluso entonces, la junta recibió el apoyo de naciones amigas, incluida China, y el país pudo reconstruirse.

El analista político Than Soe Naing dijo que el gobierno de las juntas anteriores palideció en comparación con el régimen actual.

“Después de este golpe, la junta ha reprimido el movimiento de desobediencia civil y los manifestantes pacíficos, matando a jóvenes estudiantes. Esto llevó a una resistencia armada”, dijo. “Ahora, el régimen utiliza las peores técnicas para reprimir a la gente matando a civiles, quemando pueblos y saqueando sus propiedades”.

Hla Kyaw Zawl, analista política con sede en Myanmar, calificó las secuelas del golpe de 2021 como “las peores de todas”, pero expresó su confianza en que el régimen “no durará mucho”.

“El nuevo régimen no tiene apoyo internacional y la gente tampoco lo apoya”, dijo, y agregó que incluso los aliados de la junta solo lo apoyan “nominalmente”.

Promete reconstruir

Los activistas y otros opositores al régimen dijeron que el pueblo de Myanmar está harto del gobierno militar y se aseguraría de que el golpe de Estado del año pasado fuera el último del país.

“Hemos vuelto a las condiciones que experimentamos en el pasado”, dijo el exestudiante universitario Paing Ye Thu, describiendo una vida de miedo en la que los ciudadanos no pueden expresar sus opiniones o desobedecer órdenes. “Después de este golpe militar, vuelven este tipo de sentimientos. Además, cada vez más personas luchan por llegar a fin de mes. Ya no podemos sentarnos a un lado y permitir que nos gobiernen de esta manera”.

Otros miraron más allá de la destrucción que el golpe había causado en su país durante el año pasado y miraron cómo reconstruirán cuando los militares se vean obligados a dejar el poder.

“Creo que podremos construir una nueva nación después de que declaremos la victoria para que podamos cumplir nuestros sueños y ambiciones personales”, dijo Tayzar San, un médico que dirigía una clínica gratuita en Mandalay antes del golpe y se unió al movimiento de resistencia poco después. después.

“Estoy seguro de que después de esta revolución tendremos una nación pacífica y habitable y un sistema político que asegure los derechos humanos y la dignidad. Espero que tengamos una vida pacífica y placentera para todas las generaciones”.

Reportado por el Servicio de Myanmar de RFA. Traducido por Ye Kaung Myint Maung. Escrito en inglés por Joshua Lipes.