Por segunda semana consecutiva, un prometedor evento principal de UFC se vio interrumpido antes de tiempo debido a una lesión casual de uno de los luchadores. Este, sin embargo, fue aún más difícil de aceptar que la pelea de peso pluma de la semana pasada entre Yair Rodríguez y Brian Ortega porque ni siquiera tuvo la oportunidad de comenzar.
El peso pesado Tom Aspinall sufrió una lesión en la rodilla derecha después de patear a Curtis Blaydes y dar un paso atrás cuando Blaydes le disparó un puñetazo. Cuando Aspinall dio un paso atrás, algo cedió en su rodilla y gritó de dolor. El árbitro Herb Dean lo detuvo a los 15 segundos en la primera ronda.
Una semana antes, Ortega se dislocó el hombro cerca del final del primer asalto cuando intentaba defender una barra de brazo. Esa pelea duró cuatro minutos, 11 segundos y vio algo de acción competitiva.
Este terminó casi tan pronto como comenzó. Salieron atacándose agresivamente unos a otros. Aspinall conectó la patada con la pierna derecha en el muslo izquierdo de Blaydes. Blaydes le disparó un puñetazo y Aspinall retrocedió.
Se agarró la rodilla tan pronto como lo hizo y la pelea terminó. El miembro del Salón de la Fama de UFC Michael Bisping, transmitiendo la pelea para ESPN, le preguntó a un médico de primera fila cuál pensaba que podría haber sido la lesión. El médico le dijo a Bisping que sospechaban una lesión en el ligamento colateral medial.
Oficialmente, entra en los libros de récords como un TKO para Blaydes.