La moneda japonesa cae a su tipo de cambio más débil en más de dos décadas

CIUDAD DE NUEVA YORK, Nueva York: El yen japonés se ha desplomado a su valor más bajo frente al dólar desde 1990, lo que refleja importantes turbulencias en los mercados financieros.

El 20 de mayo, el yen alcanzó brevemente los 160 yenes por dólar, un marcado descenso respecto de los últimos años, cuando estaba más cerca de los 100 yenes por dólar.

Al mediodía del 20 de mayo en la costa este, el yen se recuperó ligeramente a 156 por dólar, lo que demuestra la volatilidad del mercado de divisas. El yen ha mantenido este nivel hasta ahora.

En el momento de redactar este informe, el 28 de mayo de 2024, el yen se cotizaba a 156,75 en Tokyop al mediodía.

Las fluctuaciones de la semana pasada probablemente se vieron exacerbadas por un feriado en Japón, que cerró su mercado de valores, lo que generó especulaciones sobre posibles intervenciones de los funcionarios japoneses para estabilizar su moneda.

La persistente debilidad del yen se debe principalmente a la prolongada política del Banco de Japón (BOJ) de mantener bajas las tasas de interés para estimular la inflación. El Banco de Japón puso fin a su política de tipos de interés negativos apenas el mes pasado. A pesar de esto, el BOJ mantuvo las tasas estables en su última decisión del 17 de mayo, lo que provocó la reciente caída del yen.

Según los estrategas del Bank of America, las reacciones del mercado pueden haber sido impulsadas por la aparente reticencia del BOJ a comprometerse con nuevas subidas de tipos en el corto plazo.

La solidez de la economía estadounidense es otro factor que contribuye a la debilidad del yen. Dado que la inflación y el desempeño económico superan los pronósticos, aumentan las expectativas de que la Reserva Federal mantenga sus altas tasas de interés, lo que ha impulsado los rendimientos de los bonos del Tesoro estadounidense y el valor del dólar.

Si bien un yen más débil beneficia a los turistas estadounidenses en Japón al aumentar su poder adquisitivo, también ayuda a los exportadores japoneses al mejorar el valor de sus ventas en dólares estadounidenses cuando se convierten nuevamente a yenes. Sin embargo, las desventajas son significativas.

Un yen persistentemente débil podría llevar a que la inflación supere las metas, impactando negativamente a la economía de Japón, la tercera más grande del mundo. Esto es particularmente preocupante porque Japón importa casi toda su energía, que se comercializa en dólares.

Fuente de la Noticia

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