Un patrón climático natural que provocó trastornos en los sistemas meteorológicos de todo el mundo ha terminado, dicen los meteorólogos.
La Niña fue en parte responsable de lluvias récord en Australia, temporadas activas de huracanes y sequías en África Oriental.
Un enfriamiento del Océano Pacífico, ha terminado después de tres años.
Ahora los meteorólogos están atentos para ver si el patrón de calentamiento de El Niño se desarrollará a finales de este año.
La Niña es la fase de la Oscilación del Sur de El Niño (ENOS) en la que las aguas del Océano Pacífico son más frías que el promedio, lo opuesto a la fase más cálida de El Niño.
ENOS normalmente haría la transición de La Niña a El Niño cada dos a cinco años, pero en 2022, las aguas del Pacífico se enfriaron por tercer año consecutivo trayendo un raro «triple chapuzón» La Niña.
El impacto más severo de este período de La Niña ha sido en el este de Australia, que experimentó graves inundaciones y precipitaciones récord en 2022.
En Sydney se batió el récord anual de precipitaciones en octubre y al final del año cayeron 2577 mm de lluvia, superando el récord anterior de 2244 mm establecido en 1950.
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La Niña también fue en parte responsable de traer una temporada de huracanes en el Atlántico sin precedentes en 2020 y la tercera temporada más activa en 2021.
En febrero y principios de marzo, la temperatura de la superficie del mar en las partes orientales del Océano Pacífico aumentó y ahora la Oficina de Meteorología de Australia (BOM) y la Administración Nacional Oceanográfica Atmosférica (NOAA) de EE. UU. han declarado que ENOS ha sido «neutral», por lo que ni La Niña ni El Niño.
Los meteorólogos esperan que las condiciones neutrales persistan durante la primavera del hemisferio norte y principios del verano de 2023.
Más allá de eso, hay algunas predicciones de un calentamiento en el Pacífico que conduce a que se desarrolle El Niño a fines del verano, por lo que BOM ha emitido una «vigilancia de El Niño», lo que significa que hay un 50% de posibilidades de que se desarrolle El Niño.
Si bien los pronósticos de la Oscilación del Sur de El Niño en la primavera son más inciertos que en cualquier otra época del año, todavía brindan una buena indicación de lo que podríamos esperar más adelante este año y hasta 2024.
¿Qué podría traer El Niño?
El mayor impacto de El Niño, particularmente si es fuerte, es sobre la temperatura promedio global, que puede aumentar 0,2 °C más.
A medida que el Océano Pacífico se calienta, este calor adicional se libera a la atmósfera al igual que una olla de agua hirviendo libera vapor y eleva la temperatura en una cocina.
El año más cálido registrado fue en 2016 cuando un fuerte El Niño impulsó las temperaturas globales.
Es probable que la influencia que tendrá un potencial El Niño en la temperatura global en 2023 sea mínima, ya que solo comenzará a finales de este año.
Sin embargo, a medida que finaliza la fase de enfriamiento de La Niña, la Oficina Meteorológica sugiere que las temperaturas estarán entre 1,08 °C y 1,32 °C por encima de los niveles preindustriales.
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Algunos de los otros impactos de El Niño incluyen un clima más seco y cálido en Australia, lo que podría generar mayores riesgos de incendios forestales, inundaciones en las áreas del este de América del Sur, como Perú y Ecuador, y sequías en la región del Amazonas.
El Niño también es un factor que podría disminuir el desarrollo de ciclones tropicales en el Atlántico y, por lo tanto, generar menos huracanes.
En cuanto a la influencia de El Niño en el clima del Reino Unido, esto es más incierto, pero la investigación continua sugiere que este es un factor en el clima invernal potencialmente más frío.
