Otro de los problemas es la falta de insumos médicos, los cuales escasean ante la poca gestión de los gerentes. A estos problemas se suman el deterioro en las infraestructuras.
En El Banco exigen pagos atrasados
Un problema de nunca acabar es el que viven enfermeras de este centro asistencial en el sur del departamento, pues son seis meses los que se les adeudan y desde la administración no muestran señales de pago.
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Ante este inconveniente, las trabajadoras de la salud pidieron soluciones al gobierno de turno ante el inminente atraso en el pago de los salarios. Esta situación no es nueva, dado que desde el año pasado vienen protagonizado manifestaciones en contra de los malos manejos del centro médico, pero la situación sigue igual.
Lo grave es que ante esta situación, varios médicos renunciaron así como enfermeras también han renunciado; dejando a la fecha sólo cinco médicos que prestan sus servicios, cuatro de ellos rurales y uno general, lo que ha generado atrasos en la atención de los pacientes.
En el hospital de Concordia no hay agua
Otro de los centros asistenciales que atraviesan por un mal momento es el de Concordia, el cual según denuncias de pacientes, no cuenta con agua, abanicos e insumos médicos, además su infraestructura se deteriora.
Un habitante de esa municipalidad manifestó que la situación que atraviesa el hospital de su municipio es muy compleja y se han cansado de exponer las inconformidades a la actual gerencia, agregando que esta no le ha prestado atención.
En Plato es igual
La precaria situación de Concordia la viven también los pacientes en el municipio de Plato, donde conseguir una jeringa, pastillas o algodón corre por cuenta de ellos mismos, pues el centro asistencial no cuenta con esos insumos médicos. Lo que lleva a que la prestación del servicio sea precaria.
El de Tenerife no hay ni para un par de guantes
En este centro médico las cosas están peores, pues por falta de personal, los poquitos trabajadores tienen que doblar sus turnos, esto sin pagos e insumos, pues de sus bolsillos tienen que salir para equiparse con guantes y tapabocas.
Ante este panorama, la crisis de la salud en el Magdalena continúa en estado crítico y sin que nadie por el momento pueda o quiera hacer algo por salvarlo.