‘La transición energética del país debe incluir al petróleo’

En los tiempos que corren, no hay ningún país del mundo que no esté embarcado en su proceso de transformación energética para depender cada vez menos de los combustibles fósiles.

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Sin embargo, aunque en este camino se suele mirar tan solo a las renovables y otras fuentes limpias, los expertos dejaron claro que el petróleo, el gas o el carbón también tienen que tener un papel importante.

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Eso sí, también dejan claro que a pesar de las grandes presiones por rebajar la contaminación, nadie puede hacerlo enseguida. Robert Gross, investigador del Centro de Política Energética y Tecnología en el Imperial College London, apunta que “ningún país puede dejar atrás la energía fósil de la noche a la mañana. En lo que debemos pensar es en una transición para aumentar la cantidad de energía sostenible durante un período de años o décadas.

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Colombia ya tiene una gran parte de energías renovables y tiene la oportunidad de ampliar el papel de la energía eólica y solar”.

Además, Gross vaticina que “esperaríamos que la energía fósil continúe desempeñando un papel muy importante en Colombia a corto plazo. Una de las cosas que los países de todo el mundo necesitan hacer es usar más gas, menos carbón”.

Precisamente, por esta importancia que seguirán teniendo los combustibles fósiles, los expertos apuntan que deben estar incluidos en el proceso de la transición. De acuerdo con Judith Cherni, investigadora del Centro de Política Ambiental en el Imperial College London, “creo que la transformación ha comenzado con mucho entusiasmo.
Pero no es una tarea fácil porque este es un país que también depende del petróleo y en parte del carbón. Por lo tanto, la transición tendrá que involucrar no solo al sector hidroeléctrico y las energías renovables, sino también a los sectores del crudo, el carbón y el gas. Tiene un enorme potencial, pero también algunos desafíos muy serios”.

En cuanto a estos retos, Bridget Woodman, investigadora del Centro de Geografía y Ciencia Ambiental en la Universidad de Exeter, considera que “lo más importante es definir cómo dejar de depender principalmente de la hidroeléctricidad, particularmente en relación con la confiabilidad y el impacto de los años de El Niño, y cómo pasar de eso para incorporar más tecnologías renovables y cambiar la forma efectiva en que se opera el sistema, y ese es un gran problema político y también mental”.

Phil Lawton, gerente de la práctica de Sistemas Energéticos en Catapult Energy Systems, por su parte, agrega que “otro es el pequeño porcentaje de la población que aún no tiene acceso a la electricidad o que la suministran pequeños generadores diesel. Y proporcionar a esas personas energía limpia y confiable será un desafío, debido a las distancias involucradas”.

Sumadas a las anteriores, Woodman apunta a un reto que es internacional y afecta a todos los países. “Se reconoce cada vez más que hay una crisis climática y que los sistemas energéticos deben descarbonizarse. Y parte de lo que Colombia y cualquier gobierno tienen que pensar es cómo lograr eso, cómo lograr un sistema energético más sostenible, al tiempo que se asegura que haya acceso y equidad en él”.

IMPACTO ECONÓMICO

Uno de los aspectos a destacar en la transición energética, además del impacto climático, es el económico.

En este sentido, como afirma Cherni, “uno de los impactos será sobre las tarifas que los consumidores pagan por usar la electricidad. La generación a través de la energía solar y eólica eventualmente será mucho más barata que crear la misma cantidad con otras fuentes. Además, otro posible aspecto podría ser, a pesar de que no tenemos cifras, la creación de nuevas industrias de fabricación de tecnología solar en este país, con la consecuencia de nuevos empleos”.

Gross, del Imperial College explica que “a corto plazo, lo que la transformación está tratando de lograr es mejorar la eficiencia de la operación del mercado eléctrico colombiano. Y la experiencia internacional muestra que eso tiene el potencial, si se hace bien, de reducir los precios y mejorar la confiabilidad. Y se espera que eso tenga beneficios para la economía”.

En definitiva, Gross resalta que “la gran oportunidad que tiene Colombia es aprovechar su hidroeléctricidad, y usarla en algunos aspectos como almacén de energía, una batería, y expandir el uso de energía eólica y solar, aprovechar la reducción de precios en tecnología renovable para producir una expansión en suministro de electricidad y precios más baratos”.

Para los próximos años, los expertos de la misión británica esperan un gran crecimiento de las renovables y una caída del uso del carbón influenciada por los compromisos del Acuerdo de París, aunque dicen que no todos los países van al mismo ritmo.

Fuente de la Noticia

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