La UEFA presentó una serie de cargos disciplinarios el miércoles contra el Marsella y el Eintracht de Fráncfort después de un desorden en su partido de la Liga de Campeones, incluido un hincha del club alemán que hizo un saludo nazi.
Frankfurt fue acusado de cuatro delitos, incluido «comportamiento racista», en su victoria por 1-0 en Marsella el martes.
El martes por la noche, el club alemán publicó un comunicado condenando los incidentes y enfatizó que «representa la tolerancia y la diversidad».
«Las ideas antisemitas contrastan marcadamente con los valores inequívocos e inquebrantables del club y sus raíces», dijo el club.
Marsella enfrenta cinco cargos de la UEFA que incluyen «disturbios de multitudes», con violencia en el partido que resultó en 17 policías y dos fanáticos alemanes heridos, uno de los cuales sufrió una lesión grave en el cuello después de ser alcanzado por una bengala, dijo la policía nacional el miércoles.
La policía antidisturbios intervino dos veces, poco antes del partido del martes y luego al final del mismo, cuando los fanáticos rivales lanzaron bengalas y fuegos artificiales desde corta distancia durante varios minutos dentro del Stade Velodrome.
La policía nacional dijo que 11 de los agentes resultaron heridos. Diecisiete personas fueron detenidas.
Ambos clubes han sido disciplinados previamente por la UEFA por mala conducta de los fanáticos y enfrentan sanciones cada vez mayores por los últimos incidentes.
La UEFA no fijó un calendario para los veredictos. Ambos equipos regresan a la acción de la Liga de Campeones en el Grupo D el 4 de octubre.
Los últimos incidentes de violencia en estadios en Francia se produjeron pocos días después de que 32 personas resultaran heridas en una pelea masiva entre ultras de Niza y el club alemán Colonia el jueves pasado antes de un partido de la Europa Conference League.
El partido del martes en Marsella fue clasificado como de muy alto riesgo, considerando elementos violentos entre ambos grupos de aficionados, y una operación policial a gran escala contuvo con éxito el riesgo de violencia de los aficionados en la propia ciudad.
Las tensiones aumentaron a última hora de la tarde del martes cuando una enorme escolta policial llevó a un grupo de ultras de Fráncfort (alrededor de 500) por un largo camino hasta una zona de aficionados designada.