Una nueva investigación sugiere que un fenómeno de El Niño puede haber contribuido al establecimiento y propagación de una nueva cepa de cólera durante una pandemia de principios del siglo XX, lo que respalda la idea de que las anomalías climáticas podrían crear oportunidades para la aparición de nuevas cepas de cólera. Xavier Rodo, del Instituto de Salud Global de Barcelona, España, y sus colegas presentan estos hallazgos en la revista de acceso abierto PLOS Enfermedades tropicales desatendidas.
Desde 1961, más de un millón de personas en todo el mundo han muerto en una pandemia de cólera en curso, la séptima pandemia de cólera que ha ocurrido desde 1817. Las causas de las pandemias de cólera anteriores no han sido claras, pero una hipótesis sostiene que las condiciones climáticas anómalas pueden actuar sinérgicamente con los cambios genéticos de Vibrio cholerae (la bacteria que causa la enfermedad) para facilitar la propagación y el predominio de nuevas cepas.
Para ayudar a aclarar los posibles vínculos entre el clima y el cólera, Rodo y sus colegas aplicaron una variedad de herramientas estadísticas y computacionales a los registros históricos de las condiciones climáticas y las muertes por cólera en varias regiones de la antigua India británica durante la sexta pandemia de cólera, que duró de 1899 a 1923. También compararon las condiciones pasadas con los datos climáticos y del cólera para la pandemia en curso.
Este análisis reveló que se produjeron patrones anómalos de muertes por cólera entre 1904 y 1907 junto con temperaturas estacionales y niveles de lluvia fuera de lo común asociados con un fenómeno de El Niño; el momento de estos acontecimientos se correlaciona con el establecimiento de una nueva cepa invasora durante la sexta pandemia. Además, estas condiciones climáticas históricas muestran similitudes con los fuertes fenómenos de El Niño que se han asociado con cambios en la cepa del cólera durante la pandemia actual.
Estos hallazgos respaldan la posibilidad de que eventos climáticos anómalos puedan ayudar a facilitar el establecimiento y la propagación de nuevas cepas de cólera.
Los investigadores exploraron luego las posibilidades futuras de aparición de nuevas cepas de cólera facilitadas por el clima utilizando modelos estándar de predicción climática. Descubrieron que el aumento de la variabilidad climática y los fenómenos extremos impulsados por el cambio climático podrían aumentar las probabilidades de aparición de nuevas cepas hasta finales del siglo actual.
Mientras tanto, para profundizar la comprensión de esta enfermedad mortal, los científicos piden más investigaciones centradas en la interacción entre la evolución del cólera y las anomalías climáticas.
El Dr. Rodó y la coautora Dra. Mercedes Pascual resumen: «La variación en las condiciones climáticas o el cambio evolutivo de un patógeno pueden ser impulsores importantes de grandes epidemias y pandemias. Pero estos dos impulsores suelen considerarse por separado en los estudios que buscan explicar la aparición de brotes inusualmente grandes… aquí, presentamos evidencia indirecta de que los dos pueden actuar juntos para sustentar sinérgicamente el establecimiento y la transmisión generalizada de una nueva cepa».