Las autoridades chinas en el Tíbet supuestamente arrestaron y torturaron a cinco tibetanos, matando a uno de ellos, por encender incienso y rezar públicamente, dijeron a RFA dos fuentes tibetanas que viven en el exilio.
Los cinco tibetanos, identificados como Chugdhar, Ghelo, Tsedo, Bhamo y Kori, encendieron incienso y rezaron por la larga vida del líder espiritual tibetano exiliado, el Dalai Lama, en el condado de Sertar (en chino Seda), en la provincia noroccidental china de Sichuan el 24 de agosto.
La policía los arrestó poco después, aunque las fuentes dijeron que las actividades religiosas no violaron ninguna ley. RFA no pudo identificar ningún cargo.
“Los tibetanos arrestados fueron designados por los tibetanos locales en su área para dirigir actividades religiosas”, dijo al Servicio Tibetano de RFA un tibetano que vive en el exilio, que solicitó el anonimato por razones de seguridad.
“Pero en medio de la creciente represión religiosa del gobierno chino en Serta y Golog, a los tibetanos ni siquiera se les permite colgar banderas de oración frente a su propia casa. También niegan a los tibetanos realizar Sang-sol (un ritual de quema de incienso), porque dicen que es dañino para el medio ambiente”, dijo la fuente.
Chugdhar murió en una prisión en el Prefectura autónoma tibetana de Kardze (Ganzi) donde los otros cuatro permanecen detenidos, dijo a RFA otro tibetano que vive en el exilio, que pidió el anonimato para hablar libremente.
“Chugdhar tenía 52 años y le sobreviven sus padres. La policía china siguió negando que lo torturaron hasta la muerte”, dijo la segunda fuente.
“La policía incluso ha ofrecido a su familia 100.000 yuanes. [more than U.S. $14,000] y acordaron pagar 10.000 adicionales al año si se llevaban el cuerpo de Chugdhar con ellos. Pero fue solo un truco de la policía china para que se llevaran el cuerpo porque su familia nunca recibió nada del dinero que les prometieron”, dijo la segunda fuente.
La causa oficial de la muerte de Chugdhar es sospechosa, dijo la primera fuente.
“Chugdhar era una persona sana, pero fue brutalmente torturado en prisión hasta que murió. Su familia fue convocada por las autoridades chinas el 26 de agosto y le informaron que su muerte fue repentina. Le dijeron a la familia que recogiera su cuerpo de la prisión”, dijo la primera fuente.
“Cuando el padre de Chugdhar y otros miembros de la familia fueron a buscar su cuerpo, la policía china los obligó a firmar un documento que establece que la policía china no tiene nada que ver con su muerte”, dijo la primera fuente.
Los otros cuatro tibetanos fueron detenidos primero en una prisión en el condado de Sertar durante una semana y luego fueron trasladados a una prisión en Kardze el 31 de agosto, según la primera fuente.
“Todavía están siendo juzgados, pero sus familias temen que pronto sean condenados. A sus familiares tampoco se les permite reunirse con ellos en absoluto”, dijo la primera fuente. “Estos tibetanos son inocentes porque solo estaban realizando actividades religiosas”.
Las autoridades chinas mantienen un estricto control sobre el Tíbet y las regiones de población tibetana del oeste de China, restringiendo las actividades políticas de los tibetanos y la expresión pacífica de su identidad cultural y religiosa, y sometiendo a los tibetanos a encarcelamiento, tortura y ejecuciones extrajudiciales.
Traducido por Tenzin Dickyi. Escrito en inglés por Eugene Whong.
