Las Las motivaciones de Jackeline Rentería para llevarse el oro en Tokio – Ciclo Olímpico – Deportes


Jackeline Rentería se sentía preparada para ir por una de las tres medallas que entregaba la competencia del Mundial de Lucha de Budapest (Hungría). Era el mes de septiembre y la temporada del 2018 no estaba acabada, pero los resultados para la deportista vallecaucana no la estaban convenciendo.

Se había quedado por fuera de la disputa del oro en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Barranquilla meses antes, en los que logró el bronce, pero veía que su rendimiento no era el mejor, por eso el Mundial era una buena opción para salir del túnel y reencontrarse con el metal dorado, pero no fue así.

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En la colchoneta quedaron regadas sus ilusiones. Su camino comenzó bien, tras la victoria sobre la lituana Giedre Blekayte, pero cayó frente a la estadounidense Mallory Maxine, se fue del torneo y comenzó a pensar en serio qué era lo que le estaba pasando.

La colombiana volvió a tener un revés, pero no era normal. Sabía que había entrenado duro para lograr esos objetivos, pero los resultados decían lo contrario.
Volvió al país y comenzó a darle vueltas a las posibles causas y supo que estaba embarazada.

“Ese año los resultados no fueron buenos. Fui al Mundial y competí, pero no sabía que estaba esperando un bebé. Nunca perdí el control, pienso que Dios hace las cosas como tienen que ser. La niña tenía que llegar, ella me ha llenado de una manera increíble. A todo trato de encontrarle el lado positivo”, le contó a EL TIEMPO, luego de una dura jornada de entrenamiento.

A pesar de la noticia sorpresa, Jackeline y su esposo, el también luchador Alexis Cuero, lo tomaron bien, con mucha alegría, pues era el fruto del amor que los había unido.

Desde ese momento sus vidas cambiaron, porque había un motivo mucho más fuerte para seguir entrenando en busca de la mejor forma y de los excelentes resultados.
Hoy, el día a día de la medallista de bronce en los Juegos Olímpicos de Pekín y Londres es agitado, pero goza con lo que hace.

Es mamá, estudia y, además, entrena al lado de su esposo para cumplir la meta de conseguir la casilla para los Olímpicos de Tokio 2021, a donde quiere ir a conquistar el oro que se le ha ido como la arena entre las manos en dos ocasiones.

Ella es mi motivación, por ella es que lucho todo los días por conseguir el sueño de ser campeona olímpica

“Tengo la carrera en pausa por lo que ha pasado en el mundo. Ser mamá, deportista y estudiante no es para nada fácil. Mi hija demanda mucha atención. Mi madre me ayuda, eso me genera confianza, pero la mamá soy yo y eso es lo mejor que me ha pasado, es algo maravilloso, es mucho lo que se aprende, ella es mi motivación, por ella es que lucho todo los días por conseguir el sueño de ser campeona olímpica”, precisó Rentería, de 34 años.

Destaca las emociones que vive, la felicidad que siente al saber que Maily Salomé es su motor de vida. Siempre pregonó el amor al deporte, pero advirtió que cuando se convirtió en mamá la vida le cambió también sentimentalmente.

Rentería aseguró que antes de que la niña naciera era muy responsable, profesional, pero la fuerza que le da su hija no tiene comparación y la llena cada vez más de fe, esperanza y responsabilidad.

“No es lo mismo la vida con ella. Mi hija, más que quitarme, me ha dado mucho. Me ha llenado de responsabilidad, de ese amor por hacer algo. Si salgo a una competencia, tengo que hacerla muy bien y si no es así, pues me dice que me toca esforzarme más”, recordó.

No le cabe duda de que su rendimiento luego del nacimiento de Maily Salomé ha sido mejor, eso lo ha experimentado.

Contó que el profe David, su entrenador, siempre ha trabajado la parte emocional y a él le ha aprendido, porque le han inculcado que el hecho de ser mamá es un plus para que el rendimiento sea el mejor.

Lo más duro es cuanto le toca ir a concentraciones o viajar a una competencia, pero lo hace porque sabe que es una buena oportunidad de crecer deportivamente y de buscar el objetivo que tiene entre ceja y ceja.

Jackeline y Alexis manejan sus espacios. La niña no va a los entrenamientos y tampoco viaja con ellos.

Tiene solo 15 meses y los dos lo han tenido claro. Para Rentería contar con su esposo siempre, en las prácticas, los desplazamientos y los torneos, es un apoyo incondicional, una seguridad inmensa, una ayuda para hacer las cosas mejor.

“El hecho de que compartamos la selección y tengamos un hogar, todo es más tranquilo, es un apoyo el uno para el otro. Obviamente que vamos a sentir el vacío, eso lo sentimos en el primer trimestre cuando nos separamos de ella, pero eso ayuda para que todo sea mejor. Es un proceso y aprendemos de todo”, dijo la medallista olímpica.

La página de Río de Janeiro 2016 ya la pasó. En esos Juegos Olímpicos tampoco le fue bien, su meta era llegar al podio, luchar por el oro, pero se quedó por fuera de la opción, no sin antes ilusionarse al vencer a la peruana Yaneth Covero 6-2, pero la realidad fue otra.

Venía de dos Juegos ganando el bronce y ya era hora de ir más arriba, de terminar con el metal dorado; sin embargo, el destino le tenía otro resultado.

La vallecaucana perdió en la segunda fase con Yuliya Ratkevich de Azerbaiyán, quien la derrotó 7-3 y el sueño se acabó. Tuvo una opción de avanzar, pero Ratkevich perdió y eso le impidió ir al repechaje.

“Fue duro, un momento difícil. Era un año perfecto, porque habíamos ganado el panamericano y llegamos a Río con la mentalidad, pero no se pudo. No tuve la competencia suficiente para llegar bien. Me faltó subirme a una colchoneta antes, esa fue la conclusión que saqué analizando el camino que tuve hacia Pekín y Londres”, recordó.

No fue fácil para ella. Dos meses antes, cuando se preparaba para afrontar el Open Internacional de Lucha en Polonia, sufrió una fractura del maxilar inferior en un entrenamiento.



Jackeline Renterpia, su hija Maily Salomé y su esposo, Alexis Curro.

Foto:

Instagram de Alexis Cuero

Rápidamente cogió un avión, regresó a Colombia, se sometió a una operación y luego de una recuperación contrarreloj, pero era lógico, perdió ritmo de competencia y eso quedó demostrado en el complejo de Río de Janeiro.

“No fue por falta de apoyo, fue por falta de recuperación. Tuve dos meses para prepararme y dos para volver, era muy encima todo, pero bueno, eso pasó así, nos sirvió para aprender. Cada vez que lo recuerdo digo que pasó porque tenía que pasar”, comentó la luchadora.

El aplazamiento de los Olímpicos de Tokio le sirve. Jackeline entiende que el tiempo que se ha perdido debido a la suspensión de entrenamientos en el coliseo por la pandemia del nuevo coronavirus hay que recuperarlo para afrontar lo que viene, una oportunidad de conseguir el cupo, ahora en la categoría de los 62 kilos.

Cree que se pueden retomar competencias en diciembre y que arrancar el 2021 en actividad será lo ideal. El Torneo Preolímpico estaba programado para abril de este año, pero también fue pospuesto para el mismo mes, pero del 2021.

Allá espera llegar en excelentes condiciones, luego de librar la para deportiva y el primer año de su condición de mamá.

“Eso nos sirve porque retomamos el nivel. Como deportista trato de ver la parte positiva, este año y esta suspensión nos ayudará mucho a que lleguemos en mejores condiciones. Estaba en una etapa contrarreloj, hace 15 meses di a luz y este aplazamiento de los Juegos me conviene”, señaló.

En Bulgaria espera conseguir la casilla. Conoce las rivales, claro que ellas también saben quién es Jackeline Rentería, pero son las mismas con las que viene enfrentándose desde hace dos años y dice no estar lejos de ellas.

Ha recuperado la confianza, al menos eso lo dice la estadística. El año pasado fue a los Juegos Panamericanos de Lima (Perú) y se metió en la final, de la que salió con un metal de plata que tuvo sabor a oro, pues era prácticamente la primera competencia de importancia, tras su paso a ser mamá, una medalla que se une al oro en las justas de Brasil 2007 y el bronce en las de Toronto (Canadá).

El pasado 23 de junio, el mundo celebró el Día Olímpico y Jackeline sigue con su rutina. Entiende que la mejor manera de superar las metas es enfrentándolas, poniéndoles la cara, por eso pasa cada hora del día con la frente en alto, librando los retos de ser deportista de alto rendimiento, estudiante y mamá, que buscará en Tokio 2021 el oro en los Juegos Olímpicos.

LISANDRO RENGIFO
​Redactor de EL TIEMPO
​@lisandroabel

Fuente de la Noticia

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