La tecnología es un vínculo inclusivo que permite que se amplíe la base de talento en los mercados. Si bien existe temor de que el avance de la robotización pueda desaparecer muchos trabajos, la tecnología también crea oportunidades que antes no existían. «En realidad, que el mercado laboral cambie no implica su desaparición, sino todo lo contrario: representa la evolución hacia nuevas formas de trabajo», asegura Álex Morris, country sales director de la consultora tecnológica Xertica.
¿Cuáles son las nuevas oportunidades que la tecnología está generando? Una de las principales ventajas es el incremento de la productividad. El 90% de las empresas encuestadas por Xertica en el estudio Estado de la Transformación Digital en América Latina considera que la tecnología es esencial para mantener la competitividad.
El 75% argumenta que la adopción de herramientas digitales impactó de manera positiva en las ventas, y 4 de cada 5 afirma que los trabajadores se volvieron más productivos una vez que la compañías migraron a la nube.
La International Data Corporation (IDC) pronostica que el gasto en tecnologías de la información y comunicación (TICs) a nivel mundial crecerá un 4.5%, hasta alcanzar los US$ 568,000 millones. Asimismo, este año, 3 millones de robots industriales se utilizarán en fábricas del mundo y duplicarán el stock producido a nivel mundial en el 2014, según estimaciones de la Federación Internacional de Robótica (IFR).
Es cierto que el abaratamiento de los costos por la robotización acelerará la automatización y, consecuentemente, genera temor por la desaparición e muchas ocupaciones, sobre todo las asociadas a la fuerza y a la precisión físicas. Según un estudio que llevaron a cabo Frey y Osborne, dos profesores de la Universidad de Oxford, el 47% de los empleos estará en manos de robots para el 2033.
De acuerdo a la IFR, la baja de los costos y el perfeccionamiento de las tareas que realizan los robots los ha tornado más competitividad que la mano de obra humana. Incluso ya resultan más baratos que los sueldos de muchos trabajadores.
Las organizaciones prevén reducir el porcentaje de empleados de tiempo completo y aumentar el de los eventuales. Así, quienes hoy tienen una carga laboral de 8 horas, pasarán de ser un 84% a 75% en tres años. Del mismo modo, los independientes aumentarán de un 6% a un 8% en el mismo período.
«En esta revolución tecnológica, los departamento de Recursos Humanos deberán replantearse qué tipo de relación laboral van a entablar con sus colaboradores», considera Morris.
Pero esto no necesariamente tiene que verse como algo negativo. «Verlo de esa manera sería ver el vaso medio vacío o solamente una cara de la moneda, ya que lo que se presenta como un problema puede convertirse en una gran oportunidad. Aunque la tecnología reemplace algunos oficios, origina otros también, al igual que da lugar a nuevas formas de trabajo», precisa Morris.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) señala, por ejemplo, que «solo algunas actividades se automatizarán, lo que no necesariamente implica pérdidas de trabajo».
Además, según la encuesta Work-life 3.0, al 86% de los participantes le gustaría trabajar como freelance para lograr la independencia y flexibilidad de su agenda, un mejor control de sus tiempos, la posibilidad de obtener otros ingresos y un mayor equilibrio entre vida personal y laboral. Esta modalidad de contratación ya está en marcha, más aún en tiempos de cuarentena.
Así, se presenta otra oportunidad: el desarrollo de nuevas habilidades. Una encuesta de la IFR a 7,000 empleados de 7 países reveló que el 70% cree que la robótica ofrece la posibilidad de prepararse para trabajos más calificados, ya que la disrupción tecnológica exige capacitarse de forma constante y entrenar, sobre todo, las habilidades blandas.
Las habilidades más requeridas, y más difíciles de reemplazar por la tecnología, son aquellas que requieren el contacto cara a cara, como el liderazgo, la dirección de equipos, la reacción ante situaciones inesperadas, la capacidad de empatizar, el trabajo colaborativo en red y la creatividad.
Otra de las ventajas del desarrollo tecnológico es que, en los dos últimos años, ha conseguido acortar la brecha de género en el mundo laboral. «Pero todavía queda mucho por hacer para reducir este gap, especialmente en lo que se refiere al ámbito de ciencia, tecnología, ingeniería y matemática (STEM)», opina el representante de Xertica.
Mientras el 20% de los hombres se dedica a estas carreras, solo el 6% de las mujeres lo hace. Algo similar ocurre entre los jóvenes que aspiran a ser tecnólogos.