“El país necesita tomar medidas ya para generar empleo y no se puede dar el lujo de esperar a que haya una misión (de expertos) para adelantar una reforma laboral”.
Este es el llamado que hizo María Lorena Gutiérrez, presidenta de la Corporación Financiera (Corficolombiana), durante el foro ‘#TodosPorElEmpleo, en la búsqueda de medidas no convencionales’, organizado por la entidad con el objetivo de formular propuestas para enfrentar la crisis laboral.
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En general, los expertos insistieron en la urgencia de aliviar las cargas tributarias a las nóminas, flexibilizar la contratación, acelerar y destrabar la construcción de grandes obras civiles y brindar mayor apoyo a las pymes.
Oliver Azuara, especialista senior en la División de Mercado Laboral del BID, aseguró que ningún otro fenómeno había destruido tantos empleos en la historia reciente:
“Entre febrero y mayo se perdieron 29,4 millones de trabajos formales en Latinoamérica (5,4 millones en Colombia); por cada puesto de trabajo formal se perdieron cinco informales”.
Los más afectados son los jóvenes menores de 25 años y las personas de menores ingresos e informales. “El reto –señaló Azuara– está en que al tiempo que se protege la salud de la gente, se mantienen las fuentes de empleo para que puedan reactivarse a medida que la situación vaya mejorando”.
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Al analizar cómo distintos países han enfrentado la pandemia desde el punto de vista laboral, Roberto Rigobón, profesor del MIT, señaló que mientras en Europa se evitó la destrucción de puestos, con ayudas de los gobiernos a empresarios en materia de alivios tributarios y costos a la nómina, en Estados Unidos se aplicó una política enfocada en subsidios al desempleado, la cual resulta demasiado costosa.
Dijo que en países latinoamericanos y africanos, las salidas fueron más parecidas a las de Estados Unidos, a un costo muy alto: se entregaron alimentos, ayudas y subsidios, pero se han perdido muchos empleos, la recuperación será más lenta y habrá quiebras innecesarias de empresas.
Por eso afirmó que el Gobierno se debe enfocar en quiebras en el sector de las pymes, donde hay alta concentración del empleo.
Para José Ignacio López, director ejecutivo de investigaciones económicas de Corficolombiana, es claro que las pequeñas empresas fueron las más afectadas por su incapacidad para enfrentar estos choques; de hecho, el 64 por ciento del empleo perdido en Colombia fue en firmas con menos de 10 trabajadores. “Además –dijo– tenemos mercados laborales con poca capacidad de teletrabajo por falta de capital humano. Hay que desarrollar competencias tecnológicas”.
Con respecto a fórmulas para estimular la pronta generación de empleo, López refirió propuestas del equipo de investigaciones económicas del BID, y de las que hacen parte subsidios a la creación de empleo y a la recontratación, y la reducción temporal de parafiscales, entre otras.
Nuestra población económicamente activa es de 22 millones de personas, pero solo nueve millones tienen contrato y cotizan
Ángel Custodio Cabrera, ministro de Trabajo, aseguró que conviene tener en cuenta que el país ya tenía dificultades de empleo desde comienzos de año, y que la informalidad ya era problemática antes de agudizarse con la pandemia: “Nuestra población económicamente activa es de 22 millones de personas, pero solo nueve millones tienen contrato y cotizan. Esto es así con pandemia y sin pandemia”, dijo el ministro, que hizo referencia a las medidas de reactivación laboral que se han ido tomando.
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Entre las puestas en marcha para los jóvenes mencionó los incentivos para el primer empleo, el reconocimiento de las prácticas como experiencia laboral y formación para el trabajo en todos los niveles, que se ajuste a las necesidades del empleador.
El ministro se refirió, además, a la aceleración de proyectos de iniciativas público-privadas, como fuente rápida de generación de empleo.
Sandra Forero, presidenta de Camacol, señaló que el país debe retomar la senda de generación de al menos 500.000 empleos anuales de calidad: “Debemos impulsar la contratación formal, creando incentivos para las empresas. Hay que reducir las fisuras generadas por la cantidad de cargas tributarias, mecanismos y beneficios de los que se abusa”.
María Lorena Gutiérrez insistió en la necesidad de emprender una reforma laboral estructural y en tomar medidas de corto plazo: “Hay que ser pragmáticos y que no nos asuste priorizar en las políticas públicas, pues hay sectores de la población y la economía que han sido más afectados”.
ECONOMÍA Y NEGOCIOS – EL TIEMPO