Los eventos económicos y geopolíticos mundiales han afectado la producción, comercialización e importación de alimentos, como lo confirma el último informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).
Si bien la FAO pronostica un aumento en la factura de importaciones de US$1,98 billones en 2023, se prevé que crezca a menor ritmo que el año pasado.
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De acuerdo con la Organización, para este 2023 la importación de alimentos en los países avanzados aumentaría un 1,5%, en comparación con el crecimiento del 11% de 2022 y del 18% del 2021. Esto se explica por el incremento de los precios mundiales, impulsado además por las cotizaciones más altas de frutas, verduras, azúcar y lácteos.
Llevando la mirada hacia las economías menos avanzadas, el informe detalla que la factura de las importaciones se disminuirá en un 1,5% este año, mientras que para los países en desarrollo importadores netos de alimentos (Pdinpa) se contraería un 4,9%.
Según la División de Mercados y Comercio de la FAO, “la disminución en los volúmenes de importación de alimentos es un hecho preocupante en ambos grupos, lo que sugiere una disminución en la capacidad de compra”.
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Adicionalmente, añaden que esas preocupaciones se ven amplificadas por el hecho de que los precios internacionales más bajos para la serie de alimentos primarios, no se ha corregido completamente a nivel minorista nacional, “lo que sugiere que las presiones del costo de vida podrían persistir en el 2023”, aseguran en el informe.
Las últimas previsiones de la Fao apuntan al aumento en la producción de varios productos alimenticios básicos, sin embargo, indican que los sistemas mundiales de producción siguen siendo vulnerables a dificultades derivadas de los fenómenos del clima, las tensiones geopolíticas, los cambios de políticas y la evolución de los mercados.
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Estos hechos podrían inclinar un desequilibrio en la oferta y la demanda y afectar los precios para garantizar la seguridad alimentaria a nivel global.
De acuerdo con información de la Organización, se pronostica que la producción mundial de cereales aumentará en un 3% a 1.513 millones de toneladas entre 2023 y 2024. Este incremento sería un nuevo récord, impulsado por el crecimiento significativo en la producción de maíz de Estados Unidos y una cosecha récord en Brasil.
Ahora bien, frente a la producción de arroz, se prevé un crecimiento de 1,3%, en el mismo periodo de tiempo, alzando las 523,5 millones de toneladas, pero, se espera que el comercio internacional se disminuya 4,3% en términos de volumen a 53,6 millones de toneladas.
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Otro de los sectores de los que se estima tenga incrementos es el de la producción mundial de animales acuáticos, sin embargo, se prevé una contracción de la pesca de captura. Con una inflación y desafíos económicos que “están silenciando el crecimiento de la demanda”, aseguran.
A pesar del comportamiento positivo de varios de los productos básicos, la FAO prevé que la producción de trigo mundial en 2023 disminuya un 3%, desde su máximo histórico de 777 millones de toneladas en 2022.
Esto estaría explicado por las disminuciones previstas en Rusia y Australia, países que presentaron cifras récord en 2022. Además, de los impactos de los fenómenos meteorológicos, que conducen a una reducción de las superficies plantadas.
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“Se espera que aumente la producción mundial de cultivos oleaginosos, leche y azúcar, al igual que la carne, aunque los volúmenes de carne de cerdo y bovino podrían caer ligeramente en 2023”, concluyen.
PORTAFOLIO