Las tareas domésticas simples podrían ayudar a prevenir la demencia al aumentar el tamaño de nuestro cerebro, afirma un nuevo estudio.
Los científicos canadienses encontraron que los adultos mayores que dedicaban más tiempo a las tareas del hogar mostraban un mayor tamaño del cerebro, un fuerte predictor de la salud cognitiva.
Estas tareas, que incluyen limpiar, ordenar, cocinar, tareas domésticas pesadas y jardinería, podrían ejercitar el cerebro humano y prevenir la afección.
La demencia es un término general que se utiliza para describir una categoría de síntomas marcados por cambios de comportamiento y una disminución gradual de las capacidades cognitivas y sociales.
Las tareas domésticas, como limpiar, ordenar, quitar el polvo, cocinar, ir de compras, las tareas domésticas pesadas, la jardinería, las reparaciones del hogar y el cuidado, podrían ayudar a ejercitar el cerebro humano.
Si bien existe mucha evidencia de que la actividad física recreativa influye en la salud del cerebro, los efectos de las actividades diarias más mundanas, como la limpieza, hasta ahora se han comprendido menos, según los científicos.
Destacar los beneficios de las tareas domésticas puede motivar a los adultos mayores a ser más activos al «proporcionar una forma de actividad física más realista y de bajo riesgo», dicen.
«Los científicos ya saben que el ejercicio tiene un impacto positivo en el cerebro, pero nuestro estudio es el primero en mostrar que lo mismo puede ser cierto para las tareas del hogar», dijo el autor del estudio, Noah Koblinsky, del Rotman Research Institute (RRI) en Baycrest en Toronto. Canadá.
«Comprender cómo las diferentes formas de actividad física contribuyen a la salud del cerebro es fundamental para desarrollar estrategias que reduzcan el riesgo de deterioro cognitivo y demencia en los adultos mayores».
Los investigadores analizaron los vínculos entre las tareas del hogar, el volumen cerebral y la cognición en un grupo de 66 adultos mayores cognitivamente sanos entre 65 y 85 años.
Los participantes asistieron a tres visitas de evaluación en el Baycrest Hospital en Toronto, que incluyeron una evaluación de salud, imágenes cerebrales estructurales y evaluación cognitiva.
Se preguntó a los participantes sobre el tiempo que dedicaban a las tareas del hogar, como ordenar, quitar el polvo, preparar y limpiar la comida, hacer compras, tareas domésticas pesadas, jardinería y jardinería, reparaciones en el hogar y cuidados.
Los investigadores encontraron que los adultos mayores que pasaban más tiempo participando en tales actividades tenían un mayor volumen cerebral, independientemente de cuánto participaran en las formas más extenuantes de ejercicio físico (como correr).
Esto se observó en el hipocampo, que juega un papel importante en la memoria y el aprendizaje, y en el lóbulo frontal, que participa en muchos aspectos de la cognición.
Los científicos han sugerido tres explicaciones para los beneficios cerebrales de la actividad física en el hogar.
En primer lugar, la salud del corazón está estrechamente relacionada con la salud del cerebro, y podría ser que las tareas del hogar tengan un efecto similar en el corazón y los vasos sanguíneos que el ejercicio aeróbico de baja intensidad.
En segundo lugar, la planificación y la organización involucradas en las tareas del hogar pueden promover la formación de nuevas conexiones neuronales en el cerebro con el tiempo, incluso a medida que envejecemos.
Por último, los adultos mayores que participaron en más tareas domésticas pueden haber pasado menos tiempo inactivos, lo que se ha demostrado que está relacionado con resultados de salud negativos, incluida la mala salud del cerebro.
Como siguiente paso, a los investigadores les gustaría evaluar la actividad física en el hogar de manera más objetiva utilizando tecnología portátil.
Con fondos adicionales, también podrían planificar ensayos controlados con el objetivo de aumentar la actividad doméstica de las personas y estudiar los cambios cerebrales a lo largo del tiempo.
Los investigadores señalan que la enfermedad de Alzheimer y las demencias relacionadas encabezan las afecciones médicas más prevalentes y costosas del mundo.
La prevención y el tratamiento de estos trastornos han sido considerados una prioridad de salud pública por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
A nivel mundial, alrededor de 50 millones de personas padecen demencia y hay casi 10 millones de casos nuevos cada año, según la OMS.
La enfermedad de Alzheimer, que destruye lentamente la memoria y las habilidades de pensamiento, puede contribuir al 60% al 70% de los casos de demencia, dice la OMS.
Más de 920.000 personas en el Reino Unido viven con demencia, una cifra que se espera que aumente a más de un millón para 2024, según la Sociedad de Alzheimer del Reino Unido.
El estudio ha sido publicado en la revista Geriatría BMC.